Reflexión sobre la homilía del funeral de Su Santidad el Papa Francisco
En una Plaza de San Pedro colmada de fieles, líderes mundiales y representantes de diversas religiones, la Iglesia despidió este sábado al Papa Francisco. Sucesor de Pedro durante doce años, el Papa argentino deja una huella imborrable en el corazón de los creyentes y del mundo entero.
El Cardenal Giovanni Battista Re, Decano del Colegio Cardenalicio, presidió la Eucaristía exequial y pronunció una homilía profundamente conmovedora que resumió con claridad el espíritu de un pontificado marcado por la cercanía, la misericordia y la misión.
“Fue un Papa en medio de la gente, con el corazón abierto hacia todos”.
Con estas palabras, el Cardenal Re capturó lo esencial del ministerio petrino de Francisco: su humanidad desbordante, su lenguaje sencillo pero lleno de sabiduría, su capacidad de tocar corazones, y su incansable llamado a salir a las periferias geográficas y existenciales del mundo.
Desde su primer gesto como Papa —inclinarse para pedir la oración del pueblo— hasta sus últimos días marcados por la fragilidad, Francisco fue un pastor fiel al Evangelio. “Eligió recorrer este camino de entrega hasta el último día de su vida terrenal”, dijo el cardenal.
Un pontificado misionero, profético y fraterno
La homilía recordó momentos clave de su ministerio: su primer viaje a Lampedusa, su visita histórica a Irak en 2021, su incansable clamor por la paz en medio de tantas guerras, y su firme defensa de la dignidad humana, especialmente de los pobres, los migrantes, los descartados.
“Misericordia y alegría del Evangelio son dos conceptos clave del Papa Francisco”, subrayó el Cardenal Re.
Evangelii Gaudium, Laudato Si’, Fratelli Tutti… Sus textos magisteriales fueron eco de su convicción de que la Iglesia debe ser una casa con las puertas abiertas, un hospital de campaña que se acerca con ternura a los heridos del mundo.
“No se olviden de rezar por mí”
Las últimas palabras del Cardenal Decano resonaron con fuerza:
“Querido Papa Francisco, ahora te pedimos a ti que reces por nosotros y que desde el cielo bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma, bendigas al mundo entero”.
Hoy, mientras la Iglesia entra en el tiempo del Novendiali y se prepara para el Cónclave, millones de fieles elevan su oración agradecida por el alma del Papa Francisco. Su legado sigue vivo en la memoria de los humildes, en el corazón de los jóvenes, en la voz de los pobres, y en cada creyente que se atreve a soñar con una Iglesia en salida.