La Iglesia junto a los migrantes entre México y Estados Unidos

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A pesar de los anuncios del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de las órdenes ejecutivas que endurecen las políticas migratorias de Washington, la diócesis latinoamericana de Ciudad Juárez asegura que no hay grandes cambios de fondo.
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La Iglesia junto a los migrantes entre México y Estados Unidos

 

Sección noticias ESNE/

Fuente: Vatican News

«En los últimos seis meses del 2024, las aprehensiones por parte de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en el suroeste disminuyeron en más de un 70% en comparación con el mismo periodo del 2023», según datos de la propia institución estadounidense. Sin embargo, Washington ha suspendido sorpresivamente  las citas para los solicitantes de asilo en el país americano. Más que una emergencia, estamos ante una nueva realidad.

“Necesitamos prestar mayor atención a las dos poblaciones afectadas por los flujos migratorios: tanto a los que buscan asilo político en Estados Unidos como a los que serán deportados y repatriados en los próximos meses y años”, afirmó a los medios vaticanos monseñor José Guadalupe Torres Campos, obispo de la diócesis mexicana de Ciudad Juárez.

«Nos enfrentamos a una nueva realidad que debemos afrontar. Sin duda – agregó el obispo – las declaraciones y órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump han creado un clima de miedo y desesperanza. Sin embargo, como Iglesia, a través de acciones locales, nacionales y bilaterales, nos enfocamos en mantener la paz y la esperanza entre los migrantes y en la sociedad en general, para generar y fortalecer planes de acción que puedan beneficiar a todos».

Tras el relevo de Biden a Trump, la situación se endureció aún más para los migrantes: se paralizaron las nuevas solicitudes de asilo; se cancelaron los programas de protección temporal; se anuló el derecho a la ciudadanía de los hijos de migrantes temporales e irregulares; se activaron nuevos centros de detención; se reforzó el programa de deportaciones; se movilizó al ejército para apoyar a la policía de fronteras.

«Hoy más que nunca, la paz y la certeza de la presencia permanente de Jesús nos ayudan a soportar y, sobre todo, a hacer sentir a nuestros hermanos en situación de movilidad que no están solos en lo que ellos mismos llaman tormento. Lo único que buscan es la felicidad y una vida mejor», subrayó el obispo de Ciudad Juárez.

«Como Iglesia, lo mejor que podemos predicar es la paz de Jesús resucitado, evitando generar más caos que pueda llevar a consecuencias difíciles de gestionar».

En particular, el episcopado mexicano ha «reforzado las Casas del Migrante, los centros de asistencia y los comedores en todo el país», mientras que la diócesis de Ciudad Juárez «mantiene abiertos todos los espacios de acogida para quien lo necesite», en estrecha colaboración con las diócesis estadounidenses vecinas al otro lado de la frontera. Es una oración que rompe el muro del miedo para reafirmar el amor a toda criatura.