Día 29

1. Inicio
Ven Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu
y serán creadas todas las cosas,
y renovarás la faz de la tierra.

¡Oh Dios, que has instruido
los corazones de tus fieles
con luz del Espíritu Santo!,
concédenos que sintamos rectamente
con el mismo Espíritu
y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

2. Lectio ¿Qué dice el texto?
Jn 1, 47-51

En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Éste es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.

______-
Desde el momento en que el Señor se hizo carne, nada en nuestra vida le es ajeno. No hay nada que Él desdeñe; podemos compartir todo con Él, todo. Querido hermano, querida hermana, Dios se hizo carne para decirnos, decirte que te ama precisamente allí, que nos ama precisamente allí, en nuestras fragilidades, en tus fragilidades; precisamente allí donde nosotros más nos avergonzamos, donde más te avergüenzas. Es audaz: la decisión de Dios es audaz: se hizo carne precisamente allí, donde nosotros tantas veces nos avergonzamos; entra en nuestra vergüenza para hacerse hermano nuestro, para compartir el camino de la vida.
(Ángelus Papa Francisco, 3 enero 2021).

3. Meditatio: (Escucha atenta) ¿Qué te dice el mensaje del texto para tu situación actual?
Jesús nos conoce a cada uno de nosotros, él conoce los deseos y anhelos más íntimos de nuestro corazón y ve cada una de nuestras acciones, en ocasiones somos como Natanael que necesitamos de aquella respuesta de Jesús, aquella respuesta a nuestros problemas y dificultades que comienza de una mirada invisible a nuestros ojos, pero siempre presente. Dejémonos envolver por esa mirada que se fija en nuestro Ser, en nuestro interior, en nuestro verdadero yo y nos escoge, nos llama y nos invita a seguirle y a corresponderle.

4. Oratio: Responde al Señor. Conversa con Él.
Jesús, no quiero aparecer ni hacer más, mi aspiración es amarte más, y como consecuencia, a los demás. No pretendo conocer más, sino tener una relación íntima contigo. Por ello quiero ofrecerte mi esfuerzo de perseverar en la oración, de acrecentar mi vida sacramental y de meditar más tu Palabra, sólo así lograré mi anhelo y podré dar un testimonio que atraiga a los demás.

5. Contemplatio: Déjate animar por el calor de la palabra.
Repetir: «Verás cosas más grandes todavía».

6. Actio: Márcate un propósito o compromiso para este día.
(En el día de los Santos Arcángeles)
Aprender de los Arcángeles, el deseo de servir siempre.