TODO LO PUEDO EN JESÚS QUE ME SOSTIENE

 

En este tiempo de tanto sufrimiento y temor por la pandemia, quiero iniciar esta carta  recordando a todos los héroes que han trabajado al frente cuidando nuestra salud, arriesgando sus propias vidas por amor a su profesión y al prójimo. Han sido miles y es un deber cristiano orar por ellos y por aquellos que han fallecido en esta labor humanitaria. Para todos nuestro reconocimiento y el más grande respeto y admiración.

En el campo espiritual también hemos visto héroes que no han dejado de animar a los afectados de una forma u otra. Doy gracias a los hombres y mujeres: sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, así como a muchos laicos, que se han entregado para servir al prójimo. Agradezco a los hermanos que forman parte de ESNE, El Sembrador, quienes no han bajado la guardia en oración y acciones concretas de evangelización a tiempo y a destiempo, como dice San Pablo.

Deseo aprovechar la ocasión para expresar también mi especial agradecimiento a quienes no han dejado de apoyar este apostolado pues, si de algo me he percatado en este tiempo de confinamiento, es que, al estar tanto tiempo resguardados en casa, recibimos una infinidad de testimonios edificantes; si tuviéramos el tiempo y el espacio ¡cómo desearía poder compartirlos! Sería la mejor forma de mostrarles que la mano de Dios se manifiesta con poder en muchísimas personas. Les agradezco a quienes creen y siguen confiando en que nuestro apostolado es una obra de Dios, lo cual se comprueba al escuchar cada semana cuántas vidas son transformadas por el Señor a través de nuestras transmisiones

 

Testimonios de fe

Recientemente, en una reunión de trabajo, una de las personas que contestan las llamadas telefónicas, nos contó que atendió a una señora quien le compartió que estaba pasando por una crisis de depresión y angustia lo que la había sumergido en una total desesperación. Esto la llevó a tomar la decisión de acabar con su vida tomando un frasco de pastillas.


Se encontraba en ese momento extremo cuando, al cambiar los canales en su televisor, repentinamente detuvo su control y vio uno de nuestros programas. El mensaje que escuchó le llegó al corazón y sintió que Dios mismo le estaba hablando con amor, le abrió los ojos y la hizo desistir de sus planes de quitarse la vida. ¡Bendito sea Dios por ser tan oportuno y tocar el corazón de esta hija suya!

Uno de nuestros lemas en ESNE es: «QUE NADIE SE PIERDA Y TODOS SE SALVEN». Estoy convencido que este es el deseo de Dios y por esa razón el Padre envió a su único Hijo, el salvador del mundo. Recordemos que las Sagradas Escrituras nos dicen en San Lucas 19, 10: “En efecto, el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido”.  Realmente un alma no tiene precio y por eso seguimos con más motivación y fuerza, pues sabemos que buena parte del pueblo de Dios sufre de temor y miedo al contagio y nosotros podemos darles palabras de fe y esperanza contenidas en el Evangelio del Señor.

También deseo compartirles que una joven residente de New York nos llamó para decirnos que ella y varios miembros de su familia contrajeron el virus del Covid-19 y que nuestra programación fue su alimento espiritual; no se sintió sola y gracias a Dios está recuperándose.

Así podría seguir contándoles uno tras otro los innumerables testimonios realizados por el Señor utilizando nuestros Medios de Comunicación: la Radio, Televisión y Redes Sociales. También los reclusos de diferentes cárceles que reciben esta carta y que tiene un efecto multiplicador, porque la misma circula entre varios de ellos y hemos recibido testimonios de vidas transformadas en los diferentes centros de detención. El poder de Dios no tiene límites y nosotros solo somos un instrumento que Él utiliza.

En el apostolado tenemos un dicho que dice: “EL SEMBRADOR NO DUERME”, lo cual significa que nos mantenemos en actividad permanente con el canal de televisión y las estaciones de radio las 24 horas del día, los siete días de la semana. Estamos sembrando la Buena Noticia del Señor cada minuto y las semillas están dando mucho fruto. Lo maravilloso de todo esto es que usted, quien reza y apoya a ESNE, es parte de la familia y juntos estamos sembrando vida en los corazones.

 

Existimos para evangelizar

El Coronavirus ha dominado al mundo por su fuerza de contagio hasta el punto de obligarnos a cambiar el rumbo de nuestras vidas personales y familiares, pero será por poco tiempo. Estoy convencido por fe que quien va a reinar para siempre es Jesús, urge que reine en los corazones.

Nuestro apostolado existe para evangelizar y llevar el mensaje de paz, fe, esperanza, consuelo, bondad y misericordia, que solo Jesús ofrece. Es por esta razón que constantemente vemos la forma de alcanzar más almas, para inyectarlas con la vacuna que cura toda enfermedad. Esa vacuna tiene un nombre, se llama JESÚS, el Hijo de Dios y de la Santísima Virgen María.

Así pues, queremos compartir con ustedes dos grandes noticias:
1. Se han iniciado las gestiones para efectuar la compra de una estación de radio en Salt Lake City, en el Estado de Utah, lugar donde residen más de 400 mil hermanos y hermanas de la comunidad hispana y en donde no hay un solo programa de radio católico. Con la compra de la radio todas estas personas tendrán una estación católica las 24 horas del día, para gloria de Dios. 
2. ESNE TV está transmitiendo por el sistema satelital DISH LATINO (Canal 887) en todo el territorio de USA. Un gran logro, pues antes solo estaba en la Costa Este.

Estoy convencido de que Dios nos tiene preparadas nuevas sorpresas para los próximos meses. Muchos creen que el año 2020 ha sido un año para olvidar por los acontecimientos que se han dado, pero nosotros estamos convencidos de que ha sido una gran bendición: Muchos han tenido el tiempo suficiente para pensar en su familia y convivir con ella recordando que Dios es el centro de la iglesia doméstica. La fe en Dios ha vuelto, el Evangelio se ha proclamado de muchas formas y las conversiones se han multiplicado, las personas se están renovando; ahora todos nosotros somos testigos del poder de Dios. Hemos comprobado una vez más que Cristo está vivo.

Apreciados amigos, sé que muchos han perdido sus trabajos y que varios negocios han sido fuertemente afectados a causa del Covid-19, ¡pero ánimo!  nosotros no hemos parado de orar y pedir a Dios para que todo se levante de nuevo. Debemos mantener viva la fe que mueve montañas. Mientras la economía del mundo sufre, la economía del Reino de Dios permanece fuerte y quien busque primero el reino de Dios, todo lo demás se le dará por añadidura: “Ustedes, antes que nada, busquen el reino de Dios y todo lo justo y bueno que hay en él, y Dios les dará, además, todas esas cosas” (Mateo 6, 33).

Así, tengamos todos una fe tan grande como la que San Pablo nos propone en sus cartas. De manera especial quiero recomendar que si alguien no tiene fe o su fe es pequeña y siente que sus luchas y pruebas son grandes, tome su biblia y lea la Carta a los Filipenses, una de mis lecturas favoritas, en donde se encuentra el secreto para hacerle frente a todo. Así deseo concluir esta carta mensual, con las palabras de San Pablo (Filipenses 3, 12-14): “No quiero decir que haya logrado ya ese ideal o conseguido la perfección, pero me esfuerzo en conquistar aquello para lo que yo mismo he sido conquistado por Cristo Jesús. Y no me hago la ilusión, hermanos, de haberlo ya conseguido; pero eso sí, olvido lo que he dejado atrás y me lanzo hacia delante en busca de la meta, trofeo al que Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama desde lo alto”

Gracias por sus oraciones y no dejemos de rezar por el Papa Francisco, por toda la Iglesia y por el mundo, para que por medio de Cristo se vea la paz, la hermandad y el amor.

Gracias por sus ofrendas que están produciendo grandes frutos y ruego porque Dios les recompense como solo Él sabe hacerlo, es decir, de manera abundante. Si está en sus posibilidades el registrar su tarjeta para deducción automática mensual, les pido llenar el formulario que se encuentra en el sobre. Juntos sembrando Fe, Esperanza y Amor.

Ruego porque Santa María de Guadalupe nos cubra con su manto y nos mantenga entre sus manos, llevándonos a todos al corazón de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

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