AMA HASTA QUE TE DUELA, SI TE DUELE ES BUENA SEÑAL
(Santa Madre Teresa de Calcúta)

 

Estas palabras brotaron del corazón de una mujer que entregó su vida por amor a los más pobres. Detrás de este pensamiento hay una gran enseñanza y una gran verdad. Jesús nos dice: «nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.» (Jn 15, 13) Esto indica que quien se ofrece a los demás para servir da muestra del verdadero amor. ¿Y cómo podemos agradecerle a alguien que no solo te dio algo, sino que dio su propia vida por ti? Por esta razón en nuestras culturas se celebra el día de la madre con alto nivel de expresiones para ella que expuso su vida al dar a luz a sus criaturas y se dio en servir a sus hijos, todo por amor genuino.

Esta reflexión es un seguimiento a la reflexión del mes pasado, porque es un tema muy serio, pues si en verdad aplicamos la gratitud a nuestra vida, seremos dichosos y Dios nos proveerá todo lo necesario. En lo personal, realmente creo que existe un pequeño rebaño de personas en este mundo que han descubierto el secreto de la abundancia. Primero han descubierto que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo son la abundancia de la vida, sin ellos se vive en la escasez, con ellos se vive la vida abundante, a pesar de posibles carencias materiales.

Por esta razón he decidido hacer una serie de temas sobre lo que significa la gratitud. Creo que quien lea y entienda, puede descubrir una vida abundante, tal como lo dijo Jesús: «Yo vine para que tengan vida y la vida la tengan en abundancia.» (Jn 10,10) Si lo crees y actúas conforme a lo que significa y es la gratitud, vivirás sin duda alguna en otro nivel de vida.

El diccionario define así a la gratitud: sentimiento de estima y reconocimiento que una persona tiene hacia quién le ha hecho un favor o prestado un servicio, por lo cual desea corresponderle. Esta palabra gratitud viene de la raíz latina gratus que significa agradable, y también se refiere a términos relacionados con gracia, gratuidad y gratis.

Algo tan importante que ahora valoro mucho más, es el ejemplo que me dejó mi madre siendo ella una mujer que no tuvo estudio, nunca fue a la escuela, a los 7 años quedó huérfana de madre y a los meses su padre los abandonó. Su vida fue de mucho sufrimiento y pobreza, sin embargo, para mí fue una gran maestra porque era muy agradecida con las personas y yo veía como ella viviendo en la escasez, siempre daba de lo poco que tenía al más necesitado y yo siendo niño me preguntaba ¿por qué mamá da al vecino las únicas tortillas que nosotros tenemos? Después descubrí que sus acciones eran fruto de su agradecimiento a Dios y esa fue la herencia que me dejó hasta el día de hoy. Esto siempre me ayuda a recordar que estoy en una gran deuda con Dios Padre y su Hijo que dio su vida por nosotros los pecadores.

Como ya lo dije en la carta anterior, deseo enfatizar sobre esta enseñanza que para mí fue un regalo que nunca olvidare, cuando recién comenzaba con mis estudios bíblicos y leía sobre el diezmo, me hacía muchas preguntas que me llevaron a cuestionar al P. Santiago Merino, por qué en la iglesia católica no se habla mucho sobre el diezmo, aunque se entiende que no se nos exige y no es obligatorio, pero es un gran valor que trae abundante bendición al ser agradecidos de lo que recibimos; ante estas inquietudes el padre me contesta: “si, es un gran principio y te libera del apego a lo material.” Cuando yo entendí lo que estaba detrás de dar el diezmo, fue cuando decidí aceptar mostrarle a Dios mi agradecimiento, porque si Dios me da el 100 por ciento, porque no dar el 10 por ciento como una forma de reconocer la bendición de Dios, que me da la vida y la capacidad de trabajar.

Al principio los primeros cristianos, cuando iniciaba nuestra Iglesia, en el libro de Hechos de los Apóstoles se nos dice: «Los creyentes estaban todos unidos y poseían todo en común. Vendían bienes y posesiones y las repartían según la necesidad de cada uno.» (Hechos 2,44-45). Como podemos ver los primeros cristianos daban y compartían mucho. También Jesús habló sobre el diezmo a los fariseos (cf. Lc. 11, 42) y les llamó la atención porque ellos cumplían bien con su diezmo, pero descuidaban la justicia y el amor de Dios.

Quiero compartirles que para mí fue y ha sido una vida abundante gracias a que desde entonces he practicado la gratitud de muchas formas, no solo en el diezmo y Dios nos ha bendecido a mí y mi familia cada vez más y más, nunca nos ha faltado lo necesario para vivir y se cumple lo que dijo Jesús: «Den y se les dará: recibirán una medida generosa, apretada, sacudida y rebosante. Porque con la medida que ustedes midan serán medidos.» (Lc 6,38)

El apóstol Pedro le hace una pregunta a Jesús. «Mira, nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido. Jesús le contestó: Les aseguro que todo el que deje casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o campos por mí y por la Buena Noticia ha de recibir en esta vida cien veces más en casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y campos, en medio de las persecuciones, y en el mundo futuro la vida eterna.» (Mc. 10, 28-30) Aquí el Señor revela la abundancia que hay para quien cree en sus promesas, recibirá hasta 100 veces más. Entonces esto me cuestiona por las tantas personas que mueren día a día con amor y apego a lo material, siendo solo eso la razón por la que vivieron y así partieron de esta vida. Ya lo dije y lo recordare: quien no practica la gratitud, siempre le faltara por causa de esto. En el caso contrario, están quienes muestran su gratitud y por lo mismo no les faltara cosa alguna, más bien le sobrara, como dijo el Profeta Malaquías «Hagan la prueba conmigo –dice el Señor Todopoderoso- y verán cómo les abro las compuertas del cielo y derrocho sobre ustedes bendiciones en abundancia.» (3,10) Y reiterarles que la enseñanza de nuestra Iglesia Católica sobre el diezmo, no es un mandamiento obligatorio el darlo, sino una decisión opcional y personal.

Soy testigo de las bendiciones recibidas y seguiré practicando la gratitud, así como mi servicio voluntario y sé que el Señor se encargará de mí y de mi familia. Me reconozco muy endeudado con Dios Padre por enviarnos, por amor, a su único Hijo, quien dio su vida por ti y por mí. Te invito y exhorto a que vivas la vida abundante de Dios. Pido a Jesús que tu corazón sea agradecido para que tengas todas las bendiciones que Dios tiene reservadas solo para ti.

Deseo aprovechar este momento para agradecer a todas las personas que a través del tiempo han sido generosas dando una ofrenda para este apostolado y así podamos seguir llevando la Buena Noticia de forma abundante. Les pido lo sigan haciendo como hasta ahora.

Los espero en el próximo Metanoia Los Ángeles los días 22 y 23 de este mes. Saludo a todos los consagrados del Proyecto Yo Soy el 73 y los animo a perseverar y desde ahora, doy la bienvenida a quienes se registrarán para consagrarse y unirse a este discipulado que cada día crece más y más, trayendo abundante bendición para los que dan el  a Dios. Si alguno de ustedes desea más orientación o información sobre este Proyecto Yo Soy el 73 no duden en comunicarse al 773-777-7773 en EE.UU. y en México al 33 4737 6326 y uno de nuestros operadores les atenderá. Si tiene e-mail escríbanos al correo electrónico info@soy73.com.

Pido por usted y su familia, que Dios cubra sus necesidades, multiplique su generosidad y que la Virgen María le proteja con su intercesión.

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