LA ORACIÓN DIARIA RENOVARÁ TU FE Y ESPERANZA EN ESTE NUEVO AÑO

 

En cierta ocasión Jesús dijo: “Pidan y Dios los atenderá, busquen y encontrarán; llamen y Dios les abrirá la puerta. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra, y al que llama, Dios le abrirá la puerta”. (Lucas 11, 9-10).

 

Este pasaje es muy inspirador pues al leerlo vemos que, solamente por medio de la oración, podremos obtener los resultados que esperamos en la vida, con nuestros proyectos. Si nosotros no tenemos fe y no mantenemos una relación cercana con el Señor, ni podemos orar, ni obtendremos resultados, porque no confiamos en Dios quien es capaz de darnos siempre lo que le pedimos.

 

Es por ello que, al iniciar un nuevo año, consideré conveniente escribir sobre el poder de la oración y hacer conciencia en cada uno de nosotros acerca de su valor.

 

La oración perseverante con fe es la fuerza del que cree y quien quiere ver la gloria de Dios. Orar es sentirse cerca del Señor para experimentar su presencia, tanto en los momentos felices como en los difíciles. De principio a fin, en la Biblia, se encuentran muchos relatos de personas cuya oración fue contestada y con ello cambiaron sus vidas.

 

Recordemos por ejemplo la oración del profeta Elías, cuando Dios envió fuego del cielo para consumir la ofrenda del altar que él había construido en presencia de los enemigos del Señor. Eliseo oró y el hijo de la sunamita recobró la vida. Jesús mismo oró junto a la entrada de la tumba de Lázaro y él, que había estado muerto durante cuatro días, salió vivo. El ladrón crucificado hizo una petición a Jesús y Él le aseguró que estaría en el paraíso. En todos estos casos siempre hubo una respuesta positiva a la oración, lo cual nos demuestra que la oración tiene poder cuando se hace con fe.

 

Una bella oración

 

Quiero compartirles que, hace unos meses, meditando, el Señor me hizo llegar una oración que me dejó conmovido, pues me ha hecho redescubrir la presencia de Dios cada día. con el objetivo de que, si es posible, la hagan suya y sea lo primero que realizan cada mañana. Yo tengo ya varios meses haciéndola y                doy testimonio que he experimentado una fuerza interna que me da firmeza y seguridad. Puedo notar cómo la Santísima Trinidad se hace presente de una u otra forma en mi vida, cada día.

 

La oración es: «Gracias Padre celestial por el don de la vida y la luz de un nuevo día. Padre, muéstrame tu rostro, muéstrame el camino y condúceme a mi destino. Señor Jesús, aumenta mi fe para creer cada día más en ti, en tus promesas y confiar que siempre estarás conmigo.

 

Gracias Padre por concederme el amor maternal de María, Madre nuestra, a quien podemos pedir su intercesión por todas nuestras necesidades. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo, bendita entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén».

 

Una vez que termino esta oración puedo hacer mis peticiones personales, por ejemplo: “Señor, te ruego por el bienestar de todos los miembros de mi familia en donde quiera que se encuentren; te pido por la salud de todos los enfermos; por tu iglesia extendida por toda la tierra; por el Santo Padre y todos los sacerdotes, etc.”.

 

Para ayudarles a comprender el sentido de la oración que el Señor me concedió trataré de explicar brevemente su significado.

 

• Padre Celestial gracias por el don de la vida y la luz de un nuevo día, estoy reconociendo que, por la mañana, soy consciente del regalo que recibo de Dios al concederme despertar y la oportunidad de recibir su luz, su bendición durante el día.

 

• Padre, muéstrame tu rostro, muéstrame el camino y condúceme a mi destino; estoy rogando su ayuda para descubrirlo durante el día pues Él se hace presente en las personas, en el pobre, en el enfermo, en un niño o en cualquiera que se presente en mi vida.

 

 

Asimismo, le pido su ayuda para siempre caminar por el camino de la rectitud. Además, pido que me conduzca a mi destino; ruego por ser perseverante y mantener la mirada fija en Jesucristo para llegar a la meta y recibir la corona de la vida eterna.

 

• Jesús, aumenta mi fe. Pedir aumentar nuestra fe es importante porque las dudas nos pueden llevar a hundirnos en los miedos, caer en la frialdad espiritual y en la indiferencia. Aumentar nuestra fe significa confiar en el Señor a plenitud. Es creer confiadamente en sus promesas, es tener la firme seguridad de saber que, pase lo que pase en nuestra vida, sus promesas se cumplirán, nos confirma que nunca estaremos solos y que se cumple en nosotros la promesa de Jesucristo: “Y sepan ustedes que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. (Mateo 28, 20).

• Gracias Padre por concedernos el amor maternal de María reconozco que soy una persona bendecida por recibir el amor sublime de la Santísima Virgen pues, a través de ella y su participación en el plan divino de Dios, vino nuestro Salvador Jesucristo. Es un privilegio poder contar con su intercesión para obtener la gracia de su Hijo amado.

 

Quiero recomendarles que esta oración la hagan propia, tal vez no textualmente, pero sí con el mismo sentido, con tal de dar un buen inicio al nuevo año y rezarla todos los días. Te aseguro que emplearás diariamente solo unos minutos de tu tiempo, pero, haciéndolo así, verás que la clave es la perseverancia y, poco a poco, tendrás grandes resultados en tu vida y tus peticiones serán escuchadas.

 

La oración con fe

 

La importancia de la continua oración con fe garantiza grandes cosas en nuestra vida y podrás ver que este nuevo año realmente será próspero en todo sentido.

 

Quiero terminar la presente carta asegurando lo que Jesús nos enseña en su evangelio: la victoriosa seguridad de que Dios responde a toda petición hecha de manera sincera y con fe. Algunas personas incrédulas no lo aceptarán, pero recordemos que el mismo Señor Jesucristo hizo esta promesa: “Todo cuanto pidan orando con fe, lo recibirán”. (Mateo 21-22).  Debemos aprender a confiar en esta promesa porque nuestro Padre Celestial es dueño de todo y “Mi Dios, a su vez, rico y poderoso como es, proveerá a todas las necesidades que ustedes tengan, por medio de Jesucristo”. (Filipenses 4, 19).

 

Recuerden nunca poner su voluntad por encima de la voluntad de Dios. No es conveniente hacer las cosas a nuestra manera, nunca le digan a Dios lo que tiene que hacer. Más bien, aprendan la difícil lección de orar como lo hizo Jesucristo: . (Lucas 22, 42). Amén.

 

Gracias por estar con nosotros un año más

 

Nuevamente deseo expresar mi gratitud a cada persona que se toma el tiempo para realizar su oración y cumplir con la colaboración de su semilla. Es gracias a estas valiosas ofrendas que ustedes nos conceden, que podemos llevar la Palabra de Dios a más de 20 países y beneficiar a miles de personas que reciben el mensaje de Jesucristo. Sin su ayuda no sería posible sembrar la buena semilla que trae la paz a los corazones de quienes la necesitan. Pido al Señor les multiplique el ciento por uno y les conceda la paz en el nuevo año que comienza.

 

Atentamente, en el amor eterno del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y con la dulce compañía de nuestra Madre Santísima, en la advocación de la Virgen de Guadalupe, ruego porque el año 2020 se manifieste con prosperidad, paz y misericordia para ustedes y sus familias.

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