Carta del mes


SABER VIVIR LA VIDA CON JESÚS


Saber vivir la vida se convierte en un arte, siempre y cuando estemos conscientes de las decisiones que tomamos, porque de ellas deriva el resultado de vivir en paz y armonía. Ante los desafíos de la vida, debemos ser prudentes con quienes nos acercamos para pedir un consejo de qué hacer en ciertos momentos, donde no sabemos, si dar vuelta a la derecha o a la izquierda, ya que tristemente, en ocasiones hemos dado la vuelta al lado equivocado y comenzamos a perder la paz y entra la confusión, la ansiedad, la impaciencia, baja autoestima e incluso podemos correr el riesgo de perder la vida.

La vida corre tan rápido, que ya se acerca el fin de un año mas; miramos las luces de Navidad y las tiendas preparadas para hacer sus mejores ventas. En cierta forma, el espíritu navideño trae mucha alegría y esperanza para quienes recordamos el nacimiento de el Salvador y nos preparamos espiritualmente para que nazca el niño Jesús en el pesebre de nuestro corazón. Para quienes no lo hacen así, creo que se convierte, en temporada de compras, fiestas y cenas, pero sin vivir la experiencia del amor divino de Dios cumpliendo su promesa de salvación para la humanidad.

Dios Padre nos envía el regalo más grande, que es su propio Hijo, en quien puedes confiar y recibir en tu corazón, ya con Él en tu vida puedas tomar las decisiones correctas, viviendo una vida abundante como Jesús la da. Todos podemos en algún momento, tomar el camino equivocado, pero con Jesús todo se logra ya que él mismo es el Camino, la Verdad y la Vida.

El Papa Francisco nos regaló una gran bendición al declarar el año de San José, invitándonos a profundizar en esta figura de padre, esposo e hijo de Dios. Cerca de concluir el año, quiero recordar que San José no dejó nada dicho en las escrituras, pero en ellas se nos habla de él y de cómo actuó ante los desafíos de la vida. Fue un ser humano como nosotros que experimentó miedo, dudas, sufrimiento y, sin embargo, supo buscar en Dios lo que debía hacer. 

San Mateo nos describe la personalidad de José como un hombre justo (cfr. Mateo 1, 18-25). ¿Qué significa esto? que era un hombre muy bueno y amaba a Dios y a su prójimo. José debió haber pasado noches preguntándose, cómo fue que su prometida estaba embarazada, si aún no se habían casado, dudó al igual que nosotros que a veces nos asalta la incertidumbre.

Sabemos que el ángel le habló y le aclaró sus dudas; esto indica que San José era un hombre de oración porque un ángel se le aparece a alguien que está en comunión con Dios y que sin duda permanece en oración. Al final dice que, “José hizo tal como se le había dicho recibiendo a la Virgen María como esposa y preparándose para recibir al niño Jesús” (cfr. Mateo 1, 24).

Aquí vemos lo mucho que podemos aprender de San José, tanto hombres como mujeres. Que su silencio lo convierte en acciones concretas al hacer la voluntad de Dios.

Una vez nacido Jesús, el rey Herodes hace planes para matarlo y de nuevo el ángel le advierte a José que debe huir a Egipto, para proteger a su familia. Tenemos claro que a San José se le dio una misión de parte de Dios al igual que a usted y a mí se nos ha dado una. Preparemos nuestro corazón para la llegada del Niño Jesús, así como lo hicieron la Virgen María y San José; lo más importante para Dios Padre es que recibamos a su Hijo, en nuestro corazón, que sea la Luz de sus vida, ya que Él será tu camino seguro. Recomiendo preparar una buena confesión para así disponer bien el alma y celebrar la llegada de nuestro Salvador y vivirla plenamente en la gracia de Dios.

Las fiestas son secundarias. Lo importante es no olvidar que Jesús nació en un pesebre, que estaba lleno del amor de sus padres y de aquellos a quienes se les anunció esta gran alegría de parte del ángel.

Recuerdo de niño tenía unos 4 a 6 años viviendo en una vecindad en una casita de cartón en Tijuana pasamos unas navidades allí y con todo lo que carecíamos yo era feliz con algunas galletitas que me daban como regalo de navidad, en mi corazón creía que todo el mundo vivía como nosotros.

Hoy doy gracias a Dios por los desafíos que mi madre y yo enfrentamos porque aprendimos a creer más en Dios y llegamos a descubrir que teníamos una misión en esta vida y, tanto ella (que en paz descanse) como yo, debíamos ser testigos del amor de Dios y compartirlo, especialmente, con quienes tienen el corazón vacío.

A ti que lees esta carta quiero que sepas que tu nombre está escrito en lista que Dios tiene, no dejes que el mundo y los desafíos te roben el regalo más grande que es la salvación de tu alma al recibir en tu corazón al Salvador del mundo.

Sigamos unidos en oración por las familias que vieron partir a sus seres queridos en este tiempo de pandemia, para que el Señor les conceda fortaleza y la esperanza de que ellos lleguen a gozar de su gloria eterna.

Te deseo a ti y a tu familia una ¡Feliz Navidad y un bendecido Año Nuevo! Con profundo agradecimiento le ruego a Jesús que supla sus necesidades y derrame su gracia en todos ustedes y les bendiga por su colaboración durante este año. Sus ofrendas continúan cambiando vidas gracias a que nos permiten difundir el mensaje de Dios.

Su familia ESNE - El Sembrador seguirá luchando día a día por servir al Señor, por el bien de sus almas y para la gloria de Dios.
Pido la intercesión de La Santísima Virgen María y de San José por todas sus familias, reciban ¡un cariñoso abrazo con afecto Shalom!

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