Julio 2009
TODOS SOMOS MISIONEROS
Cada mujer y cada hombre somos misioneros, usted tiene una misión a cumplir en esta vida. Esta misión va acompañada con el don maravilloso de la vida, que hemos recibido de nuestro Padre celestial y creador nuestro. Antes, yo pensaba que los misioneros eran aquellos que iban a lugares lejanos, como el África y otros destinos. Sin embargo al pasar el tiempo me di cuenta que ellos son una clase de misioneros, pero que en si, todos tenemos una misión que cumplir.
Cuando una persona se salva de un accidente o enfermedad, escuchamos decir: “es que todavía no le tocaba porque aun no ha cumplido su misión”. Le ha preguntado usted a Dios alguna vez: ¿Señor, cuál es mi misión?, ¡muéstrame tu plan para mi vida!....
El objetivo de que tenga esta carta en sus manos es; que tome conciencia totalmente de su llamado a vivir en armonía como su misión personal, una vez que la haya identificado y hecho suya plenamente. Me atrevo a decir, que cuando no estamos perfilados en la misión que Dios nos ha encomendado, estamos perdidos en un mundo sin la presencia del Señor y sin la ilusión de la verdadera dicha y plenitud que El nos ofrece gratuitamente. Por lo tanto, cariñosamente hoy le pregunto: ¿usted se reconoce cómo misionero si o no?. Si su respuesta es si, esto significa que su vida tiene un verdadero sentido y la misma se dirige y camina alrededor de esta misión.
Desde el momento de nuestra creación personal, Dios nos destinó para vivir una vida plena, hasta la vida eterna por medio de su Hijo Jesucristo, quien a dejado bien claro cual debe ser nuestra misión. Todo Bautizado debe desear vivir su misión compartiendo la cruz de Jesús, dándose así mismo a la gente, derramando nuestras vidas por el evangelio de Cristo. Y no como un sacrificio, sino como un privilegio, un honor, un don de Dios. O la misión es auto entrega o no es misión en absoluto. O es una vida entregada por el evangelio de Cristo o no es misión. Sí, preciosa es la vida entregada por la misión.
Esta experiencia pascual, nos llega también a través de la misión del apóstol Pablo, que encontró en Jesucristo la justificación y la razón de su vivir y de su morir, como atestigua escribiendo a los cristianos de Galacia: «Con Cristo he sido crucificado y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mi. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mi.» (Gál 2,20). El designio del Padre se cumple en la plenitud de los tiempos: «hacer la unidad del universo, de lo celeste y de lo terrestre, por medio de Cristo» (Ef 1,10)
El otro día, escuche un comentario de un hombre que estaban entrevistando, acerca de su participación en una forma de ayuda a la comunidad local, con niños discapacitados, y dijo algo que me llamo la atención: La vida, no es vida, si no haces algo por los demás. No cabe duda que esas palabras son muy ciertas.
Cada día que pasa, confirmo que esta carta que escribo para ustedes cada mes, llega a muchos de mis hermanos que están en diferentes reclusorios o en centros de readaptación social, privados de su libertad. Esta carta llega gracias a alguien que se preocupó y tomo como una misión, llevar esta carta a ese hombre o mujer dentro de esas paredes, en donde muchos de los que se encuentran allí se sienten abandonados y rechazados por la sociedad, como si no fueran humanos. Estas personas son nuestros hermanos, y necesitan saber que hay quienes aun sin conocerlos, pedimos a Dios por ellos y que por ese compromiso personal nunca nos olvidaremos de ellos. No se me olvidara nunca la vez que estuvimos en la capital de México realizando una misión de evangelización. Poco antes que terminara la misa de clausura, se me acerco un niño de unos 10 años y me dijo al oído en tono bajo: “Le puede pedir a Dios por mi papá”. Me lo dijo como si fuera un secreto, como que tenia pena y no quería que nadie supiera su dolor. Le pregunte con voz baja: ¿Qué tiene tu papá…, porqué quieres que pida por él?. Nuevamente me dijo con voz suave: -es que él está en la cárcel- Le respondí: -“claro que si, mi hijo, voy a pedirle a Dios por tu papá, para que ya lo tengas contigo otra vez”-. Después le extendí mis brazos, como yo estaba sentado y el de pie, parecía que estábamos a la misma estatura, permanecimos abrazados por uno segundos, y él comenzó a llorar con profundo sentimiento, yo sentía que me apretaba con sus bracitos delgados como no queriendo soltarme. En ese momento pude comprender y sentir que esta creatura estaba necesitada de la figura paterna en su vida; y, al mismo tiempo, yo quise transmitirle el amor de su padre en ese abrazo. Fue un momento que guardo en mi corazón y que nunca olvidare. Ya en otra ocasión hable de esta historia y se que no será la última vez que lo haga.
Yo describo este momento como la necesidad interior de cada ser humano, de ser escuchado, de ser aceptado, de ser consolado, de sentirse amado y perdonado. Dios necesita de cada uno de nosotros. En usted hay mucho para dar, ya usted cuenta con dones y regalos que Dios le concedió desde su creación y que se los dio con el propósito de cumplir su misión, y que usted al desarrollarlos encontrará la libertad y un sentido maravilloso de plenitud y de satisfacción. Nuestra misión personal, es que todos conozcan a su Creador y reconozcan el tesoro que llevan dentro de su propio ser. Todos nos equivocamos en la vida, pero esta no debe ser la excusa para pensar que no servimos o que no tenemos algo bueno que ofrecer. Esas son las mentiras del diablo que tienen a muchos sin llegar a descubrir su tesoro. Si hermanos, muchos siguen buscando el tesoro afuera, sin saber que esta dentro. Jesús dijo: «El Reino de Dios esta cerca». Cristo era Dios, el estaba entre ellos y muchos pasaban de largo y aprisa porque iban al templo a buscar a Dios. San Agustín decía: tengo miedo de que Jesús pase y no me de cuenta. Amados amigos, ruego a Dios para que no dejemos pasar el tiempo sin encontrarnos a nosotros mismos y encontrarnos con El, para descubrir nuestra verdadera misión como hijo de Dios.
¿Qué le respondería usted a Jesús si le dijera hoy?: Amiga, amigo ven, no tengas miedo, déjame llevarte por el sendero del amor, yo te conozco y la sed y hambre que tienes de experimentar mi presencia. Estoy muy cerca de ti, estoy contigo, estoy adentro de ti, siempre he buscado un lugar adentro de tu corazón. Tengo tanto que compartir contigo, que si crees en mi, te aseguro que nunca más sentirás soledad y nunca mas dirás que todos te han abandonado, recuerda que ya no te llamo siervo, sino amigo y un amigo es aquel que se queda cuando todos se han ido. Un amigo es aquel a quien puedes confiarle todas tus pernas y alegrías. Permíteme ser tu amigo, para que juntos podamos ir al mundo en donde muchos de tus hermanos están caminando en la vida sin rumbo fijo. Ellos se han extraviado por los caminos, vayamos entonces con la misión de encontrarlos y amarlos. ¿Me ayudas?
Ojala que nuestra repuesta sea: Si, Señor, envíame a mí. Acepto la misión de llevar tu luz donde haya oscuridad y en donde haya odio, lleve tu amor.
Cada vez que comienzo a escribir, no se hacia donde me llevara la inspiración. Es como salir a una aventura donde te vas dejando llevar por ciertas señales, sin saber en realidad a donde llegaras. Sin embargo, al final sientes una sensación de que llegaste a donde Dios quería que llegaras. Cada vez que escribo la carta de cada mes, tengo la sensación de sentir algo parecido. Amén.
Este próximo mes de Agosto se nos presenta una maravillosa oportunidad para convertirnos en los misioneros de Jesús, invitando a nuestros familiares, amigos, vecinos y toda persona que puedas. Será una oportunidad de tener un encuentro personal con el mismo Dios. RESPONDELE CON UN SI.
Les afirmo mi gratitud una vez más, porque reconozco su actitud misionera cada vez que recibimos sus valiosas ofrendas económicas, sus semillas de amor, que hacen posible que miles de miles de personas, de hermanos, reciban diariamente el mensaje de salvación y miles de ellos nos confirman que han encontrado al Señor de su vida. Infinitas gracias por no dejarnos de apoyar, especialmente en este tiempo de dificultades financieras. Dios le multiplicara con abundancias su esfuerzo personal y familiar.
Aprovecho la oportunidad para quedar de ustedes como su amigo y hermano en Cristo Jesús y Santa María de Guadalupe.
NOEL DIAZ