Abril 2009
CAMINEMOS EN LAS HUELLAS DE JESUS
Jesús vivió una vida con momentos de una intensa felicidad y también de intenso dolor y sufrimiento. Si, es cierto que Jesús es verdadero Dios, también es cierto que es verdadero hombre. En el evangelio encontramos varias referencias de su identidad, y una de ellas es: EL HIJO DEL HOMBRE. Esto habla muy fuerte de la parte humana, y es que en si, Jesús tuvo que enfrentar los problemas de la vida con mucho dolor, sin embargo, el representaba la esperanza, la luz y la salvación.
A veces es difícil poder entender que Jesús tenia el poder a su alcance de sanar a los enfermos, de multiplicar los peces, de resucitar muertos y de hacer posible tantas señales mas, sin embargo, también podemos apreciar a Jesús como un ser humano tan vulnerable, tan frágil como cuando nació en su pesebre, tan frágil como cuando salieron José y María huyendo a Egipto, como si herodes hubiera tenido mas poder que el mismo Dios creador de los hombres.
Cuando Jesús se enfrenta a las tentaciones de Satanás en el desierto, al inicio de su vida publica, se puede entender que Jesucristo hecho hombre, este en un momento pensando en algo que no va de acuerdo a la voluntad de Dios. Podríamos decir en otras palabras que Jesús tuvo como la tentación de hacer algo que no pareciera malo. Posteriormente y en otra etapa de su vida, El tiene que enfrentar a personas que le van a rechazar, también a otros que lo van a acusar diciendo que es un falso profeta y de ofender al mismo Dios, luego sus amigos lo van abandonar, negar y uno hasta traicionar.
Por ultimo se encuentra ante la realidad de que va a morir de la manera mas cruel que un ser humano puede enfrentar en esa época y por esta razón ruega a su Padre en Getsemaní, si puede evitar esa muerte, si es posible cambiar de planes, por favor lo haga. En todos estos acontecimientos anteriores se podría llegar a pensar ¿Como es posible que Jesús siendo el Hijo de Dios, parezca como si estuviera solo ante al mundo y las circunstancias que le rodeaban? Pareciera como si Jesús fuera impotente al no poder cambiar el resultado de su sufrimiento. La verdad que este es el gran misterio de la vida, pasión, muerte y resurrección de nuestro Salvador y Señor Jesucristo.
Tal y como lo mencione en un principio de esta carta, Jesús también tuvo momentos de intenso gozo y felicidad. Su nacimiento en e pesebre fue un acontecimiento tan grande para todos los que fueron testigos, para la Virgen María, San José y hasta los Ángeles del cielo quienes estaban celebrando en ese día tan esperado y bendito. El evangelio nos recuerda que María: TODO LO GUARDABA EN SU CORAZON. Posteriormente vemos que el inicio de su servicio publico se da cuando realiza su primer milagro en las bodas de Cana y Galilea, transformado el agua en vino. De allí en adelante cada señal milagrosa se convertía en una fiesta para todos los que eran testigos del poder de Dios manifestado. El evangelio nos comenta de aquella ocasión cuando Jesús estaba lleno de alegría, porque los 72 discípulos habían vuelto con buenas noticias: “ Los setenta y dos discípulos volvieron muy contentos, diciendo: «Señor, hasta los demonios nos obedecen al invocar tu nombre.» Jesús les dijo: « Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Miren que les he dado autoridad para pisotear serpientes y escorpiones y poder sobre toda fuerza enemigas: no habrá arma que les haga daño a ustedes. Sin embargo, alégrense no porque los espíritus se someten a ustedes, sino mas bien porque sus nombres están escritos en los cielos.» (Lc. 10, 17-20). Lo mismo sucedió cuando el acontecimiento de la transfiguración, cuando Pedro ya no quería bajar del monte Tabor, pues le causa tanta alegría y felicidad conocer la gloria de Dios y escucharon esa voz que decía: “ Este es mi Hijo amado: escúchenlo”. (Mc 9,7). Finalmente su victoriosa resurrección y su ascensión al cielo. En este ministerio de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús, se encierra también y en buena parte, el misterio de nuestra propia vida. Es por esa razón que le he dado el titulo a esta carta de: Caminemos en las huellas de Jesús. Caminar en las huellas de Jesús es una decisión personal. Caminemos en las huellas es aceptar su invitación cuando nos dice a cada uno: “VEN Y SIGUEME” (Mc. 10, 21).
Caminar sobre sus huellas es vivir intensamente los momentos de gozo y felicidad y ser fuertes sin desmayar en los momentos de dolor y sufrimiento, tal como El nos enseña a hacerlo. La enseñanza de la iglesia siempre ha sido que Jesús fue en todo hombre como nosotros, menos en el pecado. Esto significa cual era su manera de vivir. El nos muestra que se puede vivir en paz, en amor, en armonía y plena confianza en Dios Padre a pesar de los desafíos y problemas de la vida. Jesús no solo es un mensaje dicho con palabras, sino es una persona con todas las características de un ser humano expuesto al dolor. Entre mas me interno en el misterio de la vida de Cristo, mas provecho puedo sacar, especialmente al saber y comprobar que en mi existe una parte divina y una humana. En lo divino descubro mi necesidad del ser supremo Dios y al mismo tiempo su presencia. San Pablo nos recuerda el decir que somos templo del Espíritu Santo y que el Espíritu mora en nosotros como garantía o anticipo de lo que hemos de recibir. Cuando Jesús estaba en la cruz, unos decían que El salvo a muchos y no era capaz de salvarse así mismo. Uno de los criminales a su lado le dijo en la crucifixión: Si eres el Hijo de Dios sálvate y sálvanos a nosotros. ¿ No será que a veces así nos sentimos?. Los que no creen o que no están de acuerdo en asistir a la iglesia por fe, fácilmente nos dice: ¡no que tanto Dios mira como estas sufriendo!, como si por el hecho de creer en Dios y seguirle significara que no vamos a sufrir.
Cuando un cristiano entiende en parte el misterio de Jesucristo sabe lo que es caminar sobre las huellas de Jesús, muy adentro de su corazón sabe que cada paso que da en sus huellas, su vida esta sujeta a la del Señor y así como el venció todas las tentaciones y su luchas interiores, así también nosotros venceremos y saldremos victoriosos. Al final de la vida terrenal, Jesús dejo muy claro que quien confía en El tendrá la victoria asegurada, así quedo demostrado con su gloria resurrección. El ya lo había dicho antes de su muerte: “ Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mi, aunque muera, vivirá; y todo el que todavía esta vivo y cree en mi, no morirá jamás. ¿Crees esto?”, (Jn 11:25). Amen.
Agradezco su generosidad al hacerse solidario con nosotros en la gran encomienda de continuar llevando el mensaje de fe, amor, esperanza y paz de Jesucristo, ya que son miles de personas alcanzadas cada día por los diferentes medios que Dios nos ha dado para ser utilizadas. Su ofrenda de amor que usted ofrece con mucho sacrificio, esta dando mucho fruto y estoy convencido de que Dios en su bondad y generosidad no le dejara sin su merecida recompensa.
En el poder de Cristo Resucitado y en el amor intenso de María Santísima de Guadalupe, aprovecho para desearle a usted y su familia unas felices pascuas de resurrección. Su amigo.
NOEL DIAZ