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Fuente: Vatican News
Una comunicación «apasionada, curiosa y competente» es el «sueño» del Papa, una narración más allá de los eslóganes, «de corazón a corazón», con la mirada puesta en los últimos y en las víctimas de la guerra.
“Están llamados a una tarea grande y apasionante: la de construir puentes, cuando tantos levantan muros, los muros de las ideologías; la de favorecer la comunión, cuando tantos fomentan la división; la de dejarse implicar en los dramas de nuestro tiempo, cuando tantos prefieren la indiferencia”.
En la base de todo hay un «sueño»: el sueño de una comunicación que conecte «personas y cultura», que relate y valorice «cada rincón del mundo».
“Por eso me alegra saber que han dado pasos para aumentar el abanico de las más de cincuenta lenguas con las que pueden comunicarse los medios de comunicación vaticanos, añadiendo las lenguas lingala, mongol y canarés”.
Que la belleza del encuentro real no sea suplantada por lo virtual
El desafío, recuerda el Pontífice, es también el de los lenguajes y caminos nuevos que habitan el mundo digital: los comunicadores no deben temer el cambio, subraya Francisco, siempre que no signifique banalizar o «sustituir» en el encuentro online «la belleza» de las relaciones «reales, concretas, de persona a persona», aquellas tejidas según el estilo evangélico.
“Ayúdenme, por favor, a hacer conocer al mundo el Corazón de Jesús, a través de la compasión por esta tierra herida. (…) Ayúdenme con una comunicación que es instrumento para la comunión”.