Estas frases que fueron dichas por San Juan Pablo II y ahora las toma Su Santidad el Papa Francisco, ponen en una verdadera perspectiva lo que es la vida.

En esta oportunidad, deseo tomar estas palabras, contenidas en tan hermosa frase, como marco de mi carta mensual.

1. Mirar el pasado con gratitud. Le doy infinitas gracias a Dios por el pasado año, que me permitió vivir cerca del corazón del pueblo de Dios. Este año me concedió la oportunidad de viajar con Su Santidad, el Papa Francisco durante su visita a México y Cuba. Y el pasado mes de noviembre, haber tenido la oportunidad de tener una audiencia personal con el Santo Padre, en su casa de Santa Marta. Esta bella experiencia vivida con entera humildad de mi parte, se realizó gracias a Dios y lo recibí como un regalo misericordioso del Señor. Durante el tiempo de la audiencia, experimenté un toque muy especial de ternura, semejante a la de un padre para con su hijo, digo esto por la forma en que Su Santidad me escuchó, me atendió y, después de hacerle una serie de preguntas, al responder a cada una de ellas, sus respuestas se convirtieron en una enseñanza de vida. Hoy tengo oportunidad de ver el pasado con gratitud, al ver el paso de Dios en nuestras vidas, quien nos invita a agradecer por lo bueno y lo menos bueno, por aquellas personas que han dejado huellas imborrables en nuestra vida, por las lágrimas que hemos derramado ya sea de dolor, tristeza, decepción o por alegría, triunfos y éxitos. Les prometo que muy pronto estaré compartiendo con ustedes, toda la riqueza del contenido de esta conversación sostenida con el Papa Francisco a través de la televisión. Nunca imaginé que Dios me otorgaría la gracia de llegar a tener una amistad con el Papa Francisco. Les comparto que al llegar al final de la audiencia, le dije al Santo Padre, que yo estaba en persona con él, pero que realmente representaba la comunidad de creyentes de América y en especial los inmigrantes, en virtud de lo cual le pedía su bendición en nombre de todos, la cual nos hizo el favor de concederla, sabiendo que la misma llegaría a usted y su familia.

2. Vivir el presente con pasión. Durante la conversación sostenida con Su Santidad, él me dijo que lo que necesitábamos los laicos era coraje, lo cual me atrevo a interpretar como: pasión. El diccionario nos dice que coraje es

la impetuosa decisión y esfuerzo del ánimo, y del valor. Nosotros necesitamos del coraje para hacerle frente a los desafíos de la vida, pero tener coraje y vivir con pasión, es saber que con la fe, es posible vivir confiadamente, encontrándole sentido a la vida, pues ello elimina el temor.

3. Abrazar con esperanza el futuro. Esto implica no temer al futuro, porque lo ponemos ven las manos de Dios y hacemos lo que nos corresponde con esfuerzo. La esperanza se transforma en deseo e inspiración para nuestra vida y el futuro no debe quitarnos las energías porque aún no ha llegado. La esperanza también nos habla de nuestra confianza plena en un Dios que nos ama tal y como somos, pues es un padre misericordioso, que siempre está con los brazos abiertos para acogernos aun en nuestra pequeñez. Entreguemos con toda confianza a Dios nuestro futuro. No permitamos que los pensamientos negativos nos apaguen el fuego de la esperanza, ni mucho menos permitamos vivir bajo el yugo del desánimo. A este respecto, San Pablo nos dice: “Yo, por mi parte, no corro a ciegas ni peleo como si estuviera dando golpes al aire. Al contrario, castigo mi cuerpo y lo obligo a obedecerme, para no quedar yo mismo descalificado después de haber enseñado a otros.” (1 Corintios 9, 26-27).

Al iniciar este nuevo año 2017, le pido a Dios Padre que le colme de todo tipo de bendiciones a usted y su apreciada familia. Aprovecho la ocasión para dejar constancia de mi gratitud y agradecimiento por su generosidad, por su capacidad para ofrendar, por sus semillas, ya que si no fuera por su gran ayuda económica, no podríamos llegar a tantas almas como lo estamos haciendo, pero el propósito para este nuevo año es llegar a muchas más, pues estamos firmemente propuestos a entrar en lugares donde no existen medios de evangelización y por eso amablemente le pido que considere hacer todo lo que esté a su alcance para hacerlo. El Papa Francisco quiere una iglesia de puertas abiertas y esa iglesia somos nosotros. Por ello es necesario abrir las puertas de nuestro corazón para compartir con los que están afuera, para que entren a comer y participar del banquete del Señor.

De parte del apostolado “El Sembrador”, reciba nuestros mejores deseos porque Dios lo continúe bendiciendo en este nuevo año y que al final del mismo ofrezcamos nuestro testimonio para darle gloria al Señor eternamente.

Atentamente en el amor de Jesucristo y de Santa María de Guadalupe,
Noel Díaz

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