Noveno día
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS (todos juntos)
Dios de Amor y misericordia, que tanto nos has amado, que nos has dado en tu Hijo la más valiosa prenda de tu amor, hecho Hijo de Mujer en las entrañas de María para nuestra reconciliación. Te damos gracias de todo corazón por habernos ofrecido tan inmenso beneficio. Te ofrecemos de nuestra parte el esfuerzo permanente por cooperar con tu gracia y ser más fieles a tu Plan. Te pedimos, por los méritos de tu Hijo, que dispongas nuestros corazones en esta Navidad con la reverencia y humildad necesarias para acogerlo con gozo y anunciarlo a los demás.
LECTURA BÍBLICA PARA CADA DÍA
Mirando el misterio de la Navidad desde Jesús.
«[La Palabra] vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros» (Jn. 1, 11-12a. 14a).
Hoy ha venido Dios a su casa, a su creación y a su pueblo, y los suyos no lo recibieron. Ni Herodes que lo quiere matar ni los habitantes de Belén, que le son indiferentes. Pero a quienes lo recibieron: María, José, los magos y los pastores, les dio el poder hacerse hijos de Dios.
Hoy, esa Palabra que viene de lo alto, quiere poner su cuna en nuestro corazón. ¿Lo acogeremos o lo rechazaremos?
¿Le daré un Sí, como María? ¿Confiaré, como José? ¿Le ofreceré mis dones, como los magos? ¿Dejaré mis labores para ir a adorarlo, como los pastores? ¿O lo mataré en mi corazón, como Herodes? ¿Seré indiferente, como los habitantes de Belén, que le cerraron la puerta?
*Resolución: Acogeré a los demás y les serviré, pues mi prójimo es Jesús mismo.
ORACIÓN AL NIÑO JESÚS
Dulce Niñito Jesús, sabemos que tú eres el centro de la Navidad y el que nos da la alegría en nuestro corazón. Queremos pedirte que bendigas nuestras familias y nos ayudes a ser limpios de corazón, obedientes y esforzados en nuestras responsabilidades.
Te pedimos que, al prepararnos para celebrar tu nacimiento, podamos acogerte en nuestro corazón y renovemos nuestro empeño por ser apóstoles incansables de la Reconciliación.
CANTO O VILLANCICO FINAL.