Cartas del mes 2009


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Diciembre

Diciembre 2009



PUSO SU TIENDA ENTRE NOSOTROS





Dice el evangelista San Juan: “Y el Verbo se hizo carne, puso su tienda entre nosotros y hemos visto su Gloria” (Jn 1,14).Que maravillosa forma de presentar el cumplimiento de las promesas de Dios a su pueblo. Al escuchar estas palabras: ''…puso su tienda entre nosotros”,me lleva a pensar acerca de aquellas largas caravanas que caminaban por los desiertos y cuando se detenían para descansar, armaban y colocaban sus tiendas, que en si, vienen a ser el lugar en donde duermen, comen y se protegen del sol y del ambiente. Son como las que hoy en día conocemos como casas de campaña. Precisamente San Pablo, nos dice en las Sagradas Escrituras: “…tenía el mismo oficio que Áquila y su esposa Priscila, que era hacer tiendas de campaña, y se quedó con ellos para trabajar juntos”. (Hechos 18, 3).


Volviendo a meditar sobre esas bellas palabras:
“…puso su tienda entre nosotros”,quiero invitarle a reflexionar en esa visita que nos vino a hacer nada más y nada menos que el mismo Dios en la persona de Jesucristo, por eso dice San Juan: “el Verbo se hizo carne”,refiriéndose a Dios que se hizo como nosotros y se estableció entre nosotros. Otras versiones bíblicas dicen: “…habito entre nosotros”La verdad es que estas pocas palabras tienen un profundo mensaje y encierran a la misma vez un gran misterio de amor por la humanidad. nacimiento de Jesús es el nacimiento de una nueva esperanza para todo aquel que cree. El simple hecho de saber que Dios baja y se hace uno como nosotros, y además establece y pone su tienda entre usted y yo es MARAVILLOSO pues esto nos habla de un amor sin igual. Con mucha razón San Juan añade la frase: “… y hemos visto su gloria...”.Ver la gloria de Dios, es tener el poder de ver con los ojos de la fe y darnos cuenta de que la gran misericordia de Dios es para usted, para mi y para todos. Ver la gloria de Dios, es reconocer que él vino para establecer una COMUNION en una forma totalmente diferente a las anteriores, algo que nunca antes Dios había hecho. Aquel Dios que al parecer todos temían por ser un Dios que hacía justicia y destruye a los malvados, un Dios que continuamente amenazaba con dureza a través de los profetas, aparece con el rostro de un niño inocente, indefenso, necesitado de calor humano, de protección y de mucho amor.


Fue muy difícil para el pueblo de Israel creer que aquel Dios poderoso que un día dijo SOY EL QUE SOY, ahora pudiera convertirse en un indefenso niño que nace en un establo, en un humilde pesebre, hijo de un joven carpintero de nombre José y de una jovencita llamada María. Cuando celebramos y recordamos el nacimiento del Niño Jesús, debemos y estamos llamados a ver la gloria de Dios en este acontecimiento sin precedentes para la humanidad.
una persona que ha sido transformada por el amor de Dios, puede decir abiertamente… he visto su gloria.San Juan en sus cartas se identifica como testigo y esto significa que él personalmente experimento las delicias de ver que el divino Señor que puso su tienda entre ellos y en una forma más personal podría haber dicho, puso su tienda junto a la mía y pude ver y participar de su gloria.


Para muchos navidad es solo un tiempo de memorias del pasado, regalos, tarjetas, luces, comida, fiestas y reuniones familiares. Créame que esto es de alguna forma parte del entorno, pero el centro de todo debe ser Jesús. Si al Niño Jesús, indefenso, necesitado de calor y amor humano, no se le reconoce como el Salvador, el Mesías, como el Dios que puso su tienda entre nosotros, entonces no podemos decir que hemos visto y participado de su Gloria. Exactamente mis amigos, solo aquel que lo ha reconocido tal cual es, puede celebrar la verdadera y autentica navidad y decir en una forma personal:
He visto su gloria, porque soy testigo de su amor.


Durante este año 2009 he visto la gloria de Dios, porque he sido testigo de grandes transformaciones de hombres y mujeres que han podido ver con ojos de la fe y hoy pueden decir abiertamente:
hemos visto su gloria.Esta navidad para muchos de ustedes que fueron transformados en este año, será una navidad diferente. Puede ser que en esta ocasión le falte el dinero para comprar los regalos, para adornar su casa, e inclusive hasta haya perdido su casa, su trabajo etc., pero sepa que si usted ha reconocido a Jesús como su Salvador tiene lo más importante y aunque las demás cosas falten y pueda sentir cierta tristeza, el poder ver el nacimiento del Niño Jesús una vez más, es poder ver que así también volverán a nacer las ilusiones, la esperanza, la confianza, la fe y que teniéndolo a El con nosotros en una comunión estrecha y en una misma tienda, podremos salir adelante y enfrentar el hoy y el mañana con la firme esperanza y poder decir unidos: visto su gloria, soy testigo de gran amor incondicional que a pesar de no merecer su amor él me lo ofrece gratuitamente.


Mi querido amigo, aunque te encuentres en una celda de la prisión, puedes desde allí proclamar que puedes ver su gloria, puedes ver como te ama y no te suelta de su mano. Si estas enfermo, aburrido, indiferente, triste, decepcionado, etc., también te invito a celebrar. Celebremos su venida, celebremos su bondad, celebremos su misericordia, celebremos la vida, celebremos que ese Niño creció, murió, resucito y esta VIVO.
te invito para que hagas de tu corazón un pesebre y que le ofrezcas a Jesús una eterna posada, para que se quede contigo por siempre. Amen.
Es mi deseo aprovechar la oportunidad de darle gracias por su bondad, generosidad y apoyo en el pasado mes de Noviembre, pues solamente juntos estamos siendo PROTAGONISTAS de una nueva generación de vidas transformadas por el poder del amor de Jesucristo. Sin su ayuda no podría ser posible alcanzar a las millones de personas que hoy en día y por la gracia de Dios alcanzamos en las 24 horas que funcionamos todos los días del año. Al igual que nuestro Dios y Señor, El Sembrador nunca duerme..., todo es por la generosidad de ustedes que conforman un pueblo transformado.


En este tiempo maravilloso de adviento, quiero agradecerle con mucho respeto y cariño el permitirme entrar a su hogar y a su corazón a través de esta carta mensual, pues me siento parte de su familia, tal y como bien lo decía Raúl Sayes:
“SOMOS UNA GRAN FAMILIA”.


Desde hoy quiero desearle a usted y su familia, la más rica de las bendiciones del Señor para su vida y los suyos, y pido que el Niño Dios le conceda su gracia abundante para que juntos podamos gritarle al mundo:
¡NOSOTROS SOMOS TESTIGOS Y HEMOS VISTO SU GLORIA!.


De mi parte, de mi esposa Sara e hijos, de mamá Chuy y de toda la gran familia de El Sembrador, les deseamos una Feliz Navidad y un Prospero y Venturoso Año Nuevo 2010. ¡Animo!



NOEL DIAZ


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