Día 3

1. Inicio
Ven Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu
y serán creadas todas las cosas,
y renovarás la faz de la tierra.

¡Oh Dios, que has instruido
los corazones de tus fieles
con luz del Espíritu Santo!,
concédenos que sintamos rectamente
con el mismo Espíritu
y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

2. Lectio ¿Qué dice el texto?
Evangelio
Un sábado, Jesús iba atravesando unos sembrados y sus discípulos arrancaban espigas al pasar, las restregaban entre las manos y se comían los granos. Entonces unos fariseos les dijeron: “¿Por qué hacen lo que está prohibido hacer en sábado?”

Jesús les respondió: “¿Acaso no han leído lo que hizo David una vez que tenían hambre él y sus hombres? Entró en el templo y tomando los panes sagrados, que sólo los sacerdotes podían comer, comió de ellos y les dio también a sus hombres”.

Y añadió: “El Hijo del hombre también es dueño del sábado”.

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El sábado es ‘memoria de la creación’: «Pues en seis días hizo el Señor el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, el séptimo descansó; por eso bendijo el Señor el día del sábado y lo hizo sagrado» Ex 20,11.

El sábado es ‘memorial de la liberación de Israel’ de la esclavitud de Egipto: «por eso el Señor tu Dios te ha mandado guardar el día del sábado» Dt 5,15.

En ese contexto del mandato divino, los fariseos creían que el cumplimiento formal de la ley les obtenía la salvación; y una de las expresiones supremas de la religiosidad israelita era el descanso sabático para celebrar y renovar la conquista de la libertad. Por el rigorismo religioso, el día de liberación se convirtió en día de esclavitud ante tantas normas que regulaban la vivencia sabática.

Jesús no está en sintonía con el rigorismo que en nombre de la ley esclaviza, deshumaniza, no tiene en cuenta las necesidades de las personas y, recuerda a los fariseos lo que hizo David: dio a la tropa, los panes de la ofrenda, que solo podían comer los sacerdotes.

No es aceptable ir contra el ser humano en nombre de la ley.

Superior a la ley del sábado es sólo Dios; si Jesús afirma su superioridad sobre el sábado y sobre la ley, reclama para sí el mismo nivel de autoridad de Dios, que no quiere leyes para esclavos, sino leyes de libertad para hijos libres.
Fr. Isidoro Crespo Ganuza O.P.
Convento de S. Valentín de Berrio Ochoa (Villava)

3. Meditatio: (Escucha atenta) ¿Qué te dice el mensaje del texto para tu situación actual?
A veces estamos demasiado críticos de las acciones de otros y demasiado preocupados con las infracciones de los demás mientras olvidamos el mensaje central de Jesús. ¿Tendemos a juzgar igual que los fariseos? Recemos que seamos suficientemente humildes para hacer el bien para los demás, a pesar de que cometemos errores y violamos las reglas con frecuencia.

4. Oratio: Responde al Señor. Conversa con Él.
Jesús, hijo de Dios, ayúdame a crecer en mi fe y enamorarme aún más de tu Palabra para así pueda dar argumentos de mi fe, más compasivo con mis hermanos, evitar el juicio y crecer en el amor.

5. Contemplatio: Déjate animar por el calor de la palabra.
En silencio, en calma interior. ¿Cómo cambia el texto mi mirada acerca de la realidad?

6. Actio: Márcate un propósito o compromiso para este día.
Hacer una oración por las personas que critican a la Iglesia, y a sus pastores, para que encuentren el camino a su conversión.