La pena de muerte es inadmisible, debe ser abolida en todo el mundo

You are currently viewing La pena de muerte es inadmisible, debe ser abolida en todo el mundo
Esto afirma el Papa Francisco en un post en la cuenta X @Pontifex, el Papa lanza un nuevo llamamiento contra la pena capital: “Atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona”
  • Post category:El Vaticano

Sección noticias ESNE/

Fuente: Vatican News

 

Un nuevo y enérgico llamamiento contra la pena de muerte llega del Papa Francisco en un post en su cuenta X en nueve idiomas @Pontifex: «La #PenadeMuerte es siempre inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona. Hago un llamamiento para que sea abolida en todos los países del mundo. No podemos olvidar que, hasta el último momento, una persona puede convertirse y cambiar».

 

Ejecuciones en aumento

 

Desde los primeros años de su pontificado, el Papa ha condenado esta práctica aún extendida en varios países del mundo. Según los últimos datos facilitados por organizaciones activas contra la pena capital, encabezadas por Amnesty International, el número de ejecuciones registradas en 2023 es el más alto en casi una década. A pesar de este aumento, el número de Estados que ejecutan condenas a muerte ha alcanzado un mínimo histórico: sólo 16. En concreto, después de Irán, los países con mayor número de ejecuciones son Arabia Saudí, Irak y Pakistán.

 

Históricamente, el Papa Francisco ha sido claro sobre lo fatídico de esta práctica, en concreto en el prefacio del libro de Dale Recinella, donde hace un llamado en contra de la pena de muerte y la define, sin rodeos, como un «veneno» para la sociedad.

 

El libro «Un cristiano en el pabellón de la muerte. Mi compromiso junto a los condenados», de Dale Racinella, ex abogado financiero de Wall Street que, junto a su esposa Susan, asiste a presos en Florida. «La pena de muerte no es en modo alguno la solución a la violencia que puede abatirse sobre inocentes. Las ejecuciones, lejos de hacer justicia, alimentan un sentimiento de venganza que se convierte en un veneno peligroso para el cuerpo de nuestras sociedades civilizadas».

 

El Papa habla claro sobre el tema: La dignidad de la persona nunca se pierde, incluso cuando se comete «el peor de los crímenes»; la vida es un don que hay que proteger y es «la fuente de todos los demás dones y de todos los demás derechos: Nunca se puede abandonar la convicción de ofrecer incluso a los culpables la posibilidad del arrepentimiento».