Las Buenas Nuevas


Ir al Contenido

ENERO 2010


Enero 2010



DICHOSOS LOS QUE PONEN SU ESPERANZA EN EL SEÑOR




Cada nuevo año regularmente lo iniciamos llenos de propósitos, objetivos y metas nuevas, cubiertas de buenas intenciones y de promesas que consideramos necesarias para ser mejores en la vida personal o bien para contribuir a la felicidad de los demás. Regularmente esto ocurre cuando hemos hecho un inventario de la vida y nos damos cuenta que quedamos a “deber en nuestro comportamiento”, respecto a nosotros mismos y también con los demás. Pero conforme el año avanza, regularmente nos damos cuenta que todo aquello solo quedo en ”buenas intenciones” y nada más. Si en el pasado hemos tenido esta triste experiencia, ¿no valdría la pena preguntarse porqué no podemos cumplir nuestras promesas?. Para mi gusto particular y por la experiencia que Dios me ha concedido a través de los años, nos hace falta “confianza” en si mismos, pero fundamentalmente “confianza en Dios”.


En el libro de Jeremías encontramos que la Palabra de Dios nos dice:
“Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Entonces ustedes me invocarán, y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón. Sí, yo dejaré que ustedes me encuentren y haré que cambie su suerte: los sacaré de todas las naciones y de todos los lugares por donde los dispersé, y los reuniré y haré que vuelvan a este lugar de donde los desterré. Yo, el Señor, lo afirmo.” (Jer. 29, 11-14).


Mis amigos, Dios tiene planes de bienestar para cada uno de nosotros, pero depende de cada quien para que los mismos se lleven a cabo. Cada uno en lo particular necesitamos abrir nuestro corazón y no apartarnos de los caminos del Señor. La vida tenemos que aprender a vivirla día con día, actualizar mi HOY con él. No tiene nada de malo establecer propósitos y metas para el nuevo año, pero es mucho mejor que los mismos estén impregnados de la presencia de Dios y que no dejemos de invocarlo para recibir su ayuda para alcanzarlos.


La esperanza es el deseo confiado de obtener un bien futuro que es difícil de obtener. Reconoce la dificultad pero no pierde la confianza de que lo deseado se va a alcanzar. Por lo tanto, implica búsqueda y esfuerzo para vencer cualquier obstáculo. Diferente al temor, la esperanza no retrocede ante los sufrimientos. Es lo opuesto a la desesperanza. Es por ello que Dios nunca deja de hacernos la invitación a través del Espíritu Santo de confiar en él y de acercarnos a Jesús que es la fuente del perdón y la misericordia y quien nos motiva sobre todas las cosas a confiar en el Padre del cielo y de la tierra.

Dios es providente y en este 2010, no será la excepción. En usted hay mucho para dar, ya usted cuenta con dones y regalos que Dios le concedió desde su creación y que se los dio con el propósito de cumplir su misión, y que usted al desarrollarlos encontrará la libertad y un sentido maravilloso de plenitud y de satisfacción.


Si mis amigos, muchos siguen buscando el tesoro afuera, sin saber que esta dentro de nosotros mismos. Jesús dijo:
«El Reino de Dios esta cerca». Cristo esta hoy como ayer entre nosotros, y muchos pasan hoy en día de largo y aprisa buscando regalos y presentes caros, nuevas oportunidades y más amigos. Amados amigos, ruego a Dios para que no dejemos pasar el tiempo sin encontrarnos a nosotros mismos y encontrarnos con el Señor en este 2010, para que este año, no sea un año más, sino nuestro mejor año.


Recuerdo que no hace mucho tiempo leí en un libro una breve historia que contaba que en cierta oportunidad un mago fue condenado a muerte por el rey del lugar. El día de su ejecución, el mago prometió al rey que, si lo dejaba vivir un año más, haría que su caballo hablara, dándole fama mundial. Pero, si llegaba a fallar, el rey podría ejecutarlo inmediatamente, el rey aceptó. El mago fue perdonado por un año y colocado en el calabozo del Palacio Real. Un amigo del mago, lo visitó en el calabozo y le dijo: Sin duda alguna, estás loco. Todos sabemos que no es posible hacer que el caballo hable, ¡No hay esperanza! Vas a morir. El mago respondió:
Pero, por lo menos, tengo un año más de vida. Quizá logre hacer hablar al caballo, de cualquier manera, ¡tengo todavía la esperanza de un año más!


Mis queridos amigos, un nuevo año es siempre una esperanza de nuevos proyectos, deseos y sueños. Muchas cosas pueden pasar. ¿Qué escribiremos en las páginas en blanco de este nuevo año?. Solamente lo decidirá la manera en que vivamos cada día…, y nuestra mejor garantía de hacer bien las cosas, es permanecer firmemente tomados de la mano del Señor.
Con firmeza puedo proclamar que hay esperanza en Jesucristo y la misma está al alcance de todos los seres humanos que quieren alcanzar su salvación y su libertad. Es la misma esperanza que hoy comparto con todos los hermanos que están en diferentes centros de readaptación social, privados de su libertad.

Un día el rey Salomón levantó su oración al Señor y le dijo:
“Dame, pues, un corazón atento para gobernar a tu pueblo, y para distinguir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién hay capaz de gobernar a este pueblo tuyo tan numeroso?. Al Señor le agradó que Salomón le hiciera tal petición, y le dijo: “Porque me has pedido esto, y no una larga vida, ni riquezas, ni la muerte de tus enemigos, sino inteligencia para saber oír y gobernar, voy a hacer lo que me has pedido: Yo te concedo sabiduría e inteligencia como nadie los ha tenido antes que tú ni las tendrá después de ti. Además, te doy riquezas y esplendor, cosas que tú no pediste, de modo que en toda tu vida no haya otro rey como tú”.” (1 Reyes 3, 9-13).


Solamente aquellos que levantan su oración de confianza en Dios y descansan en él su total esperanza, obtienen buenos resultados. El año recién terminado fue difícil para la humanidad entera con tantas dificultades en lo económico y financiero, lo cual afecto nuestra forma de vivir por la incidencia en nuestros trabajos y en nuestra estabilidad, sin embargo, aquellos que siempre confiamos en el Señor hemos sobrevivido y hasta recibimos la añadidura que es promesa de Dios. AMEN



Les afirmo mi gratitud una vez más, porque reconozco su actitud esperanzadora cada vez que recibimos sus valiosas ofrendas económicas, sus semillas de amor, que hacen posible que miles de miles de personas, reciban diariamente el mensaje de salvación y que también miles de ellos nos confirman que han encontrado al Señor en sus vidas.
Infinitas gracias por ser parte de esta GRAN FAMILIA, en este inicio del 2010. Tenemos puesta nuestra esperanza en Dios y en ustedes para que nos continué brindando su apoyo, especialmente en este tiempo de dificultades financieras, sabedores de que Dios le multiplicara con abundancia su esfuerzo personal y familiar.


Aprovecho la oportunidad para quedar de ustedes como su amigo en Cristo Jesús y Santa María de Guadalupe.



Noel Díaz




P.D.

Esperamos con mucho entusiasmo la llegada de nuestro Congreso de Mujeres, que será una verdadera fiesta de amor en el Señor y el cual lleva por lema: «TU PALABRA ME DA VIDA». Es el momento de reservar su tiempo para el 9 y 10 de Enero y disponerse a participar con todas sus amigas, hermanas, vecinas y compañeras de trabajo, y a ustedes esposos e hijos, es el momento de hacer el mejor de los regalos, y obsequiar el boleto para que su esposa y su mamá viva esta experiencia maravillosa.


Les recordamos que el
Congreso de Hombres también esta a la puerta pues lo celebraremos el 20 y 21 de Febrero. Es tiempo de irse preparando para este evento y comprar anticipadamente su boleto para asistir y recibir esta gran bendición de Dios.


En este mes recordamos con mucho amor, aprecio y cariño a nuestro querido hermano RAÚL SÁYES, quien se encuentra gozando en la presencia del Señor de la Gloria y quien sin duda, continua intercediendo por la GRAN FAMILIA de El Sembrador. El 27 de Enero será la fecha en que celebremos su tercer aniversario luctuoso y aunque el tiempo ha transcurrido, siempre será grato recordar la manera en que realizaba sus actividades diarias ya que con su gran amor, gozo, alegría y entusiasmo ha dejado una gran huella en nuestros corazones. Les agradezco a ustedes elevar sus oraciones por el eterno descanso del alma de nuestro querido hermano Raúl Sáyes, un ejemplar hijo, esposo, padre y hombre de Dios.





Regresar al contenido | Regresar al menú principal