Nota doctrinal sobre los títulos marianos: La Madre del Pueblo Fiel, no Corredentora

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El documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe aprobado por León XIV aclara los apelativos que deben usarse para Nuestra Señora. También se pide especial atención para el título “Mediadora de todas las gracias”.
 
ESNE
 

La Iglesia, en su enseñanza y tradición, ha desarrollado una rica devoción mariana que utiliza diversos títulos para la Virgen María. El documento “Mater Populi fidelis” aclara cuáles son esos títulos que resultan teológica y pastoralmente adecuados, y cuáles pueden generar confusión en cuanto al lugar de Cristo y de María en la obra de la salvación.

  1. Títulos legítimos de María

Entre los títulos aceptados y defendidos en el documento están:

  • Madre de los creyentes (Mater Ecclesiae) – María como madre espiritual de todos los bautizados. 
  • Madre de la gracia – que señala su cooperación-materna en la vida de gracia, siempre subordinada a Cristo. 
  • Cercanía materna/intercesora – María como madre cercana, que acompañó a Jesús, que intercede por los creyentes. 
  • Madre del Pueblo fiel – título que da nombre al documento: ella en su maternidad acompaña al pueblo de Dios. 

Estos títulos están en armonía con la Escritura, la tradición, la liturgia y la teología de la Iglesia. El documento insiste en que la colaboración de María en la obra de la salvación es participada y subordinada a la mediación única de Cristo. 

  1. Cuestiones problemáticas: “Corredentora” y “Mediadora de todas las gracias”

El documento examina títulos que han sido objeto de debate, como el uso del título “Corredentora”. Algunas claves:

El título “Corredentora” surge en el siglo XV y aparece con frecuencia desde el siglo XX, ligado a la idea de María colaborando con Cristo en la redención. 

Sin embargo, el documento advierte que este título puede provocar malentendidos graves respecto a la mediación única de Cristo. 

Se señala que el entonces Cardenal Ratzinger (después Benedicto XVI) había calificado el uso del término “Corredentora” como “vocablo erróneo”. 

Por ello, se advierte que es inoportuno usar dicho título para definir la cooperación de María, pues “corre el riesgo de oscurecer la mediación salvífica única de Cristo”. 

Asimismo, el título “Mediadora de todas las gracias” también es analizado con prudencia, dado que la mediación de Cristo es exclusiva. 

En síntesis, el documento llama a evitar títulos que puedan plantear a María como si estuviera al mismo nivel que Cristo en la redención o como fuente autónoma de gracia.

  1. Criterios para un buen uso de títulos marianos

Según el documento, al emplear títulos marianos conviene tener presente:

  • Que María sea siempre referida en conexión con Cristo, nunca separada de Él. 
  • Que su cooperación sea entendida como participada y subordinada, no autónoma. 
  • Que la devoción mariana mantenga claridad teológica, sin reproducir expresiones que necesitan constantes explicaciones o pueden inducir a error. 

Conclusión

La Virgen María ocupa un lugar especial en la fe católica: Madre de Dios, Madre de los creyentes, ejemplo, intercesora, modelo de vida. Pero estos títulos deben utilizarse con discernimiento para no confundir su papel con el de Cristo. Como resume el documento: “La mediación de Cristo es única; la cooperación de María es real, pero subordinada”. Así, al respetar el orden teológico y pastoral, podemos honrar a María sin generar ambigüedades en nuestra fe.