Cartas del mes 2009


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Marzo

Marzo 2009



SOMOS BARRO EN LAS MANOS DEL GRAN ALFARERO




Cuando apenas tenía unos 15 años de edad, recuerdo que por más de un año trabaje en una alfarería en una colonia de Tijuana, Baja California. Allí aprendí como se fabricaban manualmente las ollas de barro y otras artesanías. Ahora que ha transcurrido el tiempo, valoro el hecho de haber aprendido el proceso para hacer una de esas piezas de barro. Hoy recuerdo algunas de esas experiencias, como cuando una vez me toco ir a Tecate, una ciudad vecina de Tijuana. Nos dirigimos a un lugar aislado, cerca de un cerro, allí se detuvo el camión en donde nos transportábamos.


Inmediatamente después comenzamos a picar un paredón del cerro y todo lo que removíamos se iba echando al camión con palas. Era un camión con redilas. Una vez que ya había suficiente tierra arriba del transporte, el encargado dijo que con eso era suficiente y era tiempo de emprender el regreso. Llegamos a la alfarería y toda esa tierra roja que recogimos se descargo en un lugar plano en donde había concreto. Después mojaron la tierra y terminamos el día de trabajo.


En los siguientes días se tenia que pisar la tierra con los pies descalzos, prácticamente todo se volvió una masa de lodo y era una forma de amasar y preparar el barro. Recuerdo que a veces los que pisaban el barro, se quejaban de dolor al pisar una piedra en medio del barro, y en algunas ocasiones les salía sangre de sus pies. Una vez que el barro llegaba a estar en su punto, ni muy aguado ni muy duro, ya estaba listo para crear y fabricar las piezas de barro. El alfarero colocaba una medida de barro en su torno y con sus manos comenzaba a darle forma.


Durante algún tiempo uno de mis principales trabajos era traerle el barro a un alfarero darle pedazos de barro que fueran necesarios para hacer una olla. Recuerdo que una vez el alfarero me permitió fabricar una pieza y quise imitar todo lo que él hacia para fabricarlas y no me salían, era necesario deshacerlas para volver a intentar de nuevo. El alfarero era un experto en la materia y las piezas las fabricaba con rapidez. Sin embargo algunas veces que cometía algún error, también tenía que recomenzar de nuevo. Una vez que las piezas fabricadas están listas, se dejan secar y luego se llevaban a un horno, el cual por la noche se encendía. El proceso comenzaba con el horno encendido a fuego lento y poco a poco se iba incrementando la intensidad del fuego. Este usualmente es el procedimiento para que las piezas fabricadas estuvieran fuertes y no se quebraran fácilmente. Considero que a estas alturas del relato, es muy probable que usted esté diciendo en su interior: ¿y que tiene que ver todo esto que Noel me esta contando con Dios? Pues, le diré lo siguiente. En el libro del profeta Jeremías capitulo 18, dice que tiene que ver con el barro y el alfarero.


En este caso Dios representa al alfarero y el barro representa al pueblo de Israel, o sea a las personas. Veamos lo que Dios nos dice en la escritura
: “El Señor se dirigió a mi, y me dijo:”Baja a la casa del alfarero y allí te comunicare un mensaje”. Yo, Jeremías, bajé y encontré al alfarero trabajando el barro en el torno. Cuando el objeto que estaba haciendo le salía mal, volvía a hacer otro con el mismo barro, hasta que quedaba como él quería. Entonces el Señor me dijo: “ ¿Acaso no puedo hacer yo con ustedes, israelitas, lo mismo que este alfarero hace con el barro?. Ustedes son en mis manos como el barro en las manos del alfarero. Yo el Señor lo afirmo.” (Jer. 18, 1-7)


Es cierto que este mensaje fue dirigido al pueblo de Dios en un tiempo en que ellos estaban dándole la espalda al Señor y en esta escritura, El les esta llamando la atención para que cambien su forma de vivir y para que El los llene de bendiciones. Es muy interesante y sobresaliente la comparación tan particular que Dios mismo hace de su acción con nosotros y la acción del alfarero y el barro.


Dios toma la iniciativo y El mismo quiere formarnos y darnos una identidad, una misión, un propósito, pero a veces nosotros nos resistimos a que sea El quien nos forme de acuerdo a su plan y a su voluntad. Tomando esta paradoja, esta comparación, creo que es muy claro como Dios nos habla. Si nosotros nos dejamos dócilmente moldear por El, entonces tendremos una forma, una figura, una identidad dada por el eterno Dios. Por otro lado, si nos resistimos y no dejamos que nuestra vida se ponga en manos del hacedor de la vida, será como el barro que todavía no se encuentra en el punto adecuado para que el Alfarero pueda colocar sus manos sobre el mismo y crear una figura, porque sin la docilidad, solamente seremos un pedazo de barro que no alcanzará ni forma, ni identidad alguna.


En algunas ocasiones hemos dejado que Dios, el Alfarero, comience a transformarnos y a darnos forma, pero una vez que El va avanzando, dejamos que el enemigo, el pecado, el mundo, nos desfigure. Esto también aplica cuando abandonamos el camino del Señor, porque en ese preciso momento hacemos que las manos del Divino Alfarero deje de trabajar. Aprovechando la oportunidad que la cuaresma nos presenta una vez más, yo quisiera que este mensaje tenga cabida en el corazón de cada uno de nosotros y que voluntariamente nos dispongamos a convertirnos en una tierra preparada, convertida en barro listo, sin piedras y obstáculos, dispuestos para ponerse en el torno de la bendición y dejar que las
BENDITAS MANOS DEL ALFARERO nos forme y nos de identidad de Hijos de Dios, con la misión de ser testigos de su existencia, de su amor infinito, de su eterna misericordia a través de su Hijo Jesucristo, para que nuestra vida tome su verdadero sentido y seamos capaces de amar y de dar la vida por los demás. Recordemos que una vez que la pieza de barro este lista y terminada, se tiene que llevar al horno y pasar por el fuego. Lo mismo sucede en nuestras vidas, una vez que Dios nos forma o nos transforma, el enemigo y las pruebas vienen a nuestra vida, es el fuego, pero si permanecemos firmes, saldremos victoriosos y estaremos más fuertes y ya no tan frágiles. Basta recordar las palabras de San Pablo que nos dice:
“Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe de ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir.” (1Pe. 1,7)


Así mismo encontramos la escritura que nos dice: “aférrate al Señor y no te apartes de El, así al final tendrás prosperidad. Acepta todo lo que te venga, y sé paciente si la vida te trae sufrimientos. Por que el valor del oro se prueba en el fuego, y el valor de los hombres en el horno de sufrimiento. Confía en Dios y El te ayudara, procede rectamente y espera en El” (Eclesiáasticos2, 3-6).
Si usted esta pasando por una prueba en estos momentos, recuerde que no esta solo o sola, El Divino Alfarero está con usted. Aproveche estas circunstancias y deje amoldar su vida por El Señor, déjese transformar, déjese acariciar y amar por El y usted vera la gloria de Dios. Amén.


UNA PETICION ESPECIAL DE MI CORAZON:

Acudo a usted en esta oportunidad, porque deseo pedirles un gran favor en estos tiempos tan difíciles por los que estamos atravesando. Parecería una controversia el hecho de que ahora que nuestros hermanos necesitan palabras de aliento, de motivación, de paz, de consuelo, de concordia, de misericordia, etc., delante de la situación económica del momento, dejemos de hacerlo. Mis queridos amigos, hoy en día no podemos dejar de llevar este mensaje de salvación a millones de personas, pues es cuando más nos necesitan. Usted sabe que miles de seres humanos han perdido sus trabajos, sus casas, su estabilidad económica, etc. Y muchos de ellos estaban apoyándonos financieramente con sus ofrendas especiales y mensualmente, y ahora ya no pueden hacerlo. Pero aparte de eso, ellos están sufriendo las consecuencias de la situación. Per eso es que acudo a usted y hoy le pido ese especial favor de rogar a Dios por cada uno de nuestros hermanos que están sufriendo por esta recesión; y el otro favor, es que si usted aun tiene su trabajo y esta en sus posibilidades continuar enviando su ofrenda, hágalo por favor en beneficio del pueblo de Dios; y si usted ya había dejado de enviar su ofrenda, le invitamos para que en este tiempo de necesidad, vuelva a hacer el esfuerzo de enviarla ya que no queremos dejar de evangelizar y llevar el mensaje alentador de Jesucristo a quienes están sufriendo por las circunstancias en estos momentos. Es urgente que cada persona que recibe esta carta nos apoye según sus posibilidades. Dios se los pagará con abundancia. Ahora estamos listos y dispuestos para llevar el mensaje de Dios a nuestros hermanos que trabajan en los campos de cultivo en el norte de California, por medio de una estación de radio 700AM. Dios le conceda el favor de satisfacer todas sus necesidades para que no les falte lo necesario para vivir y aun más, para compartir con la obra de Dios, ésta es mi oración y mis deseos a favor de cada uno de ustedes.


Atentamente aprovecho para quedar de usted como un sincero y verdadero amigo en Jesucristo y nuestra Madre Santísima, la virgencita de Guadalupe.




NOEL DIAZ






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