¿Te sientes desanimado, triste? ¿Este tiempo de preparación a la Navidad ya no te dice nada? ¡Las palabras del Papa emérito Benedicto XVI son para ti!

21 de diciembre, 2021.

 

Este tiempo de Adviento es preparación y espera; no una espera pasiva, como quien simplemente se sienta a ver que pasar la vida y el tiempo para ver si todo mejora, sino una espera activa.

Recordemos que Jesús ya vino en su ser terrenal. La Navidad es un recuerdo de ese acontecimiento histórico que tuvo lugar en la historia de la Salvación. El Señor también viene a cada momento, se quedó con nosotros en la Eucaristía, sigue llamando en los corazones, sigue presente, latiendo entre su pueblo. Pero también hay otra realidad que tenemos muy presente en el Adviento, y es que el Señor vendrá de nuevo.

Si el presente no me es satisfactorio, si en el presente no logro ver al Señor, tengo todavía la esperanza de que regresará. Ya no como un humilde niño, de manera desapercibida. Vendrá con gloria, vendrá a reinar y por fin habrá paz y justicia, esa que tanto anhelamos. Esta es otra realidad que invocamos siempre, incluso durante la Misa cuando rezamos “¡Ven Señor Jesús!”.

Sí, deseamos que venga de manera espiritual a mi corazón, que me conceda alegría, felicidad y que me ayude con mis metas y sueños. Pero, para el cristiano, también es pensar en la realidad de su Venida final, en la Parusía y este tiempo de Adviento nos habla de ello.

¿Qué nos dice Benedicto sobre la Esperanza?

Él nos recomienda tratar de encontrarnos con Dios en “cuatro lugares” muy específicos.

1. En la oración: “Cuando ya nadie me escucha, Dios todavía me escucha”. Esta es una certeza que debemos tener como cristianos. Nunca estamos solos, siempre me puedo encontrar con Dios en la oración.

2. Actuando: “La esperanza en sentido cristiano es siempre esperanza para los demás”. Y es una esperanza activa. Cuando sé que aún hay esperanza, debo actuar como lo que ya espero también en favor de los demás.

3. En el sufrimiento: Aquí el Papa emérito nos lo dice todo “Conviene ciertamente hacer todo lo posible para disminuir el sufrimiento”. Sin embargo “lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento (…) sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito.

4. El juicio de Dios: “Existe la resurrección de la carne. Existe una justicia. Existe la ‘revocación’ del sufrimiento pasado, la reparación que restablece el derecho”. Podría parecer que el juicio futuro no es para tener alegría en la esperanza, pero la realidad es así, porque se trata de reparar en justicia todo el mal cometido: Es imposible que “la injusticia de la historia sea la última palabra”. “La gracia no excluye la justicia… Al final, los malvados, en el banquete eterno, no se sentarán indistintamente a la mesa junto a las víctimas, como si no hubiera pasado nada”.

Esperando siempre

Así pues, se nos invita a todos quienes creemos en Cristo a esperar contra todo, porque no estamos solos, porque Dios alivia nuestro sufrimiento, porque podemos actuar siempre en favor de los demás y porque esperamos en el juicio justo de Dios, que nos hará justicia en el Último día.

Vivamos entonces contentos en este tiempo de Adviento, cuando se acerca ya la celebración del Nacimiento del Señor.