Cartas de Noel 2008


Ir al Contenido

Septiembre

Septiembre 2008



TU VIDA ES UN REGALO DE DIOS, APROVECHA BIEN TU TIEMPO


Hace unas semanas atrás me encontraba en el lugar donde frecuentemente hago un poco de ejercicio. Por lo general allí en ese lugar, nos juntamos varios hombres para jugar un poco con la pelota de futbol, a lo que le llamamos comúnmente una cascarita, un mascón. Ya son varios años que vengo haciendo esto, en la medida que se me da el tiempo.

Durante este tiempo me he hecho de algunos amigos que en su mayoría son de origen suramericanos, entre ellos, colombianos, argentinos, peruanos, mexicanos, etc. Dentro de este grupo hay un amigo en particular de nombre Julio Ruiz, el es peruano. Puedo decir que de todos, Julio es con quien he compartido un poco más que con ningún otro. A él lo conocí en el parque, jugando futbol. A través de los años, Julio nunca dejo de llamarme por teléfono, casi cada semana, para preguntarme si iba a ir a jugar para aprovecha a hacer un poco de ejercicio. Para este amigo yo solo era la persona que iba al parque para jugar un rato y nada más. Es lógico que al pasar el tiempo nos fuimos conociendo cada día más.

Un día tome la decisión de invitar a Julio y su esposa a uno de nuestros congresos, ya que llevaban muchos años de casados y no habían podido engendrar un hijo, así que les dije que Dios podía hacer la obra en ellos. Llegó el día en que vivieron el congreso y se les hizo oración por la petición de ser padres. Para gloria de Dios poco tiempo después, Mónica esposa de Julio, quedo embarazada y tuvieron un hijo de nombre Nicolas. Julio y Mónica se convirtieron en unos padres muy felices. Al pasar los años tuve la dicha de ver crecer a Nicolas al lado de Julio, en las ocasiones que yo podía asistir jugar un rato.

Como mencione al principio de esta carta, hace unas semanas atrás, en uno de los días que fui a hacer ejercicio, sostuve una conversación con Julio. Me dijo:
–sabes Noel, un día de estos me voy volver a Perú, junto con mi familia– y agregó: – es que ya estoy cansado de puro trabajar y trabajar y uno no llega a nada, prefiero juntar un dinero y comprarme una casita en mi país y vivir más tranquilo–. Mientras el decía esto, en su rostro pude observar una mirada de tristeza. Nunca me imagine que esta iba ha ser la última conversación con mi amigo Julio.

Seis días después, Julio tuvo un infarto cardíaco y murió en el hospital, mientras lo asistían. No podía creer la noticia cuando me llamo uno de mis hijos para informarme, ya que me encontraba fuera de la ciudad.

En esa última conversación, Julio me estaba hablando de un viaje que él deseaba hacer, de un volver a su país y a sus raíces. La verdad es que mi buen amigo Julio definitivamente emprendió el viaje, sin retorno.

San Agustín dice: “Nos has creado para ti Señor, y nuestra alma está inquieta hasta que descanse en Ti”. Esta es una verdad que debemos grabarnos a fuego en nuestra alma y que tendríamos que repetirnos cada instante de nuestra vida: “Dios me creó por amor”. “Dios quiere que yo sea feliz para siempre con Él en el cielo”.Y el hombre tiene en su interior este deseo de felicidad completa que el mismo Dios le infundió. Queremos ser felices. Todos. Este deseo de felicidad que está en nuestro corazón, en lo profundo de él, fue puesto por Dios y Dios lo quiere satisfacer plenamente cuando Él se nos entregue completamente en el Paraíso. Nosotros venimos de Dios y a él debemos de volver.

Ese día me pregunte interiormente,
¿si hubiese sabido que esa era la última vez que estaría conversando con él, qué le hubiera dicho o que le hubiera preguntado?. Nunca deja uno de aprender que la vida es hermosa y valiosa y que se va demasiado rápido, como para dejar pasar por desapercibido, que cada día es un regalo de Dios. Con gran razón Jesús en varias ocasiones y en diferentes formas, nos dice: Estén preparados, estén alertas. Todos sabemos el día en que llegamos a este mundo, pero no sabemos el día que partiremos para volver con él. Lo que es importante es estar concientes de lo que estamos haciendo con la vida que Dios nos ha otorgado, nos ha prestado. Cuando inclinamos nuestro rostro y abrimos los oídos a la escucha de la Palabra de Dios y la ponemos en practica, entonces estamos viviendo la vida en El y a la vez estamos alertas y preparados para el día que debemos emprender ese viaje hacia la patria celestial.

Todos los que hemos conocido a Dios y sabemos de su infinita misericordia por medio de Jesús, el Señor, no debemos vivir en temor por la muerte, sino más bien en la esperanza de saber que cada día se convierte en una oportunidad de ser mejores hijos, mejores padres, mejores esposos y mejores discípulos del Señor.

Jesús vino a realizar un gran misión a en este mundo. Vino a mostrarnos el camino de vida; vino a salvarnos; vino a liberarnos y ha manifestar la misericordia de Dios Padre. Dios no se sorprende de nuestros pecados, más bien El esta en la espera de ver que hacemos después que hemos pecado, es decir que está atento a ver si nos arrepentimos o si ignoramos la voz de nuestra conciencia . Si pecamos, él sabe que somos pecadores por naturaleza y Dios es justo él no puede pedirte algo imposible. Pero la reacción a tu tendencia al pecado, es lo que es importante. Una cosa es que el pecado me alcance y otra que el pecado me atrape y me enrede en su trampa. Si me caigo, me debo levantar para no cederle al enemigo mi vida.

Hoy les he compartido esta historia de mi amigo Julio por varias razones. Una de ellas es que valoremos cada día que tenemos de vida para decir y desear cosas buenas a los que están cerca o lejos de nosotros: un perdóname, un te quiero, un te necesito, un gracias por lo que haces por mi, un te perdono aunque no me hayas pedido perdón, etc. Es también para saber valorar cada oportunidad que tenemos y dejar a un lado el pesimismo, el ya no se puede, el porque a mi, etc.. Aprendamos a decir diariamente al Señor:
¡Gracias Dios todopoderoso, por el don maravilloso de la vida, ayúdame a saber vivir en plenitud cada día que por tu misericordia me ofreces! ¡Dame sabiduría para tomar decisiones correctas! ¡Concédeme el valor de huir y apartarme del pecado que me acecha y busca atraparme! ¡Señor, quiero ser verdaderamente libre para amarte y servirte todos los días de mi vida! Amén.

Espero que esta reflexión le de mucha fuerza y le ayude ha aprovechar cada momento de esta vida y que inclusive cuando las cosas no vayan bien, con mayor razón le permita sujetarse del amor de Jesús, nuestro Señor y Salvador.

Si usted es de las personas que asistió al pasado Congreso de Católicos Unidos en la Fe, estoy seguro que su corazón aun palpita con el gozo del Señor, porque estas bellas experiencias se quedan en lo mas profundo de nuestro ser. Por favor les pido que no dejemos la oración diaria y frecuente, la vida sacramental, principalmente la Eucaristía, la lectura de la Palabra de Dios y el dar testimonio con nuestra vida, con palabras y con nuestro servicio.

Por mi parte, yo pediré por cada uno de las personas que recibe esta carta como usted, para que Dios siga guiando sus pasos y conduciéndolos a pastos verdes en el abrazo del Señor, lugar en donde su gracia es abundante. Gracias infinitas por su ofrenda de amor, por sembrar su semillas en el campo de Dios, y que así pueda cosechar todos los frutos de bendiciones de parte de nuestro buen Dios. Recuerde que sin su ayuda sería muy difícil seguir alimentando a miles de almas en este mundo tan necesitado del amor de Dios..

Quedo atentamente como su hermano en Jesús, el Señor y Santa María de Guadalupe, nuestra amada madre.


Noel Díaz


Regresar al contenido | Regresar al menú principal