Roma, 2 de diciembre de 2025 — El Papa León XIV aterrizó ayer en la capital italiana con un balance de su primer viaje internacional —realizado del 27 de noviembre al 2 de diciembre— marcado por gestos de paz, diálogo interreligioso y una fuerte apuesta por la unidad cristiana. Durante el vuelo de regreso, ofreció una conferencia de prensa en la que habló con franqueza sobre los desafíos globales y los objetivos de su pontificado.
Declaraciones clave en el avión papal
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Al saludar a los 81 periodistas presentes, expresó su gratitud: “Fue una experiencia maravillosa” y afirmó que la visita a Turquía —especialmente conmemorando los 1 700 años del Concilio de Nicea— fue “simple y, sin embargo, muy profunda”.
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Agradeció al gobierno turco —y al presidente Recep Tayyip Erdoğan— por la acogida y organización del viaje, destacando la colaboración institucional para hacer del recorrido “un éxito”.
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Sobre Oriente Medio y el conflicto israelí-palestino, reiteró la postura histórica de la Santa Sede: la solución de los dos Estados sigue siendo “la única salida viable” para alcanzar una paz justa. Aunque admitió que actualmente Israel no acepta la propuesta, reafirmó la voluntad del Vaticano de actuar como “voz de mediación”.
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En lo que respecta a Ucrania y la guerra en Europa del este, el Papa señaló que Turquía —gracias a su posición geopolítica y sus relaciones diplomáticas— podría desempeñar un papel relevante para promover el diálogo y evitar la escalada del conflicto.
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Además, adelantó una posible celebración especial para 2033 —a los dos mil años de la Redención— proponiendo como sede la ciudad de Jerusalén, con miras a un evento ecuménico de gran alcance.
Hitos del viaje y del pontificado destacados en la conferencia
Durante la rueda de prensa, el Papa resumió los valores centrales que animaron su peregrinaje:
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Conmemoración histórica del Concilio de Nicea, reafirmando la fe común y el Credo Niceno-Constantinopolitano como fundamento de la unidad cristiana.
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Encuentros con comunidades cristianas de diferentes tradiciones —católicas, ortodoxas, orientales— en Turquía y Líbano, promoviendo el diálogo ecuménico.
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Testimonio de paz, respeto interreligioso y llamado a la convivencia en contextos de diversidad cultural y religiosa, con especial referencia al rol de Turquía como puente entre Oriente y Occidente.
Al revisar estos hitos, el Papa describió su peregrinaje como “una señal de esperanza para Oriente Medio y para toda la Iglesia universal”.
Visión global: paz, diálogo y presencia de la Iglesia
León XIV aprovechó su primera entrevista tras el viaje para manifestar una visión global del papel de la Iglesia en el mundo:
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Subrayó que la paz no se consigue sólo con negociaciones políticas, sino con justicia, solidaridad y el reconocimiento de la dignidad de los pueblos.
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Destacó la urgencia de construir puentes entre religiones, etnias y culturas, especialmente en zonas de conflicto. Turquía y el Líbano, con sus historias de pluralidad, pueden servir como ejemplo para otros lugares del mundo.
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Confirmó la disposición del Vaticano para mediar en conflictos internacionales, proponiendo a la diplomacia y al diálogo como caminos preferenciales ante la violencia.
Conclusión del viaje: un mensaje claro al mundo
Con este primer viaje apostólico internacional, el Papa León XIV envió señales claras: la Iglesia busca ser puente de paz, voz de justicia y signo de unidad en medio de un mundo fragmentado. Su conferencia de prensa final resume no sólo los actos realizados, sino la visión estratégica de su pontificado: fe comprometida con la realidad, diálogo abierto, y esperanza puesta en la reconciliación entre los pueblos.