Las Buenas Nuevas

En la historia a la que me voy a referir a continuación, puedo observar varios elementos que nos enseñan lo personal que es el amor de Dios para cada uno de nosotros.

Sabemos que Jesús envió a 72 de sus discípulos a una misión especial, con instrucciones muy definidas y precisas. Es de suponer que si eran sus discípulos, era porque ellos creían y confiaban plenamente en El. Como bautizados todos estamos llamados a creer y confiaren Jesús y también a seguirlo.

En nuestros días vivimos la gran era de la tecnología, la globalización y los avances que nos permite ver más fácilmente lo que pasa en cualquier parte del mundo, en minutos o segundos. Aquí en los Estados Unidos de América, se nos identifica con números. Cada uno de nosotros tenemos un número de seguro social, o bien un número de licencia, etc.,para identificarnos, sin embargo para Dios es de manera diferente, porque él nos conoce por nuestro nombre, para él somos más que un número, seguimos siendo una persona de su naturaleza. “te llevo tatuada en la palma de mis manos” (Is. 49:16).

Al retornar con Jesús los 72 discípulos de la misión encomendada, llegaron felices porque los malos espíritus se sometían a ellos. Cuando nosotros le creemos a Jesús y seguimos sus instrucciones y enseñanzas en nuestras vidas, las fuerzas del mal no tienen poder sobre nosotros. Al contrario, nosotros en el nombre de Jesús podemos destruir las fuerzas del mal, porque él nos confiere el poder para hacerlo. QUE INTERESANTE ES SABER,CREER Y CONFIAR EN ESE PODER QUE EL SEÑOR NOS DA… ¿NO LO CREE USTED?

En ese retorno de los 72 discípulos reinaba la alegría en sus corazones por todo lo que habían presenciado, pero Jesús les viene a dar otra razón más grande e importante de su felicidad, cuando les dice: “Pero no se alegren de que los espíritus los obedezcan, sino de que sus nombres ya están escritos en el cielo” (Lc 10, 20). La escritura es bien clara cuando Jesús dijo: sus NOMBRES y no sus números. Permítame compartir lo que mi corazón entiende en esta historia de la Palabra de Dios. Desde el Antiguo Testamento Dios dio nombre a Adán y Eva, los primeros seres humanos hechos a su imagen, CEC357 El ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente.
Vemos que Dios le habla a Abraham por su nombre; a Moisés en el monte viendo la zarsa ardiendo; a Elías cuando anunció la sequía de Israel; a Samuel cuando estaba en el templo, etc..

Jesús hace lo mismo: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16, 18); “Marta, Marta, estás preocupada y te inquietas por demasiadas cosas, pero solo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte y nadie se la va a quitar” (Lc 10, 41).
A pesar de que somos pecadores, Dios nos sigue hablando en una forma personal por nuestro nombre. Cuando el apóstol San Pablo no había tenido su conversión, pues era un hombre que estaba en contra de Jesús y sus seguidores. Camino a Damasco el mismo Jesús le habla diciéndole: “Saulo, Saulo, ¿porqué me persigues?” (Hch 9, 4). Aquí podemos observar la gran misericordia de Dios, pues aún en nuestros días nos sigue llamando por nuestro nombre, porque para él no somos uno más de los millones de seres humanos que viven en este mundo. Aunque Saulo era un perseguidor de la iglesia de Cristo, fue llamado por su nombre y redimido del pecado, llegando a convertirse en un testigo fiel del Señor que inclusive murió defendiendo la fe en Jesucristo. Así que ¡animo!, usted y yo somos llamados por nuestro nombre y por amor. Sí, es el amor divino que él nos ofrece y que muchas veces nos es difícil de entender.

Si aceptamos su amor y creemos fervientemente en él, entonces debemos caminar como verdaderos discípulos e ir a buscar las almas pérdidas, las almas necesitadas de conocer que son amadas por el Señor. Vayamos a tenderle la mano al hambriento y al sediento de la verdad. Salgamos de nuestra comodidad y enfrentemos las fuerzas del mal con el poder de Jesucristo y así seremos instrumentos de salvación, y testigos del poder de Dios, al ver las liberaciones de los oprimidos por el mal.

En unas pocas semanas estaremos viviendo una experiencia poderosa en el Congreso de Católicos, y yo digo por fe, que veremos ¡cómo en el nombre de Jesús! miles de personas estarán siendo liberados del poder del mal y nosotros estaremos como los 72 discípulos, celebrando y diciendo: ¡Señor, hasta los demonios nos obedecen en tu nombre! (Lc 10, 17 (b)).
Pero más estaremos felices porque nuestros nombres ya estarán escritos en el corazón de Dios y eso llena toda mi vida de una esperanza sobrenatural que nunca me dejará, ni abandonará. Hoy le invito para que usted le comunique a alguien de esta oportunidad de asistir al Congreso y que usted tampoco se pierda esta dicha de celebrar nuestra Fe.

En conclusión, permítame resumir lo que esta historia bíblica nos deja en concreto para poder insertarnos en la vida…, hoy:

1 - Los discípulos de Jesús creían, confiaban y tenían fe en El.
2 - Ellos obedecieron sus instrucciones al pie de la letra.
3 - Vieron y experimentaron los resultados de confiar y obedecer a Jesús.
4 - El resultado del servicio al Señor, se convierte en una celebración y satisfacción de gozo personal y comunitario.
5 - Jesucristo les da una razón más grande para estar felices y es que sus nombres están inscritos en el libro de la vida, sí de la vida eterna, y esa es la ilusión y esperanza que sostiene y ha sostenido a todo creyente para llegar a la patria celestial y vivir con el Señor eternamente.

Mis queridos amigos, todos tenemos la posibilidad de convertirnos en verdaderos discípulos de Jesús y llevar a cabo la tarea de evangelizar y de ser portadores de ese poder que proviene del Señor: “Les aseguro que el que cree en mi hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está el Padre. Y todo lo que pidan en mi nombre yo lo haré, para que por el Hijo se muestre la gloria del Padre. Yo haré cualquier cosa que en mi nombre ustedes me pidan” (Jn14, 12:14)

La debilidad y el miedo están en el hombre, pero el poder está en el Señor. Mis amigos que están recluidos en algún centro de detención, la esperanza es de ustedes, el Señor promete la libertad de los cautivos, es el momento de empezar a ser libres de toda culpa por la misericordia de Dios, es tiempo de sentir esa libertad por el poder del Señor. Jóvenes que son la promesa del mañana, no dejen que malos espíritus vengan a sus vidas a tratar de hacerlos esclavos a través de las drogas, el alcohol, el sexo, etc., la libertad está allí, invocando, creyendo y confiando en el nombre de Jesús. “y le dio el nombre que está por encima de todo nombre” (Fil.2 2:9). AMEN.

Estoy sumamente agradecido con todos nuestros fieles amigos que nos ayudan mensualmente con sus ofrendas, tengan por seguro que Dios recompensará ese esfuerzo con abundantes bendiciones. Esa ofrenda hace posible que demos cumplimiento al propósito de la evangelización por los diferentes medios de comunicación de la radio, televisión, internet y las misiones que llevamos a cabo. Dios les bendiga.

Espero verlos personalmente en el Congreso de Católicos, pero mientras ese momento llega, quedo atentamente de ustedes como su amigo y hermano en Cristo Jesús y Santa María de Guadalupe.


Noel Díaz


P.D.

- El Congreso de Católicos es el próximo 28 y 29 de Agosto. Recuerden reservar con suficiente tiempo sus boletos y adquiéralos tan pronto como pueda. Este año tendremos un lleno completo. Invite a su familia, amigos, vecinos y compañeros de trabajo.

- Continuamos trabajando en la adquisición de la nueva casa para El Sembrador, recuerden que necesitamos de sus oraciones y de su apoyo económico para alcanzar el objetivo.

- Agradecemos a todas las personas que nos hicieron el favor de asistir a la Cena de Gala celebrada en el mes de julio. Dicho evento fue organizado con el propósito de tener la posibilidad de instalar antenas satelitales, a fin de beneficiar a muchas poblaciones rurales, como las aldeas, pueblos alejados de las grandes ciudades y también centros de reclusión y cárceles.