HABEMUS PAPAM
En este mes de junio celebramos el Día del Padre y, como Iglesia, la solemnidad de Pentecostés: la llegada del Espíritu Santo a la Iglesia, que somos todos los miembros. Ese día eran 120 los que estaban reunidos. El mes pasado, el Espíritu Santo actuó en el Cónclave donde fue elegido el nuevo Sucesor de San Pedro: el Papa León XIV, quien lleva en su corazón el legado del Papa Francisco.
A mí, en lo personal, me afectó profundamente el impacto de su partida. Pero, como hombre de fe, me alegra saber que ahora está feliz en el cielo, libre de dolores y sufrimientos. Su ausencia no deja de ponerme sentimental. Sin embargo, al regalarme sus zapatos la última vez que estuve con él, para mí fue como recibir la herencia de la misión a seguir. Sus zapatos, muy desgastados, significan para mí lo que el apóstol San Pablo escribió en su carta a los Romanos, (Rom 10, 15) haciendo referencia al profeta Isaías en el capítulo 52, versículo 7:
“[…] Como está escrito: ¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”
Por lo tanto, seguirá la misión de una Iglesia en salida, una Iglesia samaritana que se detiene a ver a los heridos que sufren en el camino de la vida.
En estos días se celebra el Día del Padre. Además de desearles muchas bendiciones a todos los hombres que son papás, también les pido que nunca se aparten de Jesús, para que siempre podamos llevar a cabo nuestra misión de padres. Eso nos traerá mucha paz y felicidad. Hoy, o en el futuro, cosecharemos lo sembrado en ellos y veremos la gloria de Dios manifestada en nuestra familia y en nuestros hijos.
Jesús no dejaba de hablar de su Padre, de cuánto lo amaba. Están tan unidos, que son uno solo. Qué hermoso es saber y creer que todos tenemos un Padre que nos ama tanto que envió a su único Hijo para que quien crea en Él no se pierda, más tenga vida eterna (cf. Juan 3,16).
Hoy en día, el mundo busca constantemente una fuerza física para lograr sus metas, pero la fuerza más grande que podemos tener los cristianos es el poder del Espíritu Santo. Por eso, la Iglesia nos recuerda cada año la venida del Espíritu Santo y lo que Jesús dijo a los apóstoles, que cuando viniera sobre ellos —ese Dynamis, (palabra de origen griego que significa “dinamita”)-, “recibirán la fuerza del Espíritu Santo y serán testigos míos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los confines del mundo.” (cf. Hechos 1,8).
Ser sus testigos significa hablar a otros del Reino de Dios, de Jesucristo nuestro Salvador, porque en Él está, ya desde ahora, la vida eterna y la vida en abundancia.
Doy gracias a Dios por cada uno de ustedes que recibe esta carta o la escucha. No me olvido de mis hermanos presos que también la reciben. Que nunca se olviden de que son amados y perdonados. Cuando hay arrepentimiento, serán recibidos por el Dios de la misericordia que les ama desde siempre.
Las primeras palabras del nuevo Papa León XIV fueron como las que Jesús pronunció: “La paz esté con ustedes. ¡Shalom!” Esto ya nos indica que debemos ser personas de paz y de amor. Hoy en día, la mayoría de las personas no experimentan la paz en su corazón; tenemos tantas cosas en la mente y en el alma que no logramos vivir en paz. Solo en Jesús podemos encontrar esa paz que perdura, que libera y que sana.
Los números en la Biblia son muy significativos: 12 fueron los discípulos llamados por Jesús; 72 discípulos fueron enviados de dos en dos; y 120 estaban reunidos cuando llegó Pentecostés y descendió el Espíritu Santo. Hoy está en usted unirse a esos 120 para experimentar el poder de Dios, y convertirse en un discípulo más al sumarse a los 72. Así nace el discípulo número 73, que se decide a seguir a Jesucristo y vivir la mejor vida posible.
Felicidades a cada padre de familia. Que mi Señor les bendiga. Cuenten con mis oraciones por cada uno de ustedes. El próximo evento de Metanoia tendrá, en parte, temas dedicados a los hombres. Les invito especialmente a que vengan: padres, jóvenes e hijos, para llenarse de la “Dynamis” (fuerza-poder) del Espíritu Santo y ser muy bendecidos.
Y si ya les mencioné la idea de ser ese discípulo o discípula 73, es porque realmente pueden serlo. Hay una experiencia única a la que les invito a sumarse, para que puedan vivir lo que significa seguir a Jesús y consagrar enteramente su vida a Él.
Visiten: www.esne73.com y regístrense. Si necesitan mayor orientación, comuníquense en EE.UU. al: (818) 745 – 4398, y en México al: +52 33 1487 6681. También pueden escribir al correo electrónico: info@soy73.com y uno de nuestros hermanos les atenderá y guiará en este camino de discipulado.
Gracias a todos los Sembradores de Jesús con María por ser quienes sostienen este apostolado, siguiendo la misión de llevar la Buena Nueva que es Jesús a tantas vidas.
Y de antemano agradezco a todos quienes se van a unir a la próxima jornada del 9 al 13 de junio con el lema: “¡Quiero una Iglesia en salida!”, una invitación que nos deja en herencia nuestro querido Papa Francisco.
Que Dios Padre les bendiga y guarde siempre, y que la Santa Madre de Dios los cubra con su manto. Que, de manera especial, en este mes en que celebramos al Sagrado Corazón de Jesús, Él sea siempre nuestro hogar, envueltos en su amor misericordioso.
Con aprecio fraterno,