Día 2

1. Inicio
Ven Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu
y serán creadas todas las cosas,
y renovarás la faz de la tierra.

¡Oh Dios, que has instruido
los corazones de tus fieles
con luz del Espíritu Santo!,
concédenos que sintamos rectamente
con el mismo Espíritu
y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

2. Lectio ¿Qué dice el texto?
Lc 5, 33-39
En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: “¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?”

Jesús les contestó: “¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”.

Les dijo también una parábola: “Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’”.

Les habló de la novedad. Como a Nicodemo les pidió “nacer de nuevo”. Los discípulos de Jesús han descubierto no sólo una doctrina nueva sino el “hombre nuevo”. Novedad del evangelio que también Pablo encontró después y que le da la libertad que hemos escuchado en la lectura precedente.

Manto viejo, vino nuevo: lo viejo ha pasado; el tiempo de salvación ha llegado. La parábola tomada de la vida pero con sus rasgos extraños, despierta también nuestra atención. No se vierte vino nuevo, en fermentación, en odres usados.

No seamos como aquella gente religiosa que se oponía al gozo de los discípulos. No nos aferremos, como ellos, en las antiguas formas de religiosidad, sino que el Espíritu de Jesús nos encuentre abiertos a los caminos nuevos, y adaptados a las nuevas exigencias. Somos ahora los discípulos gozosos, vivos y alegres de Jesús.
Monjas Dominicas Contemplativas
Monasterio de Santo Domingo (Segovia)

3. Meditatio: (Escucha atenta) ¿Qué te dice el mensaje del texto para tu situación actual?
Señor, nuestra iglesia necesita gravemente cueros nuevos. Concédeme la elasticidad de corazón y mente, de modo que pueda estar siempre abierto a la frescura y el poder de tu Palabra. Hoy, cuando yo sopeso lo que tú me dices, que pueda yo llorar de alegría y servirte con regocijo.

4. Oratio: Responde al Señor. Conversa con Él.
Señor, que yo me pueda convertir a ti. Ayúdame a cambiar esa manera de pensar, de sentir, de hablar o de actuar que son producto de la educación que recibí o de la cultura en que crecí y que se oponen a la novedad de tu vida y tu Evangelio. Que el vino nuevo de tu Espíritu y tu Palabra transformen nuestras vidas y nos hagan vivir en la novedad de los renacidos en ti, Amén.

5. Contemplatio: Déjate animar por el calor de la palabra.
Deseo disfrutar de la presencia de Jesús en mi vida. Vivo este rato de oración como uno que está enamorado, esto es, en-amor-dado. Jesús es el esposo de mi alma enamorada.

6. Actio: Márcate un propósito o compromiso para este día.
Dedicaré cinco minutos de este día a meditar qué máxima, costumbre o práctica personal, familiar o comunitaria, se opone al Evangelio del amor, al Evangelio de Jesús.