Día 18

1. Inicio
Ven Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu
y serán creadas todas las cosas,
y renovarás la faz de la tierra.

¡Oh Dios, que has instruido
los corazones de tus fieles
con luz del Espíritu Santo!,
concédenos que sintamos rectamente
con el mismo Espíritu
y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

2. Lectio ¿Qué dice el texto?
Lc 16, 10-13

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes. Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes?

No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o se apegará al primero y despreciará al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero’’.

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Ante tal astucia mundana nosotros estamos llamados a responder con la astucia cristiana, que es un don del Espíritu Santo. Se trata de alejarse del espíritu de los valores del mundo, que tanto gustan al demonio, para vivir según el Evangelio. Y la mundanidad, ¿cómo se manifiesta? La mundanidad se manifiesta con actitudes de corrupción, de engaño, de abuso, y supone el camino más equivocado, el camino del pecado, ¡porque uno te lleva al otro! Es como una cadena, aunque sí —es verdad— es el camino más cómodo de recorrer generalmente. En cambio el espíritu del Evangelio requiere un estilo de vida serio ¡serio pero alegre, lleno de alegría!
(Ángelus Papa Francisco, 18 septiembre 2016).

3. Meditatio: (Escucha atenta) ¿Qué te dice el mensaje del texto para tu situación actual?
Los milagros deben conducir a la fe. Le pedimos a Dios la libertad para ver e interpretar, de manera que nos lleve a la conversión, a un cambio de corazón que ofrece una verdadera perspectiva en la vida.

4. Oratio: Responde al Señor. Conversa con Él.
Dios todo poderoso, te doy gracias por que a diario me miras con bondad y misericordia, porque me bendices con milagros cotidianos que muchas veces no se ver ni agradecer. Perdóname también porque muchas veces olvido buscarte y agradecerte, también porque menosprecio o ignoro las bendiciones que me das, olvidando que tú en todo estás presente. Ayúdame a seguir en este proceso de conversión y de estar completamente entregado a ti.

5. Contemplatio: Déjate animar por el calor de la palabra.
Repetimos en el día: «El que me rechaza, rechaza a aquel que me envió».

6. Actio: Márcate un propósito o compromiso para este día.
Poner en mi agenda de actividades, el día en que voy a ir a confesarme.