NAVIDAD, SIGNO DE ESPERANZA PARA EL MUNDO

 

En el tiempo en que nació Jesús, el pueblo de Dios vivía en medio de mucho sufrimiento y una gran incertidumbre sobre el futuro. Estaban bajo el poder de sus enemigos y habían perdido su libertad.

Esto tiene una clara indicación de que Dios se hace presente en tiempos difíciles para hacernos saber que no estamos solos y que Él está consciente del sufrimiento de sus hijos. 

Esta Navidad será única en la historia de muchas de nuestras generaciones actuales; vivimos  una pandemia, durante la cual miles de personas han fallecido, existe tristeza, y temor. Miles más han caído en una fuerte depresión, los suicidios van en aumento y la economía ha afectado a muchos más. Además, se vive con incertidumbre y nos preguntamos qué será de nuestro futuro.

Sin embargo, estoy seguro que Dios, en medio de todo esto, nos va a mostrar una vez más que no estamos solos y quienes estén dispuestos a creer verán su gloria. Cuando San José y la Virgen María llegaron a Belén y a ella se le llegó el momento de dar a luz al Salvador del mundo, el pueblo vivía una situación semejante a la nuestra: sumergido en su sufrimiento y desesperanza, vivían en la rutina; víctimas sin libertad y con un futuro incierto.

En medio de todo eso llegó la luz de esperanza y salvación para el pueblo; así le llegó la noticia a Zacarías de la misión de su hijo Juan y de la promesa de un salvador. «¡Bendito sea el señor, Dios de Israel que ha venido a auxiliar y a dar la libertad a su pueblo! Nos ha suscitado un poderoso salvador de entre los descendientes de su siervo David. Esto es lo que había prometido desde antiguo por medio de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y del poder de los que nos odian, mostrado así su compasión con nuestros antepasados y acordándose de cumplir su santa alianza. Y este es el firme juramento que hizo a nuestro padre Abrahán: que nos libraría de nuestros enemigos, para que, sin temor alguno, le sirvamos santa y rectamente en su presencia a lo largo de toda nuestra vida. En cuanto a ti, hijo mío, serás profeta del Dios Altísimo, porque irás delante del Señor para preparar su venida y anunciar a su pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados. Y es que la misericordia entrañable de nuestro Dios, nos trae de lo alto un nuevo amanecer para llenar de luz a los que viven en oscuridad y sombra de muerte, para guiará nuestros pasos por caminos de paz». (San Lucas 1, 68-79).

¡Qué maravilloso mensaje de salvación y esperanza! Dios nos recuerda que nos visitará el sol que nace de lo alto para iluminar los a que viven en tinieblas.

 

Jesús llegará con un mensaje de esperanza

En esta Navidad llegará este sol que representa la luz de Cristo y viene a eliminar nuestras desesperanzas y tristezas. 

¡Sí! Jesús está por llegar, pero como en aquellos tiempos, la mayoría no estaban atentos a las promesas que Dios había hecho y por lo tanto no se dieron cuenta y seguían en lo mismo, mientras unos pocos estaban llenos de alegría como la Virgen María, San José, Zacarías y Santa Isabel. 

A los pastorcitos se les anunció la hora del nacimiento del Salvador y fueron a buscar al recién nacido llenos de alegría; así nosotros lo debemos hacer. Tú, amado hermano, hermana, levanta tu mirada en medio del momento que vivimos y deja que la luz de niño Dios traiga consigo la alegría, la esperanza de que vendrán mejores días. De saber que Dios viene a visitarte. 

La Navidad es la esperanza, es la señal de un nuevo amanecer y es el tiempo de celebrar la fidelidad de Dios en sus promesas. Esta Navidad vívela con un corazón agradecido porque tenemos una oportunidad de vivir y ver la gloria de Dios manifestada por medio de su Hijo Jesús. Hoy José y María siguen buscando una morada para su Hijo. ¿Le abrirás las puertas de tu corazón para que pueda nacer la luz en tu vida, Jesús, la luz del mundo?, ¿dejarás que brille la esperanza en tu corazón

 

Nuestro regalo de Navidad: Jesús

También es tiempo de dar gracias a Dios, de confiar en sus bendiciones. Agradecemos en este fin de año por el beneficio de la amistad de cada uno de ustedes, queridos Sembradores, quienes, con toda fidelidad, siguen comprometidos en la evangelización y en apoyar siempre nuestro apostolado ¡qué reciban grandes bendiciones de parte de nuestro Señor Jesucristo!

 

¡Feliz Navidad y Prosperidad en el Nuevo Año!

Mi querido amigo, amiga, le pido a Dios Padre que te haga saber cuánto te ama através de los que te rodean, de la naturaleza, de tu familia y amigos. Que logremos verle y corresponde rle como nuestro bello regalo de Navidad.

 

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