Día 26

1. Inicio
Ven Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu
y serán creadas todas las cosas,
y renovarás la faz de la tierra.

¡Oh Dios, que has instruido
los corazones de tus fieles
con luz del Espíritu Santo!,
concédenos que sintamos rectamente
con el mismo Espíritu
y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

2. Lectio ¿Qué dice el texto?
Lc 9, 46-50

Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande de ellos. Dándose cuenta Jesús de lo que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo: “El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. En realidad el más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande”.

Entonces, Juan le dijo: “Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros”. Pero Jesús respondió: “No se lo prohiban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes”.

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Quien busca a Dios lo encuentra allí, en los pequeños, en los necesitados, necesitados no solo de bienes, sino también de cuidados y de consuelo, como los enfermos, los humillados, los prisioneros, los inmigrantes, los presos. Allí está Él, en los pequeños. He aquí por qué Jesús se indigna: cada afrenta hecha a un pequeño, a un pobre, a un niño, a un indefenso, se le hace a Él.
(Ángelus del Papa Francisco, 3 octubre 2021)

3. Meditatio: (Escucha atenta) ¿Qué te dice el mensaje del texto para tu situación actual?
¿Qué hace grande a una persona? ¿Es el poder, la riqueza, las habilidades o la belleza, o los dones de uno u otro tipo? En el Reino de Dios, la grandeza se juzga por nuestra capacidad para servir a otros. Así, es la gente pequeña de la tierra, aquella que sirve al resto, las que resultan ser las más grandes! ¿Seré considerado grande en el Reino de Dios?

4. Oratio: Responde al Señor. Conversa con Él.
Jesús, hazme un misionero de tu amor, que ayude a los demás con un espíritu de alegría y humildad, sabiendo tener la apertura sencilla de un niño ante los demás. Ver en ellos lo bueno, lo que nos une, en vez de buscar defectos.

5. Contemplatio: Déjate animar por el calor de la palabra.
«No les impidan predicar, pues el que no está contra nosotros está con nosotros.»

6. Actio: Márcate un propósito o compromiso para este día.
Definir y poner en práctica, un medio para vivir un estilo de vida más sencillo y modesto.