Carta del mes

Y JESÚS SE QUEDÓ DORMIDO


Hace unas semanas escribí un mensaje relacionado con este título en mi página de Facebook y en el indicaba que: “Cuando llegan las tormentas, dependiendo de su intensidad, se puede llegar a creer que no vamos a sobrevivir, que nos vamos a hundir y eso nos da miedo y temor a pesar de que sabemos que tenemos un Dios todopoderoso de nuestra parte…”.

Recordemos que, en cierta ocasión, Jesucristo se encontraba en la barca de Pedro con sus discípulos y repentinamente se desató una tormenta, con un viento tan fuerte que las olas caían sobre la barca, de modo que se llenaba de agua. Jesús se había dormido en la parte de atrás, apoyado sobre una almohada. Los discípulos se asustaron tanto que creyeron que iban a morir y con mucho miedo fueron a despertar a Jesús y le dijeron: ─ ¡Maestro! ¿No te importa que nos estemos hundiendo? Jesús se levantó y dio una orden al viento, y dijo al mar: ─ ¡Silencio! ¡Quédate quieto! El viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo. Después dijo Jesús a los discípulos: ─ ¿Por qué están asustados? ¿Todavía no tienen fe? Ellos se llenaron de miedo, y se preguntaban unos a otros: ¿Quién será este, que hasta el viento y el mar le obedecen? (Marcos 4, 37-41).

Podría decir que desde el año pasado se soltó una gran tormenta. Con la pandemia, el mundo parece un gran campo de batalla con miles de heridos y fallecidos. No es un cuadro agradable. Además, vivimos tiempos de incertidumbre y violencia en algunos países, sujetos a constantes cambios de leyes en los gobiernos, lo cual se convierte en esa tormenta que nos hace sentir impotentes.

Al ver que las cosas no parecen cambiar según lo deseamos, humanamente nos sucede lo mismo que a los discípulos, y reclamamos al Señor: ¿No te importa que nos estemos hundiendo? Algunas personas pensarán: ¿Por qué Dios no hace algo? ¿Por qué el Señor permite que estemos pasando por estos peligros de muerte?

Mis queridos y fieles amigos, yo puedo afirmar que nuestro Señor Jesús no está dormido, ni tampoco es indiferente a lo que nos acontece. Sabe y conoce nuestras tormentas, pero desea que tengamos fe y confianza en Él.

Cuando ocurre una circunstancia como la descrita en la Escritura de Marcos 4, 37-41, lo primero que hacemos es tratar de sacar el agua de la barca por nuestros propios medios para evitar hundirnos completamente. Solo cuando comprobamos que nuestros recursos son insuficientes entonces recurrimos a Jesucristo.

Tengamos en cuenta que el Señor no reprochó a sus discípulos por haberlo despertado, sino que lo hizo por su falta de fe. Ellos dudaron del amor de Jesús y del interés que Él tenía por ellos. Valdría la pena preguntarnos:

¿Qué esperaban los discípulos que Jesús hiciera cuando lo despertaron? Tal vez les ayudaría a dirigir la barca, o tal vez a vaciar el agua que la inundaba y a maniobrarla con sus remos. Ellos nunca pensaron que Jesús pudiera ser capaz de calmar la tempestad y la tormenta. El temor que ellos experimentaron no les permitió darse cuenta que a su lado tenían al Hijo de Dios, el Todopoderoso y que contaban con su favor.

¿De dónde me vendrá el auxilio?
El Salmo 121 nos dice: «Al contemplar las montañas me pregunto: ¿De dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra.¡Nunca permitirá que resbales! ¡Nunca se dormirá el que te cuida! No, Él nunca duerme; nunca duerme el que cuida de Israel. El Señor es quien te cuida; El Señor es quien te protege, quien está junto a ti para ayudarte. El sol no te hará daño de día, ni la luna de noche. El Señor te protege de todo peligro; Él protege tu vida. El Señor te protege en todos tus caminos, ahora y siempre».

Cada vez que estemos envueltos en una tormenta y experimentamos riesgos, son la fe y la perseverancia las que, sin duda alguna, nos sacarán a tierra firme, sencillamente porque nuestra ayuda y nuestro auxilio vienen del Señor.

Si nuestra fe no tiene la firmeza que se necesita, Jesús inmediatamente se dará cuenta de nuestros miedos, y dudas, y eso impedirá que pueda actuar desde el centro de la tormenta. Jesús mismo te preguntará por qué temes tanto. ¿Será que el miedo procede de la falta de fe? El Papa Francisco ante mi pregunta sobre el temor humano en tiempos de turbulencia, nos recomendó acogernos en los brazos de la Madre de Jesús, porque también podemos contar con el amor materno que María nos ofrece.

Cuando yo era un niño de solamente cuatro años y vivía con mi mamá en una vecindad de Tijuana, no teníamos luz eléctrica durante la noche y todo era muy oscuro. Mi almohada siempre fue el brazo derecho de mi madre. Un brazo siempre cómodo, que me inspiraba seguridad y me hacía sentir fuertemente protegido y sin miedo. Así, el mundo exterior puede ser oscuro, pero el hecho de permanecer bajo la mirada protectora de quien todo lo puede, nos transmite esa seguridad para confiar nuestra vida. Tengamos presente que Dios nunca duerme y permanece alerta a nuestras necesidades.

Estimados amigos en Jesucristo, confiemos plenamente en Dios y entreguémosle nuestra vida y nuestro ser, pues a pesar de las tormentas en nuestra vida, Él corre a nuestro auxilio y nos ofrece su ayuda; Él siempre suple nuestras necesidades. Amén.

Jornada Guardianes de la Fe
Es mi deseo aprovechar la ocasión para agradecer a Dios por cada uno de ustedes; bendecir sus manos que con amor leen esta carta y, junto con sus familias, se comprometen con la evangelización y la salvación de muchas almas a través de sus ofrendas mensuales. Esas semillas nos sirven para llevar el amor de Dios a quienes tienen tantas necesidades espirituales y necesitan ser consolados.

En este mes de marzo, en medio de la tormenta, nos lanzamos a la compra de una estación de Radio en la ciudad de Chicago desde donde, por años, hemos llevado a Jesucristo a muchos corazones, pero siempre dependiendo de terceros que nos renten algunas horas en la radio. Es por ello que ahora, con esperanza, nos lanzamos a esta Jornada para pedir a Jesús que mueva corazones para alcanzar la meta de adquirir esta estación de radio.

Quienes puedan y sientan en su corazón el deseo de ser instrumentos para salvar almas llevando a Jesucristo, nos lanzaremos juntos para lograr este objetivo. Su esfuerzo y ayuda económica tendrá su compensación y recibirán grandes bendiciones de las manos de nuestro Señor.

Yo, que soy un voluntario más de ESNE, también me uno a todos los Sembradores de Jesús, con María nuestra Madre, para colaborar y que Cristo siga reinando en los corazones.

Atentamente, en el amor de Jesucristo y de Santa María de Guadalupe.

 

Los invito a escuchar diversos temas que nos llevarán a tener una mayor fortaleza y confianza en Dios. Los estaré compartiendo, por los medios digitales y podrán saber de ellos a través de mis Redes Sociales:

LA MUERTE, ¿ES VICTORIA O DERROTA? Con este tema podremos entender la vida y la muerte desde el punto de vista de la fe.

5 PASOS PARA LLEGAR A DIOS. Este mensaje es para todos aquellos que anhelan entregarle su corazón a Dios.

LA FE DE UNA MUJER QUE SORPRENDIÓ A JESÚS. Aquí meditaremos cómo la fe puede alcanzar el milagro: porque ¡Jesús está vivo!

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