Y USTEDES, ¿QUÉ ESTÁN BUSCANDO?

 

No tengo la menor duda de que, cada uno de quienes nos hemos convertido en fieles seguidores de Jesucristo, nos sentimos atraídos por Él, atraídos por su sacrificio, por su voz, por su invitación a estar con Él, por su amor, por su paz.

Menciono lo anterior por mi experiencia personal y porque he sido testigo de ello en muchas ocasiones. En el Evangelio de Juan, el discípulo amado, leemos esto: “Al día siguiente estaba Juan con dos de sus discípulos. Viendo pasar a Jesús, dice: Ahí está el Cordero de Dios. Los discípulos, al oírlo hablar así siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les dice: ‘¿Qué buscan?’ Respondieron: Rabí (que significa maestro), ¿dónde vives? Les dice: Vengan y vean. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran las cuatro de la tarde.”. (Juan 1, 35–39).

Como podemos observar, hay dos aspectos sobresalientes que se manifiestan en este pasaje. Primero, los dos jóvenes discípulos de Juan el Bautista escucharon quién era Jesús: “El Cordero de Dios”.  Segundo, su actitud inmediata fue seguir a Jesús, abandonando al Bautista. Jesús se volvió para verlos y les preguntó: “¿Qué están buscando?”.

Es interesante reconocer que, una vez que sabemos quién es Jesús y nos sentimos atraídos por Él, la llama de amor se enciende y recibimos su amorosa pregunta: “¿Qué buscas?”. Todos buscamos algo que nos haga felices, pero muchas veces equivocamos el camino. Quien no conoce a Jesús, siempre irá en su búsqueda, hasta encontrarse personalmente con Él.  Es Jesús quien nos invita a conocer en dónde vive y nos manifiesta su deseo de que permanezcamos a su lado. Tarde o temprano, cada uno de nosotros tendrá que responder a la pregunta del Señor: “¿Qué estás buscando?”, y tendremos que revisar en nuestro corazón la verdadera respuesta a ese llamado que nos hace.

En este mes, en la Iglesia, recordamos a un gran santo: Francisco de Asís, cuya figura es valorada como una de las más altas manifestaciones de la espiritualidad cristiana. Francisco fue hijo de un rico mercader, sin embargo, a consecuencia de una triste experiencia de enfermedad, sintió insatisfacción respecto al tipo de vida que llevaba y percibió un fuerte llamado espiritual. En un pequeño templo de San Damián, medio abandonado y destruido, oyó ante la imagen de Cristo, una voz que le hablaba en el silencio de su oración contemplativa, y le dijo: “Ve, Francisco, repara mi iglesia. Ya lo ves: está hecha una ruina”

El joven Francisco no vaciló, corrió a la casa de su padre, tomó unos rollos de tela fina y fue a venderlos. El dinero obtenido lo entregó al párroco de San Damián para la restauración del templo. Así fue el llamado de tan gran santo de nuestra Iglesia, quien, por amor a Dios, se despojó de sus vestiduras de hombre rico y de todo bien terrenal y escogió, a sus 25 años, vivir en la pobreza y hacer el bien al prójimo, principalmente a los pobres y leprosos, mientras vivía en soledad y oración. San Francisco de Asís predicaba la pobreza como un valor y proponía un modo de vida sencillo, basado en los ideales evangélicos.

El Santo Padre, en una Audiencia pública de los miércoles, se refirió al tema que estoy abordando en esta oportunidad. Explicó que, para descubrir su vocación, el cristiano debe pensar en su primer encuentro con Jesús, ya que toda vocación: matrimonio, vida consagrada, sacerdocio, se inicia con un encuentro con Él, lo cual produce una inmensa alegría y una esperanza nueva. Además, agregó: “Ese primer encuentro con Jesús nos conduce a través de pruebas y dificultades a un encuentro siempre lleno de Él y de la plenitud de la alegría”

El Papa Francisco ha dicho que: “en efecto, ¿qué juventud es una juventud satisfecha sin una pregunta de sentido? Los jóvenes que no buscan nada no son jóvenes, son jubilados, son jóvenes envejecidos antes de tiempo. ¡Es triste ver jóvenes jubilados! Y Jesús, a través de todo el Evangelio, en todos los encuentros que se producen a lo largo del camino, aparece como un ‘incendiario’ de corazones. De ahí aquella pregunta que hace emerger el deseo de vida y de felicidad que cada joven lleva dentro: ‘¿Qué están buscando?’”.

El encuentro de Juan y Andrés con Jesús fue tan intenso, que enseguida se convierten en misioneros, pues ellos no regresan a casa tranquilos, sino que con su alegría contagian a sus hermanos Simón y Santiago a quienes les dicen: “¡Hemos encontrado al Mesías!” y luego, con su testimonio, logran que ellos también lo sigan. Como podemos observar, aquel encuentro fue tan profundo para ellos, les produjo tanta felicidad, que nunca olvidaron aquel bendito día en que Jesús iluminó y orientó su juventud.

La dinámica fundamental de la vida cristiana es tener siempre presente a Jesucristo y recordarlo en todo momento. San Pablo decía a su discípulo: “Acuérdate de Jesucristo” (2 Timoteo 2, 8). Es indispensable recordar siempre a Jesús y el fuego de amor con el cual un día concebimos nuestra vida como un proyecto de bien, y avivar la llama de nuestra esperanza.

Los invito a orar junto conmigo, la oración de San Francisco de Asís:

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz: donde haya odio, ponga yo amor, donde haya ofensa, ponga yo perdón, donde haya discordia, ponga yo unión, donde haya error, ponga yo verdad, donde haya duda, ponga yo la fe, donde haya desesperación, ponga yo esperanza, donde haya tinieblas, ponga yo luz, donde haya tristeza, ponga yo alegría. Oh, Maestro, que yo no busque tanto ser consolado como consolar, ser comprendido como comprender, ser amado como amar. Porque dando se recibe, olvidando se encuentra, perdonando se es perdonado, y muriendo se resucita a la vida eterna.

Aprovecho la oportunidad para agradecer su generosidad, pues gracias a su bondadoso y decidido apoyo, es que continuamos con nuestra misión de sembrar la semilla de amor y esperanza que da abundante fruto y que está cambiando miles de corazones que se encuentran necesitados del amor y el consuelo de Dios. Quiero invitarles para que, con esta misma generosidad y gozo, se sumen a nuestra próxima Jornada del 25 de octubre al 7 de noviembre con el fin de contar con los recursos necesarios para renovar el techo de nuestras instalaciones en Chatsworth, CA ya que hemos sufrido de abundantes goteras durante las recientes lluvias y esto pone en riesgo los equipos técnicos y correcta transmisión de nuestra programación.

En estos días 30 de septiembre y 1 de octubre, unámonos en oración y afecto por todos los jóvenes que están en la vivencia de CDJ 2023, evento pensado por jóvenes católicos para los jóvenes que buscan tener un encuentro de conversión en el amor de Dios y de María Santísima.

Además, extiendo un cordial saludo y felicitación a los radioescuchas de nuestra estación que en este mes cumple otro aniversario más de ser parte de ESNE, la 1460 am LOS ÁNGELES con 8 años de transmisiones. ¡Enhorabuena!

Saludo a todos los consagrados del Proyecto Yo Soy el 73 y los animo a perseverar; son un discipulado que cada día crece más y más, trayendo abundante bendición para los que dan el  a Dios y les aliento para atraer a más almas a este proyecto, al hacerle una cordial invitación a sus familiares y amigos que saben les será de gran bendición ser parte de Yo Soy el 73. Si alguno de ustedes desea más orientación o información sobre este Proyecto Yo Soy el 73 no duden en comunicarse al (773)777-7773 en EEUU y en México al 33 1487 6681 y uno de nuestros operadores les atenderá o escríbanos al correo electrónico info@soy73.com.

Atentamente en el amor de Jesucristo y de Nuestra Señora de Guadalupe, ruego porque el Espíritu Santo se derrame con poder en todos ustedes y en cada uno de los miembros de su familia.

Suscríbete y recibe las "Buenas Nuevas"