MIRA EL PASADO CON GRATITUD, VIVE EL PRESENTE CON PASIÓN Y ABRAZA EL FUTURO CON ESPERANZA


Con esta frase quise centrar la reflexión de hoy. Son palabras dichas por el Papa Francisco en el 2015 en el marco del Año de la vida Consagrada. Esta es una manera de ver la vida desde una óptica de fe y esperanza. Nos reta a mirar el pasado, el presente y el futuro que, sin duda, son parte de nuestras vidas.

Estamos prácticamente iniciando un nuevo año y diciendo adiós al 2020. Un año que quedará en la historia por los efectos devastadores de la pandemia y también por otros tantos desafíos que le acompañaron.

Creo que la mayoría no esperábamos un año así. Tuvimos miles de muertes y familias afectadas por la pérdida. Aún así, seguimos en pie de lucha para que las cosas vuelvan a la normalidad, o por lo menos, acercarnos más a lo que era antes de la pandemia.

Mirar el pasado con gratitud

¿Cómo ve usted su pasado? Sin duda cada uno tenemos experiencias tristes, pero también experiencias lindas. El Papa nos invita a recordar el pasado con GRATITUD y muchos nos preguntamos, ¿cómo puedo hacerlo si mi pasado ha sido doloroso? Una cosa es cierta, cada uno de nosotros decide qué parte quiere recordar. Permítame compartirle una de mis tantas experiencias de niño.

Yo tendría entre 4 o 5 años de edad y vivía en Tijuana, Baja California, México. Mi mamá, quien tenía que trabajar, me dejaba al cuidado de unas jóvenes sin mucha experiencia. A veces me descuidaban de tal manera que yo me la pasaba jugando con otros niños en la calle, pero también hacía mandados a los vecinos, quienes me encargaban cosas de la tienda y me daban una propina.

En una ocasión una de las vecinas me encargó comprarle su mandado. Y en ese momento pasó un señor vendiendo tortillas de harina calientitas. Ella compró una docena y yo, al percibir el rico olor de las tortillas, a cambio de mi propina, le pedí me diera una tortilla. Quizás tenía hambre, pero la señora solo me miró y me dijo que no. No recuerdo mi reacción, pero sí el sentimiento que me dejó su negativa, pues al recordar esa experiencia, me da pena y tristeza.

Con todo, en esa misma vecindad vivía Juanita. Un día que tenía de verdad mucha hambre le toqué y le pedí un taco. Sí recuerdo que la miré hacia arriba con intención suplicante y ella me vio con mucho amor y me dijo: –claro que si “mijo” espere. De inmediato entró a su casa y me regaló un taco de frijoles, bien calientito y envuelto en papel para no quemarme. Esto mismo hice varias veces ya que, como les comento, las personas encargadas de mi cuidado rara vez me daban de comer.

No recuerdo porqué nunca le dije esto a mi mamá, ya que ella dejaba lo necesario para mi sostenimiento en el día, tal vez era vergüenza o miedo. Lo comenté con ella mucho tiempo después. Sin embargo, en mí quedó más grabada la generosidad y el amor de Juanita que la negativa o irresponsabilidad de otros.
 
¿Porque le platico esta historia? Porque yo puedo decidir si recordar con tristeza y quizás hasta coraje a la señora que no me dio una tortilla, o  con agradecimiento en mi corazón la generosidad de la señora Juanita. En mi caso, miro hacia el pasado con gratitud porque Dios no me dejó solo, ya que me envío a Juanita, quien atendió cuando la necesité.

Sin duda, tuve muchas malas experiencias en mi infancia, sin embargo, hubo también buenas, de ver gente bondadosa conmigo y con mi mamá, como esta señora. Decidamos recordar con gratitud y dejemos en manos de Dios las que no fueron tan buenas, ya que al final Él nos pedirá cuentas a todos. Si guardamos en el corazón el mal que nos hicieron, no seremos felices sino que llevaremos cargando amargura, la cual al final te roba la paz.

Este 2020, a pesar de todo lo malo, también podemos visualizar cosas postivas: Surgieron actos de bondad; miles que estaban alejados de la fe se han acercado; incluso quienes se encontraban en conflicto con sus familias se han reconciliado. DIOS SABE SACAR DIAMANTES DE LOS ESCOMBROS.

Vive el presente con pasión

Al comienzo de un nuevo año, muchos hacen su lista de las cosas que quieren lograr. Pero las estadísticas muestran que, conforme van pasando los días y semanas, va disminuyendo el ánimo y un gran número de propósitos se quedan frustrados.

Vivir el presente con pasión nos reta a ser realistas en las metas que deseamos y la pasión, fuerza y ánimo que le debemos poner a todo lo que hacemos. Hay una palabra que es importante resaltar: PERSEVERANCIA. 

Una parte de mis oraciones cada mañana es esta: ESPÍRITU SANTO, OBRA EN MÍ CONFORME LA VOLUNTAD DEL PADRE Y DEL HIJO. 

ESPÍRITU SANTO, CONCÉDEME HUMILDAD, SABIDURÍA, PODER, RESILIENCIA, CARIDAD, GRATITUD Y PERSEVERANCIA.

Descubre el potencial que hay en ti y, movido por la fe en Cristo y la fuerza divina del Espíritu Santo, pide sus dones y la perseverancia. Recuerda, todo es posible para el que cree.

Abraza el futuro con esperanza

Sabemos que el futuro es incierto en muchos aspectos, pero no podemos vivir con temor. Seamos personas de fe, que saben portar la bandera de la esperanza, ¡qué brille en nuestro diario vivir la esperanza que nos ofrece Jesús! 

El temor paraliza la vida y hace que el ánimo se pierda. La obra de Satanás es crear dudas, como lo hizo con Eva al principio de la Creación. Eso la llevó a caer. No permitas que el enemigo te haga creer algo que no es verdad. Confía en que este nuevo año traerá mucha bendición y cree en tu corazón que así será. Sabemos que vendrán retos, pero recordemos las palabras de Jesús: “¡No tengan miedo!” (Mt 14,22); “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt, 28,20). “No los dejaré huérfanos” (Jn 14,18). Dios promete estar contigo, pero está en ti y en mí creerlo: Él cumple sus promesas.

Seguiremos creciendo gracias a ustedes

Por nuestra parte, como apostolado y familia de El Sembrador, les quiero agradecer por el pasado: ya que con sus ofrendas hemos logrado ver la salvación de miles de almas quienes, en este tiempo de cuarentena, en casa, se han unido en todas las plataformas, buscando sin duda consuelo y alivio a la incertidumbre que reina fuera. 

Hemos progresado mucho y no dejaré de agradecerles su confianza para este 2021; seguiremos creciendo, porque seguimos confiando en la misericordia de Dios y le pedimos multiplique sus bendiciones por su gran generosidad.

Que el amor del Padre, Hijo y Espíritu Santo sean su fuerza y nuestra Madre, Santa María de Guadalupe, nos proteja con su intercesión delante de su Hijo Jesucristo.

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