En el caminar de la vida, tarde o temprano, nos damos cuenta de la necesidad de sentir y experimentar el amor de nuestro padre. Independientemente de la experiencia personal de cada quien, es una gran verdad que en alguna etapa de nuestra vida sentimos la necesidad de ser amados y protegidos de parte de nuestro padre, pues a eso nos conduce la sensibilidad humana, creación de Dios. El amor del padre es una necesidad interior pues el mismo nos produce los efectos de la firmeza y seguridad en la vida, al hacernos sentir confiados plenamente. sea por experiencia personal o bien porque sabemos de algunos casos dentro de nuestra familia o amistades, sabemos de las consecuencias que produce el haber tenido un padre alcohólico, abusador, infiel, etc. que no nos proporcionó ese amor, cuidados y aprecio tan deseados y que consolidan la personalidad de todo ser humano. Es por eso que hay muchas personas que siguen buscando el amor de su padre, pues el mismo es una necesidad interior. Cuando el padre asume su plena responsabilidad con la sabiduría de Dios y otorga su amor, él mismo se convierte en un instrumento poderoso en la vida de cada hijo e hija.mucho tiempo tuve conocimiento de un estudio que se hizo a padres de familia en relación a la vida espiritual y su impacto en la familia. Dentro de sus conclusiones se encontró que el padre tenía más influencia positiva en los hijos e hijas que la madre. Esto indicaba que si el padre era un hombre con valores espirituales cristianos, eso establecía una gran diferencia positiva en los suyos. Por otro lado, que si el padre era un hombre sin estos valores espirituales esto tenía un impacto fuertemente negativo en sus hijos e hijas.que aunque muchos de nosotros fuimos influenciados por nuestras madres, no deja de tener sentido este estudio, dado a que cuando uno es niño siempre mira al papá como su héroe, por la seguridad que él mismo puede proyectar. Es verdad que la madre por lo general mantiene una relación más cercana con los hijos, pero también es cierto que en lo que refiere a seguridad y firmeza, la buscan en el padre y cuando no la encuentran esto causa un impacto negativo en los hijos. un padre desempeña su función con responsabilidad, el hogar se convierte en un lugar saludable, espiritual y sicológicamente hablando. De allí vienen los hijos con alta estima, seguros y capaces de saber enfrentar los desafíos de la vida, y también capaces de reconocer los peligros de ser víctimas de las malas influencias.figura del padre y su influencia en los hijos siempre ha sido determinante para la vida de ellos. Hoy más que nunca debemos de levantar esta vocación al nivel que Dios quiere que sea. Cuando esta figura paternal pierde su valor, respeto y reputación, nuestras familias y la sociedad sufren las consecuencias. Con tanta verdad e insistencia Jesucristo nos muestra lo importante que es estar en comunión con su Padre. Como nunca antes ningún hombre o profeta lo había manifestado, Jesús viene y nos enseña el gran valor de la relación con la figura del Padre. Muchas son las veces que en su Palabra, escuchamos a Jesús una y otra vez establecer esa importante relación: “Felipe le dijo entonces: -Señor, déjanos ver al Padre, y con eso nos basta. Jesús le contestó: -Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿por qué me pides que les deje ver al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las cosas que les digo, no las digo por mi propia cuenta. El Padre, que vive en mí, es el que hace sus propias obras. Créanme que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; si no, crean al menos por las obras mismas.” (Jn 14, 8-11).
“Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.” (Jn 15, 9-10)que no tienen o han tenido una buena relación con su padre tienen problemas que ponen en riesgo su estabilidad emocional y eso se debe a la falta de esa presencia amorosa que es autoridad, pero que al mismo tiempo es amor que produce firmeza y seguridad en sí mismo. Muchas personas están buscando o han buscado esa figura paterna que está ausente y han equivocado el camino, la ruta y hasta el personaje y han caído en malos ejemplos de vida. El otro día vi en un noticiero en la TV que un reportero entrevistaba a un joven que acababa de salir de la cárcel y le preguntó por qué se había metido en tantos problemas con la ley, a lo cual él respondió: - es que mi padre nunca estuvo con nosotros y cuando yo necesité la figura de mi padre la busqué en mi hermano mayor y él andaba en malos pasos y yo seguí ese mismo camino, porque para mí él era mi héroe-.ús no sólo nos muestra su relación con su Padre sino que nos toma y nos revela que su Padre es también nuestro Padre. Que maravilloso saber que tenemos el mismo Padre, ya que Él nos formó. Hoy en día se habla mucho del tema del A.D.N. (D.N.A.), esto es una forma de identificar a alguien con su origen de parentesco. Este es un método o procedimiento para resolver muchos casos de identidad. que quiero decir es que cuando nosotros engendramos y vemos a nuestros hijos con ciertas características, rápidamente decimos: ¡es igualito que su papá o su mamá! ¡Hasta camina como él o ella! ¡Se parece mucho a su mamá o su abuelito!,etc., y eso tiene su fundamento pues se supone que nosotros transmitimos nuestros genes a ellos y llegan a ser parecidos en algo a nosotros. Pues de esa misma forma mis amigos, nosotros fuimos creados por nuestro Padre y como Él es amor, bondad y generosidad, nosotros también tenemos estas características que Él nos trasmitió, es decir, todo lo bueno que El tiene y es. Por esa misma razón y circunstancia, yo firmemente creo que no hay una sola persona que sea mala del todo, pues todos tenemos en el fondo, cosas buenas que vienen del Padre, creador y origen de la vida.sobre este punto en particular, recuerdo que en mi adolescencia y juventud siempre buscaba esa figura e imagen del padre y muchas veces me encontraba hablando con personas mayores. Recuerdo que conversaba frecuentemente con el viejito que se paraba en la esquina de mi casa por las mañanas a tomar sol, con quien mantuve alguna amistad y también a un vendedor ambulante cercano, a quienes con frecuencia les hacía muchas preguntas. Considero que inconscientemente buscaba la dirección paterna, la seguridad y la firmeza que nunca tuve cerca de mi alcance a consecuencia de la falta de esa presencia paternal que nunca tuve. De adulto busqué esa firmeza y dirección de mi vida en varios de los sacerdotes que en verdad llegaron a ser grandes instrumentos de Dios para mi vida. Hasta la fecha tengo la dicha y felicidad de tener sacerdotes amigos a quienes veo y considero en la esencia y figura paternal, porque para mí lo han sido, al afirmarme con su ejemplo y consejos en la dirección de mi vida.que cuando mi mamá estaba en el hospital durante su enfermedad y antes de su muerte, llegó a su cuarto el capellán del hospital, un sacerdote a quien yo no conocía, se presentó y oró por mi mamá. En ese preciso momento sentí una suave brisa que llegaba a nosotros en la forma de consuelo y esperanza. Al finalizar se hizo presente el Padre Jay, párroco de Santo Tomás, un hombre de Dios, quien también nos dio palabras de esperanza y su oración nos confortó y nos hizo levantar el ánimo. Unos días antes de la muerte de mi mamá, llegó a verla el Padre Francisco quien se encargó de darle los santos oleos y con quien mi mamá hizo su última confesión. mención de esta situación de mi vida, porque sabemos que en estos últimos años se ha cuestionado mucho a nuestra iglesia por la conducta de sacerdotes que han abusado de menores y por escándalos de homosexualidad,con lo cual se ha traído mucho dolor a las víctimas, sus familiares y también a la iglesia, sin duda alguna. Muchos de los medios seculares se han aprovechado para enviar un mensaje muy sutil y a veces muy directo, diciendo que todos los sacerdotes son iguales a los que fallaron. obstante a lo anterior, yo quiero aprovechar este bendito momento y ocasión para brindarle más que nunca, mis respetos y admiración a todo sacerdote, ya que estoy convencido que ser un sacerdote y siervo fiel de Dios, hoy en día es ser un servidor valiente y de convicción en su vocación. Hoy precisamente, cuando ustedes están leyendo esta carta mensual, en honor a cada sacerdote, o bien como cariñosamente como les llamamos, les quiero agradecer porque yo doy testimonio en lo que me corresponde, de que los sacerdotes para mi vida y familia han sido un gran regalo de Dios, y por ello mismo los admiro, los amo y los respeto. MIS QUERIDOS SACERDOTES Y SIGAN ADELANTE CON SU MISION EVANGELIZADORA PARA EXTENDER EL REINO DEL SEÑOR.concluir, es mi deseo felicitar a todos los padres de familia a quienes animo para que continuemos esforzándonos por ser mejores cada día y que nuestros hijos y familia, aprendan a ser agradecidos con la obra de Dios. Levantemos nuestra oración al Señor para que él nos ayude con su bondad infinita a amar a nuestros hijos con sus virtudes y defectos. la misma manera roguemos a Dios por todos los sacerdotes en este año sacerdotal, oremos por ellos y por más vocaciones, pues los necesitamos mucho. que nuestro Padre Celestial nos guíe por esta vida a todos como sus hijos e hijas y que lleguemos a creer que Él nos ama y su prueba es que Jesús su Hijo, nuestro hermano y Señor quien nos ha redimido por amor y ese amor viene de quien lo envió, nuestro Padre del cielo. Amén.presento mi agradecimiento a todos ustedes que reciben esta carta y nos ayudan a sembrar con sus ofrendas mandando sus semillas de amor, pues ello nos ayuda a seguir llevando por todo el mundo el amor de nuestro Padre tan necesario en nuestra sociedad llena de conflictos y problemas. Su ayuda económica hace posible que sigamos cosechando frutos para gloria de Dios y así seguir extendiendo su reino de amor.de ustedes agradecido en el amor eterno del Padre del cielo, quien nos brinda la ocasión de compartir su amor a través de Cristo en el poder del Espíritu Santo, que nos une en un sólo cuerpo en la maternidad de Santa María de Guadalupe y nos hace hermanos en la fe.