Día 6

1. Inicio
Ven Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu
y serán creadas todas las cosas,
y renovarás la faz de la tierra.

¡Oh Dios, que has instruido
los corazones de tus fieles
con luz del Espíritu Santo!,
concédenos que sintamos rectamente
con el mismo Espíritu
y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

2. Lectio ¿Qué dice el texto?
Evangelio Lc 6, 12-19

Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios.

Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa, de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

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En el Evangelio de Lucas hemos visto a la Iglesia en actividad, en acción: Jesús que ora, que elige a los apóstoles, que da su nombre a cada uno, que sana el alma y el cuerpo y que estaba entre los discípulos, y también todo eso multitud que trataba de tocarlo, porque de él salía una fuerza que sanaba a todos.

Esto es la Iglesia, lo que Pablo nos enseña es esto en acción. El apóstol afirma que la piedra angular es el mismo Jesús; y de hecho sin Jesús no hay Iglesia: él es el fundamento de la Iglesia. “Jesús fue al monte a orar y se pasó toda la noche orando a Dios. Y luego viene todo lo demás: la gente, la elección de discípulos, las curaciones, echar fuera demonios.

Así que la piedra angular es Jesús, sí: pero Jesús que ora”. Y Jesús reza: rezó y sigue rezando por la Iglesia. Así que la piedra angular de la Iglesia es el Señor ante el Padre que intercede por nosotros, que ora por nosotros: nosotros oramos a él, pero el fundamento es él que ora por nosotros. (Homilía Papa Francisco en Santa Marta, 28 octubre 2016).

3. Meditatio: (Escucha atenta) ¿Qué te dice el mensaje del texto para tu situación actual?
Como los discípulos de este tiempo, somos elegidos y designados para ser sus compañeros de misión y pedimos al Señor que nos ayude a escuchar nuevamente su llamado. Seamos nosotros también gente de oración, que se acercan a ti y que son libres para ser enviados en tu nombre como apóstoles de este tiempo.

4. Oratio: Responde al Señor. Conversa con Él.
Mi corazón te busca Señor, mi espíritu necesita de ti, sé que estar en oración me trae paz y me ayuda a pedirte ayuda para tomar mis discernimientos, dame ese don de la oración, de entrar en contacto contigo, en armonía y así dejar que todo mi ser escuche tus consejos, no permitas que las perturbaciones me impidan buscarte y tocarte, para sanar e ir por el camino que tú me pides seguir.

5. Contemplatio: Déjate animar por el calor de la palabra.
Repetimos con frecuencia: «Pasó toda la noche en oración con Dios».

6. Actio: Márcate un propósito o compromiso para este día.
Todos tenemos muchas situaciones en las que debemos tomar decisiones y resolver, tomemos un tiempo necesario para ponerlas en oración durante todo el día esperando el Señor nos ilumine para hacer el mejor discernimiento.