En su mensaje por la Jornada Mundial de los pobres, el Santo Padre recuerda cómo Dios cuida y vela por cada persona, en particular los más necesitados de su asistencia divina.
ESNE/Vatican News
El próximo 17 de noviembre se celebrará la VIII Jornada Mundial de los Pobres, que él inauguró al inicio de su Pontificado y ya ha dado a conocer la reflexión de este año para esta Jornada.
“Dios conoce los sufrimientos de sus hijos porque es un Padre atento y solícito hacia todos. Como Padre, cuida de los que más lo necesitan: los pobres, los marginados, los que sufren, los olvidados”.
El Papa hizo énfasis en la gran injusticia de las guerras, las cuales producen un mínimo de justicia y, en cambio, dejan una enorme evidencia de pobreza, injusticias y falta de oportunidades: “la violencia provocada por las guerras muestra con evidencia cuánta arrogancia mueve a quienes se consideran poderosos ante los hombres, mientras son miserables a los ojos de Dios”.
Dios está del lado de los pobres
“No los olvida ni podría hacerlo nunca. Todos hemos tenido la experiencia de una oración que parece quedar sin respuesta. A veces pedimos ser liberados de una miseria que nos hace sufrir y nos humilla, y puede parecer que Dios no escucha nuestra invocación. Pero el silencio de Dios no es distracción de nuestros sufrimientos; más bien, custodia una palabra que pide ser escuchada con confianza, abandonándonos a Él y a su voluntad.”
El Papa agradeció, además, a todas aquellas personas que ayuda, escuchan y sostienen a los marginados y pobres, entre ellos menciona a los sacerdotes, consagrados y los laicos “que con su testimonio dan voz a la respuesta de Dios a la oración de quienes se dirigen a Él. El silencio, por tanto, se rompe cada vez que un hermano en necesidad es acogido y abrazado”.
“Somos pobres de paz”
Rumbo hacia el Año Santo, el Papa exhorta a cada uno a “hacerse peregrino de esperanza, ofreciendo signos concretos para un futuro mejor” y solicita no descuidar “los pequeños detalles del amor”, como “saber detenerse, acercarse, dar un poco de atención, una sonrisa, una caricia, una palabra de consuelo”.