Carta del mes

 

“DAME DE BEBER DE ESA AGUA”


Una mujer se encuentra con un hombre diferente a los tantos que antes había conocido. ¿Cuál era su condición? sin duda ella vivía una vida muy avergonzada por un pasado de mucho dolor. Ella, como todo ser humano, vivía buscando algo que llenara su corazón, ya que buscaba la felicidad.  Al mirar a su pasado, todo indica que deseaba tener una linda familia y un esposo que la amara, valorara y le diera la seguridad y protección que toda mujer desea. Las mujeres de Samaria, pueblo de donde ella era, solían ir a sacar agua de un pozo y la costumbre era hacerlo por las mañanas; pero esta mujer iba al medio día cuando el calor estaba en su más alto nivel porque a esa hora no habría otras mujeres en aquel lugar. Quizá ella era muy señalada por el pueblo sabiendo que había tenido 6 maridos… cargaba un pasado doloroso y es muy posible que viviera en una profunda depresión. Hoy vivimos en un mundo donde millones están o han pasado por una de las enfermedades más comunes de nuestros tiempos, la depresión, la senilidad, bipolaridad, esquizofrenia y un sinfín de enfermedades mentales.

Por años, he hablado de esta mujer y cada vez que lo vuelvo hacer me vienen a la mente otras formas de ver su vida. Esta es la primera vez, sin embargo, que la he visto y expuesto de esta forma.

¡Llegó su hora! su “Kairos”, que significa un momento único e inolvidable. En ese tiempo los judíos y el pueblo de Samaria no tenían una buena relación. Los judíos no consideraban a los samaritanos como parte del pueblo elegido, igual que ellos, ya que, en un tiempo, en este territorio los judíos que vivían allí se unieron a personas paganas, con costumbres y creencias diferentes y por eso les tenían cierto rechazo y discriminación. Los judíos buscaban evitar pasar por ese pueblo, aunque tuvieran que caminar mucho más para llegar a su destino. Era mediodía y aquí se da el ENCUENTRO que cambiaría la vida de esta mujer. Veamos en detalle este encuentro y la conversación que tiene con un hombre diferente a los demás hombres y los judíos que ella habría conocido. (cfr. Juan 4, 5-28) Como ya sabemos, este encuentro cambió su vida, no solo le ofreció “agua viva” sino que también le reveló a esta mujer que Él era el Mesías, algo que a muy pocos les había revelado hasta ese momento. Con un verdadero Encuentro con Jesús, la vida ya no se puede ver igual, se da un antes y un después. Esto aplica para mujeres y hombres… pero, ¿Qué sentimientos surgieron en el corazón de esta mujer? Sintió que este hombre no la vio con deseo de sacar provecho de ella. Se sintió especial y no discriminada, que su pasado no era razón para que ella viviera siempre con esa carga sobre sus hombros. Experimentó ser amada tal como ella era y su pecado no era razón para descartarla sino lo contrario para rescatarla.

Esta escena contiene el poder de cambiar nuestra forma de ver nuestras vidas, pasado presente y futuro. Aquí se revela a un Dios tierno, amoroso y misericordioso.  No sé cómo estará tu vida, pero todos necesitamos de “un Encuentro con Jesús” y que podamos pedirle de esa agua viva que le ofreció a esta mujer. Que nuestra oración también sea, ¡Señor, dame de esa agua!  Porque si seguimos esperanzados en sacar agua del pozo de este mundo, siempre volveremos a tener sed. Pero si bebemos del agua que Él nos ofrece, nunca volveremos a tener sed; ¡esto lo dijo Él!

Y a propósito de estas palabras de Jesús, mujer, quiero recordarte la gran oportunidad que tienes este mes de venir a beber de esa agua viva y vivir un encuentro con el Señor en el Próximo Metanoia de Mujeres el 26 y 27 de febrero en el Centro de Convenciones de Los Ángeles, con el Lema: “Jesús, la fuente de agua viva. Si tienes sed, ven a mí y bebe”.
¡No te lo pierdas!

En este mes en el que también celebramos en EE.UU. el día del amor y la amistad o “Día de San Valentín” quiero agradecer a todos los Sembradores de Jesús con María por su amor y por ser parte de esta gran familia ESNE. Le invito a unirse al Reto de la Multiplicación de los panes con una donación adicional, adjunto un sobre adicional si está en sus posibilidades le pedimos su ayuda. Gracias por seguir sembrando en la viña del Señor para que “ninguno se pierda y todos se salven.” (cfr. 2 Pedro 3,9)

Gracias a todos los que nos apoyan también con sus oraciones, que Dios les recompense con muchas bendiciones su generosidad.

Cuenten con mis oraciones y un saludo con afecto, ¡Shalom!

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