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RETO DE ADVIENTO
Cuando nos olvidamos de nosotros y nos preocupamos por las necesidades de los demás, estamos haciendo realidad nuestro amor hacia el prójimo.
Nosotros podemos reflejar la Luz de Cristo para iluminar el camino y la vida de los que nos rodean.
Para vivir nuestra vida a plenitud, necesitamos estar en contacto constante con aquel que nos dio la vida.
Contamos con grandes intercesores en el cielo que nos guiarán por el camino del Adviento ¡Aprovéchalos!
Es centro y culmen de la vida cristiana, sin el alimento espiritual no podremos continuar viviendo la esperanza.
Haz un alto en la cotidianidad, busca un momento de silencio personal y toma el manto de María.
Una vez que ya llevas un camino de fe, invita a tu familia, recen el Rosario juntos (y que se vuelva algo cotidiano)
María es Inmaculada, su amor es real y su maternidad es todo ternura y protección. Acude a Ella con confianza.
No hay nada que refleje mejor tu fe que la alegría con que vives el Evangelio. ¡Que se te note!
Es un buen momento para que, reflexionando en tu camino, prepares una buena confesión general, acude a un sacerdote por orientación.
¿Quieres conocer a Jesús Encarnado? Allí está el Evangelio. La Palabra de Dios es el medio privilegiado de conocer lo que Jesús nos pide.
María de Guadalupe nos dice “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?”. Acude a Ella de todo corazón.
¿Hace cuánto no oras con tu esposo o esposa? Invítalo a orar juntos, mediten sus proyectos y pónganlos en manos de Dios.
Oremos juntos por su vida y demos gracias a Dios por su testimonio fiel.
Agenda ya esa cita con el perdón de Dios o acude hoy mismo. La gracia de Dios es el mejor regalo para ti mismo.
Tal vez has estado ocupadísimo… ¡pero ya es momento de adornar! Los elementos del Adviento también muestran nuestra preparación interior.
Si ya olvidaste que el Rosario es en familia, haz hoy otro momento para hacerlo juntos, ¡verás como logras unir a tu familia!
Todos podemos dar algo, y siempre hay alguien cercano que necesita de nosotros. Identifícalo y desempolva tu caridad.
El sentido de este tiempo es también reforzar los lazos familiares. Aprovecha lo más que puedas las oportunidades que se presenten.
Todos podemos ayudarnos con la oración en común. Ora principalmente por las necesidades que nos pide el Papa Francisco.
La escucha atenta, sin juicios, es uno de los mejores regalos que podemos otorgar. ¡Regala atención a tu prójimo!
Seguramente lo tienes en cuenta, pero si no, separa esa parte de tu presupuesto, para ayudar a esa persona que tanto necesita.
Es buen momento, haz un alto, ve despacio, respira, piensa si lo que anhelas va acorde al plan de Dios.
La familia es la célula de la sociedad y de la Iglesia. No estás solo, no vivas solo la Venida de Jesús, ¡Él está en tu familia!
