Durante la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco continuó su catequesis sobre el “celo apostólico” donde ha mostrado ejemplos de diferentes santos. En esta ocasión habló de la santa australiana Mary MacKillop, quien se dedicó a la educación de los pobres.
Sección noticias ESNE/Fuente: Vatican News
Miércoles 28 de junio 2023
Y es que, es casi una “ecuación”, insiste el Santo Padre, “no hay santidad si primero no se atiende a los pobres” y, en el mundo de hoy, esta afirmación se vuelve más evidente: “El dinero se gasta en hacer armas, y no en producir alimentos”.
Este es el caso de la vida de santidad de Mary MacKillop, fundadora de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón y quien estuvo comprometida toda su vida en la formación intelectual y religiosa de los pobres de la Australia rural.
La educación como forma de evangelización
Además de su fundación, esta santa fundó numerosas escuelas en Australia y les ofreció a los jóvenes la posibilidad de trascendencia por medio de la enseñanza, no solo solo católica, sino de las ciencias, para que el progreso en la fe se viera reflejado también en un progreso social: “El celo apostólico es así, multiplica las obras. Mary MacKillop estaba convencida de que la finalidad de la educación es el desarrollo integral de la persona como individuo y como miembro de la comunidad; y que esto requiere sabiduría, paciencia y caridad por parte de cada maestro”.
Además de las escuelas, Mary MacKillop emprendió numerosas obras de caridad, como la “Casa de la Providencia”, abierta en Adelaida para acoger a ancianos y jóvenes abandonados.
Afirmó el Papa que, casi todos los santos, en especial aquellos que trabajan arduamente en el aspecto social, casi siempre son incomprendidos o incluso atacados, aún dentro de la Iglesia, y eso sucedió con ella pero, aunque la entristecía tal incomprensión, no cejó en su empeño de seguir y trabajar por el Reino “este es el secreto del celo apostólico” señaló el Papa Francisco.
Finalmente pidió que “su ejemplo y su intercesión sostengan el trabajo cotidiano de padres, maestros, catequistas y de todos los educadores, por el bien de los jóvenes y por un futuro más humano y esperanzador”.