Es muy probable que el número telefónico más conocido en el mundo sea el 911, pues se utiliza para atender todo tipo de emergencias, en las cuales se corre el riesgo de perder la vida de uno o varios seres humanos. Muchas personas saben que por medio de este número de teléfono se puede obtener el auxilio más inmediato para atender a alguien que se encuentre en una situación de peligro y representa la salvación de su vida. Todos entendemos que el 911 es la instancia más adecuada si se trata de un caso urgente en el cual necesitamos que alguien venga en nuestro auxilio. En cada llamada al 911 siempre hay una emergencia de por medio, cada minuto y segundo es vital para salvar la vida de alguien.
Jesús, en varias ocasiones expresó un sentido urgente de salvación de la vida de sus semejantes. Si leemos detenidamente la parábola de la oveja perdida en Lucas 15, 1-7 en la cual dice: «Todos los que cobraban impuestos para Roma y otra gente de mala fama se acercaban a Jesús, para oírlo. Los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban por esto, diciendo: —Este recibe a los pecadores y come con ellos. Entonces Jesús les dijo esta parábola: “¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el campo y va en busca de la oveja perdida, hasta encontrarla?” Y cuando la encuentra, contento la pone sobre sus hombros, y al llegar a casa junta a sus amigos y vecinos, y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido’. Les digo que así también hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.» En esta escritura fácilmente podemos observar que el pastor de las ovejas al darse cuenta de la falta de una oveja de las cien, sale corriendo urgentemente con el fin de encontrar la oveja que se extravió. La actitud del pastor fue actuar de inmediato para salvar la vida de una sola de sus ovejas, por la sencilla razón de rescatarla con vida.
De la misma manera, Jesús nos describe en Mateo 13, 45-46: «Sucede también con el reino de los cielos como con un comerciante que andaba buscando perlas finas, cuando encontró una de mucho valor, fue y vendió todo lo que tenía, y compró esa perla.» Como podemos observar, este “buscador” de perlas finas, al encontrar lo que necesitaba, vendió rápido todo con tal de quedarse como dueño de lo que deseaba. Así les sucedió a los primeros discípulos del Señor, quienes dejaron todo lo que tenían, para seguir a Jesús y encontrarse con la salvación, transformando sus vidas.
Considero oportuno decirles a ustedes que ahora que nos encontramos al comienzo de un nuevo año, Dios Padre y su Hijo Jesucristo, tienen urgencia de salvar a quienes se han dejado encontrar por ellos. Es muy usual que todas las personas se propongan alcanzar muchos propósitos para este nuevo año 2015, pero me atrevo a recomendarles el propósito más importante de sus vidas: Déjense encontrar y conozcan a Jesús como enviado del Padre, porque a ellos les urge que vivan en plenitud de la libertad y no bajo la esclavitud del temor, miedo, inseguridad, odio, rencor, remordimientos, adicciones y enfermedades que puedan estar obstaculizando la libertad de hijos de Dios que nos corresponde.
A este respecto, el apóstol Pedro nos revela en qué consiste la paciencia de Dios: «No es que el Señor se tarde en cumplir su promesa, como algunos suponen, sino que tiene paciencia con ustedes, pues no quiere que nadie muera, sino que todos se vuelvan a Dios.» (2 Pedro 3, 9). Si bien es cierto que Dios es paciente con nosotros, Él tiene urgencia de que recapacitemos sobre la vida que llevamos, la cual posiblemente nos conduce a la muerte, y a cambio desea que todos nos volvamos a Él para salvarnos, seamos libres y que no perezcamos. Jesucristo lo había definido claramente, manifestando que la paciencia del Señor es para que ninguno se pierda, y que todos se salven.
Dicho lo anterior, les reitero que nuestra visión y misión como apostolado, es que en el año 2015 trabajaremos con un sentido de URGENCIA proclamando el camino de la salvación. Saldremos decididos, día a día, como el pastor que perdió su oveja y el buscador que encontró la perla de gran valor. El Sembrador siempre ha tenido en sus objetivos, un sentido de urgencia por sembrar la semilla de la salvación para que ninguna persona se quede afuera del amor de Jesús y de la misericordia de Dios y para que comprendan que el Espíritu Santo les acompaña por siempre ofreciéndole el poder de lo Alto, sus carismas y dones.
Ahora le pido a usted que se encuentra leyendo esta carta mensual, se detenga por un momento y piense todo lo importante que es usted para Dios y comprenda que Él quiere potencializar su vida con el fin de sacar la mejor versión de usted. Al fin, Él es quien le formó con sus manos y conoce todo su potencial. Tenga presente que cuando Jesús llamó a los discípulos a seguirlo, les propuso una nueva vida, con valores diferentes a los que el mundo les ofrecía; ellos aceptaron la invitación y no solo lo siguieron dejándolo todo, sino que Jesús despertó en ellos el sentido urgente de proclamar la Buena Nueva; es por ello que les dejó un mandamiento evangélico de amor, al decirles: “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes” (Mateo 28, 19-20). Esa sencilla palabra “VAYAN”, está impregnada totalmente del sentido de urgencia, por la salvación de cada ser humano.
Yo le ruego a Dios que en todo bautizado y en toda nuestra iglesia se despierte este sentido responsable de urgencia y atienda los deseos de nuestro Señor. Es por eso que el Papa Francisco esta diciéndonos continuamente que vayamos a las periferias, que hagamos lío y avivemos el fuego del Espíritu, para que el mundo reconozca que Jesús es la respuesta de amor y bienestar y para que cese la violencia del mundo, para no perder a nuestros hijos, el matrimonio y la familia.
Les comparto que hace unos cuantos días, se comunicó con nuestro apostolado, una mujer de un país de Europa, en su petición, pude percibir un grito urgente de salvación y dolor. Ella me pedía ayuda porque ya no quería vivir el estilo de vida que está llevando. Me indicó que en el cuarto de un hotel clamó a Dios porque ya no podía más, quería suicidarse. Se le ocurrió de repente, cambiar el canal de la televisión, y como gracia de Dios, estaba un programa de El Sembrador, tomó la información y se comunicó conmigo por las redes sociales (Facebook). Han pasado varias semanas de esto, le hemos comunicado que Dios la ama y le ofrece su salvación a través de un nuevo modo de vida. Ahora, ella se ha reunido con su familia, ha comenzado a vivir una nueva forma de vida, luego de entregarle su vida al Señor. Ahora, con lágrimas de emoción, le ha dicho GRACIAS a El Sembrador por existir. Yo le dije que a Dios le urgía que ella supiera cuanto Él la amaba.
Esta historia tan reciente, ha sido una fuerza de lo alto que confirma mi misión y la de El Sembrador para que sintamos la URGENCIA de multiplicar este mensaje que está salvando almas y transformando vidas. Es nuestro compromiso, seguirlo haciendo por todos los medios a nuestro alcance; Congresos, Retiros Espirituales y Misiones de Evangelización durante el año 2015, porque Dios tiene la divina PACIENCIA, le URGE que ninguno se pierda sino que todos se salven. Amén.
Por último, quiero decirles a todos ustedes que son parte de esta familia de El Sembrador y de tantas historias como la que les acabo de compartir, que es el resultado de todas sus oraciones y ofrendas. La simple razón por la que ésta desconsolada mujer pudo ver nuestro canal ESNE, es porque siempre hay alguien a quien le importa el dolor de miles de personas que se encuentran perdidas y alejadas de Dios, y ese alguien es usted. Ésta mujer fue encontrada porque Dios quiso utilizar nuestros recursos como apostolado y Él se mostró generoso al encontrarla en el momento oportuno y le cambió totalmente la vida. Agradezco a todos, quienes generosamente siembran su semilla de amor, en calidad de misioneros o sembradores, pues esa ofrenda es la que sigue cambiando vidas de personas que necesitan conocer la misericordia de Dios.
Sepan queridos amigos, que ruego al Señor y pido a la siempre Virgen María su intercesión, para que sean satisfechas todas sus necesidades en este nuevo año y les colme de abundantes bendiciones a usted en lo personal y a toda su familia.
Le agradezco que a partir de este momento en que finaliza de leer la presente carta mensual, eleve sus oraciones al Creador para darle infinitas gracias por todas sus bondades y le ayude a responder al llamado de su Hijo Jesucristo de “VAYAN” y continúen evangelizando a través de sus ofrendas mensuales.
Reciban mi aprecio en este nuevo año y junto a mi agradecimiento,
mis bendiciones en el nombre de Jesús y de Santa María de Guadalupe.