Cerca De la ciudad de Beloxi en Estados Unidos, un huracán amenazaba con grandes vientos. Ya de noche y bajo una fuerte lluvia, un hombre se atravesó en la carretera. Habiéndose quitado la camisa, la enarbolaba y agitaba ante los vehículos. Los choferes pensaban que era un loco. Algunos lo esquivaron y siguieron de largo, otros, no pudiendo evitarlo pararon muy enojados, y le amenazaron con llamar a la policía si no despejaba el camino. Fue entonces que el hombre aparentemente “loco”, tuvo la oportunidad de hablarles y les dijo: —“El puente que está adelante ha sido arrastrado por las aguas. Si no los lograba parar de alguna manera, ustedes hubieran muerto como los otros choferes.”— Todos entonces comprendieron que aquel “loco”, era en realidad un héroe. Había arriesgado su propia vida para salvar la de ellos. ¿Y tú, le has dado gracias a los “locos” que han intervenido en tu vida?
Esta historia me hace reflexionar en nuestras propias vidas, pues tarde o temprano Dios permite que algún “loco” se atraviese en nuestro camino y después descubrimos que no era verdaderamente un “loco”, sino un enviado de Dios para anunciarnos el peligro que está por delante, y así no perecer como muchos que siguen de largo sin atender la advertencia para luego encontrar su muerte.
Hoy quisiera dedicar esta reflexión a todos ustedes que reciben y leen esta carta mensual, con el objetivo de meditar sobre la acción misericordiosa de Dios en nuestras vidas, y con la intención de poner un poco de énfasis en la juventud de nuestro tiempo, quienes muchas veces por la falta de experiencia son fácil presa de las adversidades. No cabe la menor duda que la juventud de hoy y todos en general, enfrentamos la lucha más grande que posiblemente ninguna generación antes había confrontado. Hoy las tentaciones se presentan al por mayor. Bien dijo Jesús en su palabra: “El ladrón vienes solamente para robar, matar y destruir., Pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Jn 10, 10). ¿Cómo descubrir al ladrón en nuestras vidas? ¿Cómo descubrir la sutileza de su trabajo con el fin de robar, matar y destruir? En base a estas interrogantes puedo manifestar que uno de los campos de batalla para el ser humano en general es, “el mundo”.
La palabra de Dios dice: “¿No saben ustedes que ser amigos del mundo es ser enemigo de Dios? Cualquiera que decide ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios” (Stgo 4, 4). En el sentido bíblico, la palabra “mundo” no representa el globo terráqueo, sino más bien las actitudes de los hombres que excluyen a Dios y viven según sus propios deseos. Estoy convencido que miles de personas están perdiendo la guerra en este campo y muchos ya han muerto, pues han sido presa del engaño del enemigo. La influencia del mundo tiene un poder devastador. ¿Qué es lo que el mundo le ofrece al joven de hoy como respuesta a su búsqueda de felicidad? Ante esta pregunta podría mencionarles las siguientes ofertas:
1. El amor libre, es decir, ellos no necesitan casarse para que tener relaciones íntimas o para vivir con la persona del sexo opuesto.
2. Las drogas y el alcohol, estas se ofrecen como un medio para experimentar sensaciones nuevas, y que provoquen una estimulación sobrenatural.
3. Las innovaciones tecnológicas de la era moderna, las cuales pueden ser utilizadas para enriquecer y fomentar el desarrollo humano, como también se convierten en armas que destruyen la conciencia, que fomentan violencia, sexo ilícito, violaciones, robos y asaltos a mano armada. Entre estas innovaciones tecnológicas, podemos mencionar las que tienen mayor influencia en la humanidad, como son: la televisión, la radio y la última novedad, el internet. Ahora bien, ¿cuáles son las cosas negativas que estos medios de comunicación proyectan a nuestros jóvenes? Puedo mencionar el sexo ilícito, pornografía, homosexualismo, violencia, asesinatos y rebeldía hacia los padres, etc., en sí, una pérdida total de los valores morales y espirituales. De esta manera el “mundo” se convierte en la tumba de muchos jóvenes que quedan atrapados por su influencia devastadora.
El segundo campo de batalla en donde miles de jóvenes y todos en general se pierden, es la “carne”. La sagrada escritura en la Carta a los Romanos, nos habla en relación a esta gran lucha que se da en los creyentes y no creyentes: “Sabemos que la ley es espiritual, pero en mi naturaleza humana estoy vendido como esclavo al pecado no entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, y en cambio aquello que odio es precisamente lo que hago. Pero si lo que hago es lo que no quiero hacer, reconozco con ello que la ley es buena. Así que ya no soy yo quien lo hace, si no el pecado que está en mí. Porque yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza de hombre pecador, no hay nada bueno., pues aunque tengo deseo de hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo, no hago lo bueno que quiero hacer, si no lo malo que no quiero hacer. Ahora bien, si hago lo que no quiero hacer, ya no soy yo quien lo hace, si no el pecado que está en mí. Me doy cuenta de que, aunque queriendo hacer el bien, solamente encuentro el mal a mi alcance. En mi interior me gusta la ley de Dios, pero veo en mi algo que se opone a mi capacidad de razonar.. Es la ley del pecado que está en mí y me tiene preso. ¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará del poder de la muerte que está en mi cuerpo? Solamente Dios, a quien doy gracias por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Rom 7, 14:25).
Es clara esta escritura que expresa que somos de naturaleza pecadora y que cuando no controlamos estas inclinaciones, nos comportamos mal o realizamos actos que no son agradables al Espíritu de Dios que habita en nosotros. En otra parte de la escritura, la palabra de Dios expresa que es fácil reconocer lo que viene de la carne: “Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriaguez, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales les prevengo, como ya los previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gal 5, 19:21).
La inmoralidad sexual la podemos calificar como uno de los enemigos más prepotentes en la cultura de los jóvenes de hoy, que se filtra a través de los medios de comunicación. ¿Qué vemos a través de estos medios?. Si es por medio del cine es difícil encontrar una película que no contenga escenas que promueven el sexo ilícito y el nudismo, el lenguaje obsceno y el uso de drogas y el alcohol. Esto mismo lo podemos identificar en otros medios mencionados anteriormente. ¿Qué dice la palabra de Dios a los jóvenes de hoy cómo respuesta a esta gran batalla?: “Huye de las pasiones juveniles. Vete al alcance de la justicia, de la fe, de la caridad, de la paz, en unión de los que invocan al Señor con corazón puro” (Tim 2, 22). La respuesta es HUIR, y huir significa evadir todo aquello que los estimule a caer en la esclavitud de la carne. Muchas veces pretendemos que somos capaces de vencer la tentación de la carne y nos acercamos demasiado al fuego, quizás por el momento pensando en no quemarnos, pero en un abrir y cerrar de ojos nos descubrimos envueltos en llamas por el fuego de la tentación. HUIR también significa alejarse de ambientes y lugares que nos invitan a la provocación y el deseo. Sabemos que las drogas y el alcohol son fuentes que fácilmente se unen con los apetitos del sexo desenfrenado, por eso hoy quiero advertirles a todos que huyan de las pasiones de la carne.
Hay una historia de un joven que entendió perfectamente lo que es huir para no caer en la trampa de la carne. El joven del cual hablo se llama José, y puedes leer su historia en el Libro del Génesis, Capítulo 39. Esta historia nos enseña que con Dios a nuestro favor, se puede conquistar el campo de la batalla de la carne.
El tercer campo de la batalla en el cual caen a diario muchos jóvenes y personas en general, son las malas influencias de aquellos que los rodean como son los falsos amigos y amigas. La palabra de Dios nos previene: “Algunas amistades se rompen fácilmente, pero hay amigos más fieles que un hermano” (Prov 18, 24). ¿Cómo distinguir entre un buen amigo y un mal amigo? Jesús expresó bien claro que las malas intenciones salen del corazón y que el hombre bueno da cosas buenas, pero el hombre malo, da cosas malas. En varias ocasiones han venido a mí jóvenes muy desesperados con la urgencia de tener un cambio en sus vidas y quieren salir de la esclavitud en la cual han caído. Por lo general en la conversación surge que quienes los influenciaron a llegar hasta ese punto, fueron los llamados “amigos”. Considero que en todo ser humano existe el deseo de no pasar desapercibido y ser aceptado por los demás. Hoy quiero decirles que hay hombres y mujeres que ya murieron y otros que están en la cárcel porque hicieron o cometieron algún acto equivocado, porque tal vez quisieron demostrar con este hecho, su necesidad de ser aceptados por sus supuestos “amigos”. Mi recomendación es saber elegir los amigos, como también el ambiente en donde se mueven, porque de eso dependen las decisiones a tomar que le harán ser victoriosos o caer derrotados. Recordemos que el fiel amigo es JESUS y todos aquellos que le siguen.
Estos tres campos mencionados anteriormente son los que el joven de hoy en día y todos en general tienen que conquistar o por el contrario, perecerán. La victoria del ser humano está en Jesucristo. Crean en el Señor y vencerán totalmente estos tres enemigos que buscan destruirlos. Recuerden estas palabras del Apóstol san Juan: “Porque todo el que es hijo de Dios vence al mundo. Y nuestra fe nos ha dado la victoria sobre el mundo. El que cree que Jesús es el hijo de Dios vence al mundo” (1 Jn 5, 4:5).
Precisamente es por eso que El Sembrador existe, pues uno de sus principales objetivos consiste en motivar, incentivar y acrecentar la fe en Jesucristo, dando a conocer el evangelio a través de todos los medios de comunicación social a su alcance y por los eventos de evangelización y misiones que le ofrece a los jóvenes y a toda persona en general, a retomar el control de su vida a través del poder de la sangre de Cristo.
Probablemente hay personas jóvenes y adultas que están atravesando por grandes conflictos en el control de su vida y no encuentran la forma de solucionar su problema a pesar de querer abandonar sus ataduras que los mantiene esclavos del pecado. Pues a todos ellos les puedo decir que JESUCRISTO ES LA SOLUCION DE SU VIDA. Solamente en él hay salvación, esperanza y nueva vida. Soy un ferviente testigo de que todo aquel que acepta a Jesús en su vida, encuentra la paz, el perdón, el amor, la amistad, la salud, la felicidad, la firmeza, la seguridad y muchas cosas más.
Una vez más quiero dejar constancia de mi agradecimiento a todos ustedes que permanecen fieles a nuestro apostolado y se han mantenido firmes con sus oraciones y su ayuda económica, pues es la única manera cómo podemos continuar haciendo nuestra tarea evangelizadora en este mundo. Sé que Dios devolverá con creces toda su ayuda y buena voluntad y diariamente le pido al Señor por todos ustedes que abren su corazón generoso a este apostolado y al evangelio de Jesucristo.
Hoy más que nunca necesitamos del apoyo de todos ustedes, pues es necesario construir la nueva casa de este apostolado que Dios nos ha permitido comprar con el aporte de cada uno de ustedes. Ahora hay que construir y necesitamos una vez más de su generosa aportación económica, por eso les pido de favor que nos ayuden en este nuevo proyecto, el cual será posible llevar a cabo con sus oraciones y también con sus donaciones. Anticipadamente en el nombre del Señor y del apostolado les agradezco por su afirmativa respuesta.
Aprovecho nuevamente la ocasión para mostrarme atentamente como su amigo y servidor en Jesucristo y Santa María de Guadalupe.
Noel Díaz
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