El Papa Francisco inicia hoy un nuevo ciclo de catequesis, que se desarrollará durante todo el Año Jubilar: «Jesucristo nuestra esperanza». Comienza con el evangelio de San Mateo en esta primera parte de la infancia de Jesús
Fuente: Vatican News
El Papa Francisco anunció que a partir de hoy comienza un nuevo ciclo de catequesis que será el tema durante todo el año jubilar. La primera parte, afirmó, tratará de la infancia de Jesús, que nos narran los evangelistas Mateo y Lucas (cf. Mt 1-2; Lc 1-2).
“Los Evangelios de la infancia relatan la concepción virginal de Jesús y su nacimiento del vientre de María; recuerdan las profecías mesiánicas cumplidas en él y hablan de la paternidad legal de José, que injertó al Hijo de Dios en el «tronco» de la dinastía davídica. Se nos presenta a un Jesús recién nacido, niño y adolescente, sumiso a sus padres y, al mismo tiempo, consciente de que está totalmente entregado al Padre y a su Reino”.
La diferencia entre los dos evangelistas, señaló Francisco, es que mientras Lucas relata los acontecimientos a través de los ojos de María, Mateo lo hace a través de los de José, insistiendo en una paternidad tan inédita.
Mateo abre su Evangelio y todo el canon del Nuevo Testamento con la «genealogía de Jesucristo hijo de David, hijo de Abraham» (Mateo 1,1). Se trata de una lista de nombres ya presentes en las Escrituras hebreas, para mostrar la verdad de la historia de Cristo.
Francisco explicó también la diferencia que existe entre las genealogías del Antiguo Testamento, donde sólo aparecen nombres masculinos pues, en la lista de Mateo, en los antepasados de Jesús también aparecen mujeres.
“Encontramos a cinco de ellas: Tamar, la nuera de Judá que, al quedarse viuda, se hace pasar por prostituta para asegurar una descendencia a su marido (cf. Gn 38); Racab, la prostituta de Jericó que permite a los exploradores judíos entrar en la tierra prometida y conquistarla (cf. Stg 2); Rut, la moabita que, en el homónimo libro, permanece fiel a su suegra, cuida de ella y se convertirá en bisabuela del rey David; Betsabé, con la que David comete adulterio y, tras hacer matar a su marido, genera a Salomón (cf. 2 Sam 11); y, por último, María de Nazaret, esposa de José, de la casa de David: de ella nace el Mesías, Jesús”
El Hijo de Dios, consagrado al Padre con la misión de revelar su rostro, dijo por último el Papa, entra en el mundo como todos los hijos del ser humano, hasta el punto de que en Nazaret se le llamará «hijo de José» o «hijo del carpintero». Verdadero Dios y verdadero hombre.