Hace unos cuantos días, Sara, mi esposa, conversando conmigo, me conto que en cierta ocasión, su pequeño sobrino David, un niño muy hiperactivo e inquieto, estaba siendo cuidado por su abuelita. Ella, pasado cierto tiempo, se dio cuenta que todo estaba tranquilo y silencioso en la casa, lo cual le causó mucha extrañeza, de inmediato comenzó a gritar: ¿David, en donde estás David? El niño, al escuchar los gritos, de inmediato respondió: Tranquila, abuelita,… TOY MOVIENDO EL MUNDO. Por supuesto que, como es de imaginar, el niño todavía no habla bien y se refería al hecho de que estaba dándole vueltas a un globo terráqueo que tienen en casa. Por supuesto, el niño estaba jugando y dándole vueltas al mundo. Al escuchar la breve historia, no sólo me causó mucha risa, sino que decidí hacer mía dicha frase, así que cuando alguien me pregunte: ¿Qué haces o qué estás haciendo Noel? Yo le responderé: ¡TOY MOVIENDO EL MUNDO!

No cabe duda de que Jesucristo vino a mover el mundo de una manera tal, como nunca nadie antes lo hizo y hasta hoy lo sigue moviendo. Jesús, es el mismo de ayer, hoy y siempre. El Papa Francisco, ha hecho eco a esta situación y es por ello que en sus exposiciones nos ha dicho frases, como: “Vayan y hagan lío. Salgan de sus cuevas”. Es de suponer que, cuando los discípulos fueron llamados por el Señor, fue para mover el mundo junto con él. Luego de haber sido plenamente evangelizados y haber recibido el Espíritu Santo en Pentecostés, dedicaron su existencia a mover y convulsionar el mundo, sin importarles su propia vida, proclamando la buena noticia al mundo de aquel entonces. Mover el mundo significa tocar profundamente el corazón de aquellos que escuchan y atienden la palabra de Dios, que los llama, con amor, a comenzar una nueva vida, transformando su mundo por uno mejor, real y verdadero. Jesús vino para transformar el mundo y ofrecer a las personas una vida nueva, llena de paz y de amor.

Cuando se lleva a cabo una verdadera Metanoia en las personas, lo cual significa una transformación profunda de corazón y mente de manera positiva, entonces toda persona se pone en camino a su propia salvación, habiendo decidido seguir a Cristo y su evangelio, cambiando su mundo de oscuridad por un mundo iluminado con la presencia del Señor. Jesucristo nos dice en su evangelio: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad.” (Juan 8, 12).

En la pasada Metanoia de mujeres, sucedió un gran acontecimiento que voy a relatar, independiente de todas las vidas transformadas por miles de mujeres que asistieron al evento. Mientras estaba orando, sentí fuertemente la presencia del Señor y pude escuchar su voz, que interiormente me dijo: «Noel, mi pueblo está muy herido. ¿Por qué te limitas a solo unos breves espacios de oración?» En ese preciso momento, pude apreciar con claridad, como muchas de las mujeres al mismo tiempo que se desahogaban, sentían que eran liberadas de sus pesadas cargas y el Señor sanaba tantos corazones rotos y llenos de dolor. Fue tanto el impacto espiritual que recibí en ese preciso momento, que no pude resistir y cuando terminé la oración, les dije a las mujeres allí presentes: “Al próximo congreso le cambiaré el nombre, ya no será más el congreso de católicos unidos en la fe, sino que se llamará Congreso de Oración. Será así, porque tenemos mucha necesidad de que el Señor sane nuestros corazones y entendamos con más claridad y profundidad su palabra”. Esto causó sorpresa a todos, incluyendo los miembros de nuestro apostolado.

Dios, con su infinito poder, se ha encargado de confirmarnos que la decisión procede de él mismo, porque aún faltan casi 3 meses para celebrar el mencionado evento y en una sola semana se agotaron los boletos para este Congreso de Oración. Algo más me aconteció ese día, al saludar a las personas, una señora se me acercó con lágrimas en sus ojos y me dijo: “Noel, yo quiero asistir a ese congreso pero soy muy pobre y no tengo forma de llevar a mi familia”. Esas breves palabras me tocaron fuertemente el corazón y de nuevo percibí la voz de Dios hablándome interiormente. Reaccioné de inmediato y el primer pensamiento que se cruzó en mi mente y corazón, fue: «Son muchas las personas que no pueden asistir a nuestros congresos y metanoias por falta de recursos económicos». Fue así, que en ese mismo momento decidí ofrecer que las personas podrían asistir donando la mitad del valor del boleto. Los encargados de las finanzas del apostolado, inmediatamente vinieron conmigo alarmados, preguntándome cómo le íbamos a hacer para sufragar los gastos que ocasiona el evento, tales como la renta del lugar, el equipo de sonido, el escenario, luces, honorarios y gastos de viaje de los invitados, etc. Mi respuesta inmediata fue: Dios proveerá. Gracias a la bondad del Señor, hoy tenemos agotados los boletos para más de 10 mil lugares. Pude escuchar la voz del Señor y la de su pueblo. De ahora en adelante, van a escuchar en nuestra publicidad, sobre nuestros CONGRESOS DE ORACIÓN.

Gracias a Dios, nuestro primer congreso de oración, va de la mano con la celebración del Año Jubilar de la Misericordia. El Papa Francisco ha pedido momentos de oración de 24 horas, tal y como aconteció el pasado 5 de Mayo. Todos los congresos que de hoy en adelante celebraremos, incluirán tiempos especiales de oración intensa, con el fin de que el Señor sane los corazones de su pueblo, herido por el pecado, la maldad, el odio, el rencor, la soledad y el abandono. Jesús nos sigue diciendo de manera insistente: “Vengan a mi todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar.” (Mateo 11, 28). La oración llena de fe tiene poder y como respuesta, Jesús sana, libera y transforma.

Toda mi vida de servicio a Dios, ha estado comprometida a continuar moviendo el mundo para Cristo. A eso se nos ha llamado como discípulos del Señor y a darle cumplimiento a la recomendación que me dijo personalmente el Papa Francisco: “Diles a todos, que salgan de las cuevas” Ánimo mis queridos hermanos tengamos presente las palabras del Señor, que nos dice: “¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros!”

(Romanos 8, 31). AMEN.

Mi eterna gratitud a todos ustedes por su fidelidad y ayuda a este apostolado, sus ofrendas son una esencial ayuda para continuar con la interminable tarea de seguir moviendo al mundo, su generosa donación mensual, llega a lejanos países, incluyendo el suyo.

 

Atentamente en el amor eterno del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y confiado en el corazón amado de nuestra siempre amada Virgen de Guadalupe.
 

Noel Díaz

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