El Papa: Evangelizar educando y educar evangelizando
Los jóvenes como «volcán de vida» y los profesores como ministros y misioneros: éstas son las dos imágenes del mundo escolar ofrecidas por el Papa León XIV en la audiencia a los Hermanos de las Escuelas Cristianas -fundadas por San Juan Bautista de La Salle- recibida esta mañana, 15 de mayo, en la Sala Clementina.
A pesar de su historicidad, sin embargo, los Hermanos de las Escuelas Cristianas no han perdido actualidad: el Pontífice lo subrayó en su discurso, señalando cómo la capacidad de La Salle de responder creativamente a las muchas dificultades de su época, aventurándose también «por caminos nuevos y a menudo inexplorados» (fue este santo y pedagogo francés, por ejemplo, quien lanzó la «revolución pedagógica» de la enseñanza dirigida a las clases y ya no a los alumnos individualmente) debe ser todavía hoy un modelo de referencia.
Los jóvenes de nuestro tiempo, como los de todas las épocas, son un volcán de vida, de energía, de sentimientos, de ideas. Esto se puede ver en las cosas maravillosas que pueden hacer, en tantos campos. Sin embargo, también ellos necesitan ayuda, para que esta riqueza crezca en armonía y para superar lo que, aunque de forma diferente que en el pasado, todavía puede impedir su sano desarrollo.
Estos «desafíos exigentes», dice el Papa, deben, sin embargo, convertirse en «trampolines de lanzamiento» para desarrollar nuevos instrumentos y lenguajes, con los que «tocar el corazón de los alumnos, ayudándoles y estimulándoles a afrontar con valentía cada obstáculo para dar lo mejor de sí mismos en la vida, según los designios de Dios».
Tras la estela del Papa Francisco, por tanto, León XIV recuerda el principio de «evangelizar educando y educar evangelizando», subrayando finalmente la importancia de la «sinergia» entre todos los «componentes formativos».