Al hombre usualmente se le dificulta mucho abrir el corazón y compartir de las experiencias por las que ha pasado en su vida. Todo tiende a guardarlo y a retenerlo por mucho tiempo. Con esto se dificulta más la posibilidad de que pueda liberarse de tantas emociones y sentimientos, que a veces, sin proponérselo incluso termina desahogando en personas a las que ama y a las que termina afectando directa o indirectamente a falta de una sanación interior. Todos la necesitamos. Todos de una u otra forma hemos sido heridos, dañados o lastimados y es solo cuando nos damos la oportunidad de ir al encuentro de aquel que todo lo puede, el médico de cuerpos y almas, Jesucristo nuestro Señor quien siempre está a la espera de que lo dejemos entrar a nuestro corazón para sanarnos del cuerpo y del alma.
Con esto en mente, es que se abre un espacio para que los hombres también puedan vivir su momento de encuentro personal con Dios, rodeado de cientos o miles de hombres más que también han emprendido esa búsqueda de lo más trascendental y poner su mirada en lo que es para siempre, la eternidad. Metanoia de Hombres ha sido para muchos, un volver a nacer, un sanar las heridas que por tanto tiempo buscaron sanar y no pudieron. Buscaron en otras cosas, personas y lugares o por otros medios, para darse cuenta al final que solo en Jesús encontraron lo que tanto anhelaban. Ven a pasar un momento tan especial con Jesús, que te arrepentirás de no haberlo vivido antes. Te esperamos en el próximo Metanoia de Hombres.