Que todos los que apoyan o participan en un aborto tengan una conversión de corazón para buscar y recibir la infinita misericordia del Señor.

 

INVOCACIONES

Padre nuestro, 3 Ave Marías, Gloria…

 

REFLEXIÓN

Cuando Dios formó a la persona humana a su imagen y semejanza, nos destinó para la vida eterna con Él. Sin embargo, debido al pecado de nuestros primeros padres, la muerte entró en el mundo. El libro del Génesis relata la primera ocasión en que una persona le quita la vida a otra, cuando Caín mata violentamente a su hermano Abel. Este caso de hermano alzándose contra hermano “al comienzo de la historia es el triste testimonio de cómo el mal avanza con rapidez impresionante” (Evangelium vitae 8).

Desde este momento, la indiferencia por la vida humana ha seguido extendiéndose. Cuando nosotros, como Caín, dejamos que el pecado encuentre un lugar en nuestro corazón, nos volvemos ciegos a la verdad. A veces esta ceguera puede ser tan profunda que no reconocemos la humanidad innegable de los niños en el vientre materno. Podemos incluso creer trágicamente la mentira de que el aborto es un acto de compasión. Pero sabemos que “la vida, especialmente la humana, pertenece sólo a Dios: por eso quien atenta contra la vida del hombre, de alguna manera atenta contra Dios mismo” (EV 9).

Oremos para que todos los que apoyan el aborto se encuentren con el amor transformador del Padre y, con el corazón arrepentido, busquen su misericordia.

 

ACTOS DE REPARACIÓN

Sonríe. Pídele a Dios hoy la gracia de estar más alegre y compartir la luz de Cristo con los que más necesitan de su amor y misericordia.

Haz un acto de fe, esperanza o caridad

 

ORACIÓN

Padre celestial, gracias
por el preciado don de la vida.

Ayúdanos a valorar y proteger
este don, incluso si hay temor,
dolor y sufrimiento.

Danos amor por todas
las personas, en especial los más
vulnerables, y ayúdanos a dar
testimonio de la verdad
que toda vida merece vivir.

Concédenos la humildad de
aceptar ayuda si la necesitamos,
y enséñanos a ser misericordiosos
con todos.

Que otros encuentren
por nuestras palabras y acciones,
el abrazo de Tu misericordia.

Te lo pedimos por Cristo,
nuestro Señor.

Amén.